Vista panorámica del área de Acemi II en Villanueva de la Jara, Cuenca. Cedida
Cuenca se convierte en el 'Silicon Valley' del pistacho: han logrado reducir cinco años las cosechas a través de la genética
Con Ángel Minaya al frente, Agróptimum está revolucionando la forma de cultivar este fruto seco a través de una trayectoria muy consciente.
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Ángel Minaya es hijo y nieto de agricultores y lleva vendimiando desde los siete años. Era lo que más le gustaba hacer al salir del colegio: recoger la uva con sus propias manos. Sin embargo, en casa siempre le dijeron que el campo fuese su último recurso. Pese a ello, lo único con lo que soñaba era con que aquel fuese su futuro.
Y así lo hizo, aunque a su manera. Quiso demostrar que si arriesgas, te esfuerzas y haces las cosas de forma diferente, puedes apostar y ganar.
Actualmente, los campos en los que recogía la uva hace algo más de 25 años son su lugar de trabajo; allí se encuentran las instalaciones de su compañía, Agróptimum. Pero ahora ya no cosecha uva, sino pistachos. Y no solo eso, también intenta ayudar a los pequeños y medianos agricultores de la zona para que cambien su mentalidad. Aunque asegura que no es tarea sencilla.
"Son personas que han vendimiado para tener vino en su casa, que las pisaban ellos mismos… Que venga alguien a decirles que cultiven esto, les parece una locura. No creen que vaya a ser rentable", cuenta a ENCLAVE ODS mientras conduce de camino a las instalaciones ubicadas en el municipio conquense de Villanueva de la Jara.
Sin embargo, pese a la existencia de cierta reticencia a sus propuestas, el empeño de Minaya no cesa y piensa seguir trabajando por este cambio de mentalidad hasta hacer mella en la cultura agrícola de la región.
Su objetivo es "controlar todo el proceso desde el origen: la semilla, el árbol, la gestión y, posteriormente, la industria". Pero tiene claro que este desarrollo no viene de golpe, motivo por el que ha optado por tomar un camino consciente para conseguir un modelo de negocio viable a largo plazo.
Ángel Minaya, CEO de Agróptimum. Cedida
En su caso, dice, la historia comenzó implementando biotecnología para mejorar la genética de las semillas de pistacho. La establecieron, la probaron en el campo, vieron cómo funcionaba y, después, empezaron a desarrollar fincas. Luego, crecieron los cultivos, recogieron la cosecha y, ahora, ha llegado el momento de introducirse en la industria.
"Cuando tengamos nuestra oferta podremos pensar en llegar a los siguientes pasos. No nos gusta columpiarnos ni tener fallos, porque si no es insostenible a la larga", subraya el conquense.
La semilla
Minaya sigue una trayectoria pausada, pero no se deje engañar, este no es un agricultor cualquiera. Desde la marca ha logrado reducir el plazo para obtener los pistachos de los ocho a los tres años. Y es que precisamente eso es a lo que se refiere cuando habla de "apostar y ganar" en el campo.
"Recibimos las semillas de Estados Unidos —por un acuerdo firmado en 2019 con Acemi, el primer productor del mundo de semillas UCB1 certificadas por la Universidad Davis de California— y aquí las desarrollamos en nuestro laboratorio", comienza explicando Minaya.
Las semillas de Agróptimum vienen de Estados Unidos. Cedida
"El siguiente paso es cuando germina en nuestras instalaciones. Después, hacemos un primer trasplante con un sistema que traemos también de fuera de España para cuidar la raíz […] y, una vez alcanza el tamaño adecuado, hacemos un injerto", detalla el CEO de Agróptimum.
Con este último paso, introducen "un trozo de madera del árbol que da pistacho con la raíz de Estados Unidos". Y ese híbrido es lo que "le da el motor" para obtener cosecha. Porque, aclara: "Sin enlazar, produce semillas, es un arbusto, pero este gesto es lo que da la resistencia a la sequía, a los hongos… Lo que te va a acabar dando el fruto".
Agróptimum ha logrado reducir a tres años el proceso de cultivo de los pistachos. Cedida
Y eso, dice, es "gracias a la mejora, la hibridación y la innovación" que han implantado desde Villanueva de la Jara. "Hacemos que esa fusión impulse al árbol para ser más precoz, más productivo, más homogéneo y más continuo", enfatiza Minaya.
Pero esta no es la única novedad que ofrecen, también resaltan el calibre de los árboles, la calidad del pistacho y su densidad. Porque, como apuntan desde la compañía, esta obsesión por la innovación y el cuidado del planeta les ha llevado a alcanzar un camino que "no es casual ni capricho".
El cultivo
Tras el laboratorio, el vivero es la siguiente parada. Allí miles de plantas se dividen en ocho zonas diferentes, cada una de ellas adaptada al milímetro a parámetros como la temperatura o la humedad de acuerdo al crecimiento y a la actividad de cada árbol.
Los arcos del vivero permiten la circulación del aire, además de contar con pantallas de sombreo. Cedida
Realizan de cinco a seis riegos diarios, teniendo un control por ordenador de cada momento de su etapa durante un ciclo de ocho meses. Y, al mismo tiempo, hacen un seguimiento de las flores del pistacho para obtener una previsión de la cosecha.
"Gracias a eso, podemos adaptar las necesidades hídricas, los nutrientes y las labores a realizar. Tenemos todos los recursos optimizados", asegura Javier Gallego, director de innovación y sostenibilidad de Agróptimum.
