
Fondo marino. Pexels
Conservación marina y economía azul sostenible: los 133.000 millones que se destinarán para el océano
Un informe del WRI alerta de retrasos en la implementación del Tratado de Alta Mar y la meta de proteger el 30 % de los océanos para 2030.
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La Conferencia Nuestro Océano (OOC) ha logrado movilizar 133.000 millones de dólares en financiamiento para la acción oceánica desde su primera edición en 2014, según el informe presentado hoy por el World Resources Institute (WRI) con motivo del décimo aniversario de la cumbre.
A lo largo de sus encuentros en Estados Unidos, Chile, la Unión Europea, Indonesia, Noruega, Palaos, Grecia y Corea, la conferencia se ha convertido en una plataforma de referencia donde gobiernos, empresas y sociedad civil anuncian compromisos que impulsan la conservación marina, las soluciones climáticas basadas en el océano y la economía azul sostenible.
El análisis del WRI revela que, durante la última década, se han registrado más de 2.600 compromisos valorados en 160.000 millones de dólares. De ese total, 133.000 millones ya han sido desembolsados o están actualmente en ejecución: el 43% de los compromisos se han completado con éxito, un 38 % continúa en marcha y el 18% restante aún no ha comenzado.
La mayor parte de estos recursos, 86.800 millones de dólares, se ha destinado a proyectos de clima oceánico —desde energía eólica marina y carbono azul hasta transporte ecológico—, y destaca la existencia de trece compromisos individuales que superan los 1.000 millones cada uno, reflejo del creciente reconocimiento del océano como aliado clave en la reducción de emisiones de dióxido de carbono y en la protección de la biodiversidad.
Pese a los logros, persisten importantes retos: para cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 de la ONU (vida submarina) hacen falta alrededor de 175.000 millones de dólares anuales en conservación oceánica, mientras que la financiación climática global requiere elevarse a 1,3 billones al año. En este contexto, resulta crucial integrar las soluciones oceánicas en las negociaciones de la COP30, que se celebrará en noviembre.
Además, aunque la OOC ha sido especialmente eficaz para impulsar áreas marinas protegidas —el 42 % de las AMP implementadas mundialmente se originaron en anuncios de la conferencia, cubriendo 8,5 millones de km², casi el tamaño de Brasil—, solo 21 países han ratificado hasta ahora el Tratado de Alta Mar (BBNJ, por sus siglas en inglés). Con vistas a la próxima Conferencia Oceánica de la ONU en junio, se espera que ese número alcance al menos 60 países para que el acuerdo entre en vigor.
En sus declaraciones, Do-hyung Kang, Ministro de Océanos y Pesquerías de la República de Corea, subrayó que bajo el lema "Nuestro Océano, Nuestra Acción", la décima edición de la conferencia estimulará una respuesta inmediata ante la crisis oceánica y marcará el rumbo de la cooperación internacional en la próxima década.
Por su parte, Tom Pickerell, director global del Programa WRI Ocean, recordó que las soluciones basadas en el océano pueden aportar hasta un 35% de las reducciones de emisiones necesarias para 2050 y limitar el calentamiento a 1,5 °C, y advirtió que "ya es tiempo de aprovechar plenamente el potencial del océano".
La enviada especial del primer ministro griego para el océano, Dionysia-Theodora Avgerinopoulou, añadió que la conferencia demuestra cómo el ecoturismo, el transporte ecológico y la energía renovable pueden convivir con un desarrollo sostenible y un océano saludable, y expresó su deseo de que la cumbre inspire una mayor participación de actores públicos y privados en todo el mundo.
El informe de progreso de WRI propone profundizar la inclusión geográfica y política, en particular en África, América Latina y Asia del Sur; fortalecer las asociaciones con el sector privado, el mundo académico y las comunidades locales; mejorar la plataforma en línea de la OOC para garantizar datos más consistentes y transparentes; y realizar análisis temáticos periódicos que evalúen el avance de los compromisos y exploren las barreras a su implementación.
Asimismo, sugiere intensificar la coordinación con otros foros multilaterales, como la Conferencia Oceánica de la ONU, para evitar duplicidades y aumentar la ambición global, así como ofrecer un apoyo más concreto a las organizaciones ejecutoras mediante el intercambio de conocimientos y la formación de alianzas externas.