La cultura es un instrumento para el progreso social y desempeña un papel transversal y crucial en el camino hacia la igualdad de oportunidades que nos marca la Agenda 2030. No está definido un Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) específico para ella, pero metas como la igualdad de género, el trabajo decente y el crecimiento económico, o la sostenibilidad de ciudades y comunidades, están impregnadas de los valores que la cultura ofrece a nuestra vida en sociedad.

Miquel Iceta, ministro de Cultura y Deporte

Miquel Iceta, ministro de Cultura y Deporte Carlos Márquez

Un aporte vital que ahora sentimos con especial fuerza después de una experiencia tan dura como la que nos hemos visto obligados a vivir durante la pandemia. Leer libros, escuchar música, visitar virtualmente los museos, ver películas, obras de teatro o espectáculos en vídeo fueron las únicas puertas que pudimos abrir durante los meses de confinamiento. La cultura nos ayudó a respirar juntos y a acortar las distancias físicas.

Hoy somos más conscientes que nunca de nuestra necesidad de cultura. De ello ha tomado buena nota el Gobierno de España, que en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia considera a la cultura y al deporte una política palanca para, en línea con los principios de sostenibilidad que nos marca la Unión Europea, darles un renovado impulso en esta etapa de renacimiento que emprendemos.

En este sentido, los fondos europeos contribuirán a dinamizar la cultura a lo largo del territorio, ampliando y diversificando la oferta cultural en áreas no urbanas. Pero también a la modernización y gestión sostenible de las infraestructuras de las artes escénicas y musicales, o a la conservación, restauración y puesta en valor del patrimonio. Y por supuesto, la dotación a las bibliotecas de libros digitales y en papel.

Leer libros, escuchar música, visitar virtualmente los museos o ver películas fueron las únicas puertas que pudimos abrir durante el confinamiento

En el ámbito museístico, el plan no solo aborda la transformación digital sino también la transformación ecológica de los museos estatales, en el marco del Plan Museos+ Sociales. Y para hacer de nuestras ciudades entornos más sostenibles, trabajamos en proyectos como el de la antigua Tabacalera de Madrid, que pretende ser punto de encuentro de artistas de todo el territorio en conexión con el multicultural barrio de Lavapiés.

La igualdad de género también nos compromete en este camino. Tanto en el deporte como en la cultura. Y el cine es un ejemplo. El pasado año, el ministerio reforzó su apoyo a las mujeres cineastas, casi duplicando las ayudas y garantizando que el 35% de la dotación se destine a proyectos dirigidos por mujeres. Los Premios Goya fueron reflejo de este cambio de tendencia: por primera vez, las directoras igualaron a los directores.

Y si nos referimos a la lectura, las bibliotecas asumen que su naturaleza responde al espíritu de la Agenda 2030. Así lo evidencia este Año Iberoamericano de las Bibliotecas, fruto de la alianza -meta clave en los ODS- sellada en la XX Conferencia Iberoamericana de Ministras y Ministros de Cultura de Iberoamérica.

Los fondos europeos contribuirán a dinamizar la cultura a lo largo del territorio, ampliando y diversificando la oferta cultural en áreas no urbanas

El seminario inaugural Las bibliotecas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 lo dejó claro: nuestras bibliotecas son espacios abiertos, inclusivos, libres y gratuitos.

Pero la literatura, el cine, la música, el teatro o la pintura no son intangibles. Crean empleo y crean riqueza. La cultura es una industria que suma en España más de 700.000 empleos, con una aportación del 3,4% al PIB.

Su impulso, enfocado al ODS referido al trabajo y a la economía, pasa por actuaciones prioritarias como el Estatuto del Artista, marco que dará reconocimiento y seguridad jurídica a los profesionales. O el HUB Audiovisual, que prevé una inversión pública de 1.603 millones de euros hasta 2025 para aumentar la producción audiovisual en España.

La cultura se nos ofrece como motor del desarrollo sostenible, inspirando profundamente sus principios. De ahí la necesidad de que las administraciones tomen medidas específicas y potentes de fomento a las actividades culturales.

Que logremos un horizonte de convivencia marcado por la prosperidad económica, la inclusión y la protección medioambiental nos compromete con la cultura. De su mano hemos de recorrer el camino para, entre todos, construir un mundo mejor.

***Miquel Iceta es ministro de Cultura y Deporte.