Por otro lado, en los cultivos en secano y en regadío, utilizan la tecnología de los drones. Y, aunque son de lo más beneficiosos para realizar las tareas agrícolas, aquí, apunta Gallego, el problema es que "hay que saber interpretar los datos".
Uno de los técnicos de Agróptimum sujeta uno de los drones que utilizan en las cosechas. Cedida
En su caso, cuentan con un departamento donde los técnicos miden el fruto durante todo el ciclo de cultivo y así, dice, "sabemos cuál es el momento óptimo de desarrollo y cuándo vamos a tener esa cosecha".
En este proceso utilizan diferentes drones. El más grande lo emplean para tratamientos fitosanitarios, aplicaciones de microorganismos y polinización.
Porque, aunque el último proceso, por ejemplo, se pueda hacer de forma natural, de esta forma se aseguran de que la climatología no afecte. O, por lo menos, así lo indica Rafael Pereira, investigador y desarrollador en el laboratorio de I+D+i de la compañía.
Utilizan el dron para tratamientos fitosanitarios, aplicaciones de microorganismos y polinizaciones. Cedida
Con los pequeños, explica Gallego, realizan estudios de huella hídrica, para ver la eficiencia de los riegos, y evalúan el crecimiento vegetativo del árbol, la fotosíntesis o la radicación solar. Así, esta información les permite "hacer un análisis sobre qué zonas son más deficientes para poder tener una plantación homogénea".
La cosecha
Entre septiembre y principios de octubre llega el momento de recoger la cosecha. Lo hacen a través de un recolector "tipo paraguas" que, tal y como explica Minaya, rodea el árbol con una lona y lo mueve haciendo que caiga el fruto.
ENCLAVE ODS pudo presenciar la recogida de la cosecha de Agróptimum. Cedida
Sin embargo, no todos los pistachos maduran al mismo tiempo y, por eso, prefieren hacer una doble cosecha. Una cuando está al 70% y otra cuando el otro 30% termina el proceso.
Y es que, apunta el CEO de Agróptimum, "si nos esperamos mucho a que todo madure, los primeros se caerán al suelo o acabarán secándose demasiado y ya no estarán óptimos para que se conserven en la planta industrial".
El siguiente y último paso antes de salir a la venta es el paso del pistacho por la fábrica. Allí, según cuenta Javier Fernández, desarrollo de negocio de la compañía, separan al fruto de las hojas, lo limpian y atraviesa un presecado que ayuda a abrir la cáscara.
Los pistachos de Agróptimum cuentan con la particularidad de atravesar un proceso de presecado. Cedida
A continuación, llegan a una máquina donde se dividen en montos por tamaños y, después, a través de una sacudida, se distingue entre 'los buenos' y 'los malos', bien sea porque están dañados o manchados. En el caso de estos últimos, pasan por un último punto donde se abren y se separan de las cáscaras para que se puedan comercializar.
Una solución 360
Por si esto fuera poco, el aporte de Agróptimum al mundo agro va un poquito más allá. A quienes tienen capacidad de inversión y quieren ampliar miras o a quienes tienen las tierras, pero no saben qué hacer con ellas, Minaya les ofrece una solución 360.
"Podemos ayudarles en el campo y con el fruto. Al final, todos los pasos son incertidumbres por el desconocimiento del sector, pero ahora nosotros damos ese soporte a la cadena de valor. Y siempre controlando muchísimo la trazabilidad", comenta el conquense.
El tractor recolector vierte en el camión la cosecha para dirigirse a la recién estrenada planta procesadora de Agróptimum. Cedida
Además, acaban de publicar la segunda edición del estudio Presente y futuro del cultivo del pistacho y de su procesado. Desde una perspectiva empresarial de la mano de Juan Vilar, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, profesor permanente de la Universidad de Jaén y especialista internacional en agricultura.
"Queríamos contar cosas de pistachos, compartir datos con el sector y tenerlos para tomar decisiones, pero lamentablemente no existían. Entonces, lo que decidimos fue recopilarlos nosotros", explican desde la compañía.
Desde Agróptimum trabajan con injertos hechos con "la precisión de un cirujano". Cedida
En la primera edición se dieron cuenta de que "hay una serie de zonas en España que están especialmente dotadas para su cultivo". Destacaban Castilla-La Mancha, acogiendo el 80%, pero también resaltaban Extremadura, Aragón y Andalucía.
Por eso, en esta segunda tirada han decidido poner el foco en estas regiones. "Se habla de todo, desde técnicas, temperaturas, climatología… Se confirma que es un árbol que sobrevive muy bien al cambio climático y que, por eso, está viniendo mucho mejor que otros cultivos tradicionales en España", subrayan.
En su caso, Minaya ya vio el potencial de este fruto en 2016 y ahora, algún que otro año después, cuenta con más de 226 hectáreas de plantaciones propias, 75.000 m² de viveros altamente tecnificados y la gestión de más de 4.500 hectáreas de terceros.
El fruto del pistacho de los cultivos de Agróptimum. Cedida
De hecho, se estima que dos de cada cuatro pistachos plantados en España proceden de Agróptimum, gracias a una producción anual que ronda el millón de plantas. Además, en 2024 la compañía fue reconocida con el galardón a Empresa Creadora de Empleo en los Premios al Mérito Empresarial de Castilla-La Mancha.
Y es que si algo tuvo claro desde el principio el conquense es que el campo sería su primera opción, porque apostaría y ganaría. Y así lo ha demostrado.