La bandera arcoíris frente a la policía húngara durante una manifestación después de que el Gobierno de Viktor Orbán anunciase la cancelación del Orgullo de Budapest.

La bandera arcoíris frente a la policía húngara durante una manifestación después de que el Gobierno de Viktor Orbán anunciase la cancelación del Orgullo de Budapest. Marton Monus Reuters Budapest

Historias Día Internacional del Orgullo LGBT

El tsunami reaccionario que quiere borrar el arcoíris: ¿los armarios vuelven a llenarse por la violencia LGTBI-fóbica?

Rusia, EEUU, Hungría o Reino Unido habrían recortado los derechos del colectivo o "blindado sus constituciones" para impedir la igualdad de trato.

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"Los derechos LGTBIQ+ son el canario en la mina; su retroceso anuncia el deterioro del Estado de derecho". Con estas palabras, Cristian González Cabrera, investigador sénior sobre derechos del colectivo de Human Rights Watch (HRW), explica a ENCLAVE ODS la realidad que se está viviendo en, dice, "demasiadas" democracias.

"La situación actual es sumamente alarmante: estamos viendo un retroceso organizado en derechos tanto en Europa como en Estados Unidos o Latinoamérica, donde los discursos de odio ya no solo provienen de sectores marginales, sino que están siendo promovidos y legitimados por altos niveles del poder político", matiza el experto en DDHH.

Beatriz Martos, responsable del trabajo sobre diversidad sexual de Amnistía Internacional España (AI), añade que en algunos países "se están blindando algunas constituciones para que no se avance".

Esto último, dice Martos, se da especialmente en lugares en los que aún no había protección legal para las personas LGTBIQ+. De esta manera, insiste, se "niega" cualquier avance futuro al respecto.

La portavoz de Amnistía Internacional insiste en que, vista la tendencia mundial, "tenemos que estar muy alerta", pues "los derechos se conquistan y se consiguen a pesar de que sea una obligación de los Estados".

Sin embargo, recuerda, "son los movimientos sociales y la presión popular los que consiguen que los Gobiernos, efectivamente, los protejan y legislen a favor". Y lamenta que los derechos acaben, en demasiadas ocasiones, convirtiéndose en "una moneda de cambio" que "depende del partido político que llegue al poder o de la época global que se esté viviendo".

La LGTBI-fobia de Orbán y Putin

Estados Unidos, Rusia, Argentina o Hungría son algunos de los países que más preocupan a las oenegés que monitorizan los derechos humanos en el mundo. El caso de este último, argumentan los portavoces de HRW y AI, es uno de los más sangrantes.

Y todo, recuerda Martos, empezó en 2020, cuando el primer ministro Viktor Orbán comenzó su campaña de "amenazas" a los activistas LGTBIQ+ de su país. Se han llegado a censurar e impedir la venta, cerca de lugares de reunión de menores, de cualquier tipo de libro con temática queer.

El "colmo" llegó el pasado marzo, cuando, como apunta la experta, "sin ningún tipo de consulta, Orbán aprobó una nueva ley que impide las manifestaciones públicas de personas LGTBIQ+ en defensa de sus derechos".

La argumentación que avala esta nueva normativa, indica Martos, es que este tipo de convocatorias "homosexualizan y pervierte a la infancia". En la práctica, esto se traduce en la prohibición de la manifestación del Orgullo de Budapest, que debería celebrarse hoy, sábado 28 de junio, en su trigésima edición.

González Cabrera sostiene que los "argumentos legales" utilizados por el primer ministro húngaro no hacen otra cosa que "esconder un claro intento de censura". Como ha ocurrido con "las reformas constitucionales recientes, que también han reducido gravemente los márgenes de protección legal para las personas LGTB" en el país.

Protesta de activistas LGTBI contra Viktor Orbán y Donald Trump esta semana durante la cumbre de la OTAN en La Haya.

Protesta de activistas LGTBI contra Viktor Orbán y Donald Trump esta semana durante la cumbre de la OTAN en La Haya. Reuters

Martos se pregunta qué va a pasar con las personas que sí decidan manifestarse este sábado en Budapest. "¿Qué repercusiones tendrá?", incide mientras asegura que quienes acudan a la cita prohibida se podrían enfrentar a multas de hasta 500 euros e, incluso, penas de cárcel para los organizadores.

"Además, el Gobierno se ha reservado la posibilidad de implementar tecnología de reconocimiento biométrico para identificar a las personas que asistan a esta manifestación", recuerda la activista, quien insiste en la violación de derechos humanos que esto supone.

Las políticas de Orbán van de la mano con las de Vladímir Putin. En Rusia, recuerda González Cabrera, un acto tan simple como "alzar una bandera arcoíris puede significar la privación de la libertad".

Por eso, asegura, muchas personas LGTBIQ+ han tomado la drástica decisión de exiliarse o "volver a la clandestinidad".

"Efecto contagio"

Martos también apunta a que el "autoritarismo" de Orbán y Putin —y su desprecio por los derechos LGTBIQ+— está produciendo ya un "efecto contagio", especialmente en Europa del Este. Allí, asegura, "se están viendo muchos retrocesos".

Ese es el caso de Georgia, que está "imitando a Rusia". Martos lo explica: "Ha calificado de extremistas a las organizaciones LGTBI. Además, ha aumentado la represión de las manifestaciones públicas en defensa de estos derechos".

