Probablemente, hombre. De Madrid o Barcelona. De unos 39 años. Con un grado en empresariales-económicas, derecho o ingeniería en la universidad pública, pero un posgrado en la privada, y puede que con formación internacional. Lidera una startup o es socio de una compañía de servicios profesionales o financieros. Compagina sus responsabilidades con la docencia.

Estas son algunas de las principales conclusiones del primer estudio realizado en España sobre los perfiles de los principales líderes empresariales de las generaciones millennial y zeta que lideran las empresas con más facturación en nuestro país. Identificar a la élite emergente española es un ejercicio de anticipación: ¿quién y qué nos espera? Pero es también un ejercicio de transformación: ¿cómo es la generación que va a liderar nuestro país desde el sector privado?

Tras analizar las posiciones de socios, fundadores, consejeros y miembros del comité de dirección de las compañías multinacionales y cotizadas, firmas de servicios profesionales y financieros, startups o empresas familiares que más facturan en España, hemos mapeado a casi 400 profesionales. La consecuencia son algunas brechas y algunas oportunidades.

Solo el 32,5% de las posiciones más relevantes en las empresas de los líderes emergentes son ocupadas por mujeres. Casi la mitad de estas personas (44%) proceden de Madrid, y en menor medida de Cataluña (20,2%), Comunidad Valenciana y Andalucía (6%). Nacer en La Rioja, Castilla La Mancha o Murcia parece dificultar el camino hacia la cima.

Las organizaciones que más apuestan por líderes millennial y zeta son las startups (39,4%) y las firmas de servicios profesionales y financieros (36,4%). Las compañías más disruptivas cuentan con el talento más joven y las que, por su modelo de negocio, requieren de más productividad, también. Del mismo modo, las corporaciones más grandes en empleados son las que aglutinan a más líderes emergentes (62%) al igual que las que tienen una vocación internacional (79,8%). Las empresas que operan en mercados globales o son más disruptivas parecen apostar con más determinación por líderes emergentes. O los líderes emergentes deciden apostar por ellas. 

La principal posición que ocupan es la de socio/a (31%), en gran medida por el peso de las firmas de servicios profesionales y financieros; la de CEO (22%), porque son empresas fundadas por ellos mismos, o la de director/a de recursos humanos (21%), porque son más capaces de traducir las necesidades internas y las vocaciones externas, y actúan de bisagra entre ambas. 

La mayoría han estudiado un grado en la universidad pública (un 70%), casi la mitad (47%) un doble grado, y un posgrado en la privada (40%, frente al 21% de la pública). Un 23% tienen alguna experiencia formativa en el exterior. Estos son algunos de los aceleradores de las carreras profesionales de unos líderes empresariales emergentes que están desconectados del sector público -o el sector público lo está de ellos-, ya que solo el 0,7% han tenido alguna experiencia en la administración.

Por el contrario, estos están involucrados con el ámbito del conocimiento y la universidad, porque más de una cuarta parte (26,5%) tienen experiencia o compatibilizan sus funciones con la academia.

Identificar para anticipar. Identificar para transformar. Así es la élite emergente de la empresa española. 

***Nacho Corredor es socio fundador de beBartlet, gabinete de incidencia pública, y Marc Francés es director general de Sarah Marlex, firma de consultoría de alta dirección, ambos autores del primer estudio sobre los líderes emergentes en la empresa española.