Imagen de archivo de niños palestinos desplazados internamente jugando junto a un mural en Deir Al Balah (Gaza).

Imagen de archivo de niños palestinos desplazados internamente jugando junto a un mural en Deir Al Balah (Gaza). Mohammed Saber EFE

Historias

Pizarras y pupitres esperan a las puertas de Gaza: la censura israelí de una vuelta al cole imposible para 658.000 niños

La directora de la agencia de la ONU en la Franja y su responsable de educación en emergencias alertan sobre la "delicada" situación de los menores.

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Sonia Silva, directora de UNICEF en Gaza, asegura no perder el asombro "con el sufrimiento sin precedentes" que se sigue viviendo en la Franja a pesar del alto el fuego. Y afirma, en una conversación con un grupo reducido de periodistas, entre los que se encuentra ENCLAVE ODS, que ahora mismo a la agencia de la ONU le preocupa, en especial, el futuro de los miles de niños y niñas que han sido "las grandes víctimas de esta guerra".

La responsable del fondo para la infancia de Naciones Unidas insiste en que la realidad sobre el terreno se puede resumir en escombros, dolor y la necesidad de crear refugios seguros a las puertas de un invierno que se espera complicado para Gaza.

Y entre los principales refugios que la agencia humanitaria quiere recuperar estarían las escuelas. Pues, como indica Silva, se han erigido como los principales lugares en los que guarecerse e intentar olvidar, aunque sea durante un rato, los horrores del conflicto.

En la actualidad, indica Jane Courtney, responsable de educación en emergencias de UNICEF, habría "658.000 niños y niñas que tienen que volver al sistema educativo", a pesar de que el 97% de los centros requieren de una "reconstrucción total".

El problema está en que, como apunta Silva, si "la situación no mejora en Gaza", a los trabajadores humanitarios les cuesta ver "un futuro" para los menores. Especialmente, teniendo en cuenta que, recuerdan las expertas, lo que necesitan ahora mismo los pequeños es "trabajar en el plano psicológico".

Un grupo de niños juega en Gaza.

Un grupo de niños juega en Gaza. Ramadan Abed Reuters

Y para eso, matizan, contar con espacios seguros como las escuelas es vital. "La educación es muy importante para los palestinos; las familias gazatíes, las madres y los padres, nos están pidiendo mandar a sus hijos e hijas al cole", admite Courtney.

Provisiones que no llegan

A pesar de las ganas de la población de volver a un intento de normalidad —con matices, pues los escombros son la norma en la Franja tras dos años de asedio—, desde UNICEF denuncian la imposibilidad de hacerlo.

"El educativo es el sector que ha tenido mayor restricción para que pueda entrar la ayuda o el material para hacer nuestro trabajo", lamenta Silva. Y asegura que hay camiones de la agencia de la ONU cargados con kits, mochilas, pizarras, pupitres, sillas y otro tipo de básicos escolares esperando el OK israelí a las puertas de Gaza.

La situación, insiste, es "muy crítica", pero los trabajadores humanitarios están usando la imaginación para que los más pequeños puedan evadirse del horror aunque sea durante un instante. Por eso, explica Courtney, están usando tableros y maderos que encuentran entre los escombros para fabricar mesas y sillas para las escuelas improvisadas.

Material de doble uso

Desde UNICEF también denuncian que entran en la Franja menos camiones con ayuda de los necesarios. Asimismo, enfatizan ambas expertas, aún quedan muchos corredores humanitarios cerrados, especialmente en la zona norte del país.

Silva se queja también de que las autoridades no están dejando que entren en la zona todo aquello que Israel considere "de doble uso". Y pone como ejemplos los ventiladores mecánicos para recién nacidos —que reclaman desde la UNRWA o Médicos Sin Fronteras— o material para recoger los miles de toneladas de escombros en los que se ha convertido Gaza.

Una familia palestina huyendo de Jan Yunis tras una orden de evacuación de Israel.

Una familia palestina huyendo de Jan Yunis tras una orden de evacuación de Israel. Hatem Khaled Reuters

En lo relacionado con lo educativo, Courtney indica que "lamentablemente, lo único que se ha logrado meter a veces es papel". Sin embargo, sin duda "no es suficiente".

Asimismo, lamenta que hay "cosas muy elementales para que los niños puedan jugar", como balones de fútbol, que tampoco estarían llegando a la Franja. Elementos que, aunque pudiesen parecer secundarios, son esenciales para los más pequeños. "Sobre todo para los que se han quedado solos o que ahora tienen alguna discapacidad".

De la misma manera, Silva reclama que las autoridades israelíes permitan la entrada de los dispositivos necesarios para detectar material explosivo, minas y bombas no detonadas. Porque, indica, ya ha ocurrido que han explotado bombas mientras los niños juegan en casas derruidas.

Secuelas psicológicas

Silva insiste en que "el nivel de destrucción que ha tenido la Franja es incomparable con otras crisis". Según la agencia de la ONU, cerca de 400.000 personas habrían regresado ya a la ciudad de Gaza después del alto el fuego.

Sin embargo, lamentan desde UNICEF, hay poco a lo que volver. Asimismo, lo hacen a una velocidad menor al anterior cese el fuego, pues el coste del desplazamiento ha sido "altísimo" y "lo han perdido todo".

La jefa de la entidad en Gaza indica que "la gente vive en condiciones indignas: no tienen lo más mínimo, ni una tienda de campaña". Y es que, insiste, se resguardan en "pedazos de tela". Por eso, "es urgente la entrada masiva de material de refugio, como pueden ser lonas o tiendas".

De la misma manera, trabajar la salud mental de los supervivientes, especialmente los más pequeños, es esencial para UNICEF. Algo que, recuerdan las expertas, no será posible si no hay un mínimo de garantías de seguridad física.

Y es que casi dos años de bombardeos conllevan secuelas psicológicas complicadas de gestionar, además de las físicas que ponen en jaque a las agencias humanitarias: desnutrición, hambrunas, amputaciones…

Según Alianza por la Solidaridad-ActionAid, la población gazatí —incluidos los menores— lleva viviendo en condiciones de "desesperación, inseguridad y una sensación de abandono" tanto tiempo que ha "pasado factura". Los intentos de suicidio, por ejemplo, se han multiplicado.

Por eso, indica en un comunicado Edouard Beigbeder, director regional de UNICEF para Oriente Medio y África del Norte, la agencia estaría "montando aulas semipermanentes y reparando escuelas dañadas" mientras se preparan para "reconstruir escuelas inclusivas que combinen múltiples servicios bajo un mismo techo, desde agua potable hasta servicios integrados de salud mental y apoyo psicosocial y protección infantil para promover la recuperación emocional y la seguridad de todos los niños".