Asimismo, recuerda que en Polonia, por ejemplo, ya desde 2019 viene aumentando "esta retórica hostil y criminalizadora" de lesbianas, gais, personas trans y queer. Como también se "han dictado espacios libres de personas LGTBI".

Todas estas medidas polacas, como indica Martos, no serían vinculantes, pero sí estarían "alimentando toda una retórica y un discurso del odio".

Situación que se replica en Bulgaria, donde "se aprobó una ley anti propaganda muy similar a la húngara, que prohíbe impartir cualquier tipo de educación sexual integral o difundir información sobre orientaciones sexuales diversas en las escuelas".

En Eslovaquia, en el 2023, "el Parlamento votó para que el reconocimiento legal del género fuera completamente imposible", indica la portavoz de AI. Con esto, "se habilitó que, como país, no se reconozca a las personas trans".

Y aunque todavía no se han votado, este mismo año se han presentado "reformas constitucionales para reconocer únicamente dos sexos, limitar el matrimonio a personas heterosexuales y la aprobación parental obligatoria para que los menores reciban educación sexual integral en las escuelas".

Más violencia

Esta situación, unida a la sentencia del Tribunal Supremo británico que limita el reconocimiento de la condición de mujer al sexo biológico, implica que Europa reporte "un aumento constante de crímenes de odio". Como indica González Cabrera, esto sucede "especialmente en lugares donde los gobiernos han adoptado políticas abiertamente anti-LGTBIQ+".

Pero esta situación se repite también al otro lado del Atlántico. En Estados Unidos, "los ataques contra las personas trans han aumentado tanto en lo simbólico —por las políticas de Donald Trump— como en lo físico, "con múltiples asesinatos documentados cada año".

Por su parte, el investigador de Human Rights Watch apunta también a la retórica del argentino Javier Milei como responsable del incremento de los ataques a mujeres lesbianas en Buenos Aires. El "discurso lesbófobo" del presidente estaría detrás, dice, del sucedido hace ya un año.

Detrás del aumento de la violencia LGTBI-fóbica que registran desde HRW estarían, insiste González Cabrera, las "políticas regresivas" que "no solo normalizan la discriminación, sino que se convierten en política de Estado".

Diplomacia a la Trump

González Cabrera también señala a la "ofensiva" de la Administración Trump, en Estados Unidos, contra las personas trans. Esta se materializa a través de "políticas que les niegan el reconocimiento legal de la identidad de género en documentos federales".

Esto, lamenta, "significa que lo que una persona trans podría ser obligada a identificarse según su sexo asignado al nacer en registros médicos, a nivel educativo… lo cual tiene consecuencias devastadoras".

Pero es que las políticas de Trump estarían teniendo, incluso, "consecuencias a nivel diplomático". González Cabrera pone el ejemplo de la brasileña Erika Hilton. Esta diputada iba a viajar a Estados Unidos para una conferencia y, cuál fue su sorpresa cuando "le quitaron su visado por su identidad de género y decidió que ya no quería viajar al país".

Esto, indica, "obviamente es una falta de reconocimiento de las políticas y de los derechos de las personas trans en general, pero también de las leyes de otros países".

La paradoja española

En este tsunami reaccionario que recorre el mundo habría alguna que otra excepción, según los expertos consultados por ENCLAVE ODS. Por un lado, estaría Grecia, último país europeo en aprobar el matrimonio igualitario, en febrero de 2024.

Otro sería España, pues la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI —más conocida como ley trans— eleva la protección ante la discriminación del colectivo, que empezó a regularse ya hace dos décadas.

Martos indica que, "a pesar de ser mejorable", esta legislación supuso "un gran avance" en materia de derechos queer en Europa.

Imagen de archivo de la manifestación del Orgullo.

Imagen de archivo de la manifestación del Orgullo.

Y eso, recuerda Óscar Rodríguez Fernández, vocal de Relaciones Exteriores de la de la Federación Española LGTBI+ (FELGTBI+), a pesar de que en el último ranking Rainbow Map 2025 —que evalúa el grado de compromiso de los países europeos con los derechos de las personas del colectivo— España ha descendido un puesto, de la cuarta a la quinta posición.

En parte, se debe a que, indica Rodríguez Fernández, "los avances que se dan a nivel estatal no se reflejan en las leyes autonómicas". En "un país tan descentralizado", lamenta que aún haya comunidades autónomas que no apuesten por los derechos LGTBIQ+.

Son dos, en concreto, las que todavía hoy carecen de normativas propias para proteger al colectivo de la discriminación: Asturias y Castilla y León, cada una con un color político diferente.

En otras, indica el portavoz de la FELGTBI+, en cambio, "se han vaciado completamente las leyes que tratan temas de diversidad" sexual y afectiva.

Marcha del Orgullo celebrada en Valencia el año pasado.

Marcha del Orgullo celebrada en Valencia el año pasado. EFE

Y apunta a la Comunidad Valenciana como el ejemplo más reciente, donde se "ha abierto la puerta a las pseudoterapias de conversión". Esas mismas que, denuncia Martos, son consideradas "tortura".

El cambio legislativo valenciano, indica Rodríguez Fernández, también "menosprecia la educación en diversidad".

Además, el vocal de la FELGTBI+ menciona el intento de la Comunidad de Madrid de "vaciar la ley LGTBI y la ley trans madrileña". Aunque finalmente no llegó a buen puerto.