
Panorámica superficial de las oficinas y el parque tecnológico de Actiu en Castalla, Alicante. Cedida
Alicante se convierte en el 'hub' de la sostenibilidad: el sector mobiliario español ofrece las claves a la crisis climática
Esta empresa de Castalla ha invertido más de 7,5 millones de euros durante los últimos tres años en su estrategia de sostenibilidad e I+D+i.
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Sostenibilidad, diseño y arquitectura son los aspectos que definen a Actiu. Fue fundada en 1968 por Vicente Berbegal en Castalla, Alicante, y, desde entonces, se ha convertido en la compañía española líder en la creación y fabricación de espacios de trabajo y entorno colectivos. Apuestan por lo que denominan Life Friendly Spaces que, en pocas palabras, consiste en diseñar y vivir los espacios, priorizando el bienestar, la sostenibilidad, la inclusión y la productividad.
Para entender sus comienzos nos trasladamos a los años 60. Dictadura y desconexión eran dos términos que describían a la perfección aquellos tiempos, pero Berbegal quiso darle una vuelta a esa realidad. En un pequeño taller —que nada tiene que ver con las instalaciones con las que cuentan hoy día— fabricaron un mueble para la televisión y ahí empezó todo.
Hay quienes pueden pensar que tan solo era un artefacto más, pero en absoluto. Aquel mueble era el encargado de permitir la conexión con el resto de Europa, algo que, en tiempos de Franco, se volvió totalmente vital.
Años después desarrollaron un mueble para el ordenador. Y así, casi sin quererlo, la compañía se adentró de lleno en el sector del que hoy se nutre: las oficinas. Desde entonces, este ha sido el core del negocio, aunque ha llegado a expandirse hasta aeropuertos, hospitales o centros educativos.
Entre 1982 y 1995 experimentó un importante crecimiento y expansión, y en 2008, en plena crisis, terminó la construcción del parque que ahora ENCLAVE ODS ha podido visitar. Con la sostenibilidad siempre por bandera, esta compañía ha terminado por convertirse en todo un referente nacional (e internacional) que ya está en manos de la segunda generación en la dirección.
ADN sostenible
Aunque los años han pasado desde su fundación, el ideal de la empresa siempre ha sido el mismo: querer ser una industria sin perjudicar ni al entorno ni a las personas. Y eso es algo que Berbegal ha adoptado como insignia. Tanto es así que María Payá, directora de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y sostenibilidad de Actiu, lo describe como un verdadero visionario.
"Él lo veía [la sostenibilidad] cuando nadie lo hizo. Siempre se preocupó de generar un impacto positivo antes de que se pusiera nombre a todas estas cosas", indica Payá. Por ese motivo, cuando tocó construir la oficina y el parque tecnológico, Berbegal dejó claro que tenían que ser autosuficientes.

Los técnicos instalan las placas solares en la superficie del parque de Actiu en Castalla, Alicante. Cedida
De hecho, el propio fundador llegó a hacer una serie de "requerimientos" al arquitecto sobre lo que quería que fuesen las nuevas instalaciones, aun sin conocer lo que era la sostenibilidad. Y así, explica Inmaculada Montes, sustainability project manager de Actiu, han logrado "una arquitectura sostenible y funcional", intentando minimizar, o por lo menos respetar, los recursos naturales al máximo.
Cuentan con 33.000 metros cuadrados de paneles solares, lo que en su momento les convirtió en la compañía con la instalación de techo solar más grande a nivel europeo. Aunque ahora la situación ha evolucionado y ya no les queda superficie que cubrir, siguen manteniendo un rendimiento muy elevado. "Captamos más de seis veces la energía que nosotros necesitamos", señala Montes. E indica que el excedente lo vierten a la red.
Las cubiertas de los edificios, además, fueron diseñadas para poder aprovechar los recursos hídricos. "Tenemos dos depósitos en los que podemos obtener hasta 12.000 metros cúbicos de agua", asegura Montes. Y es que, pese a que este no es un bien imprescindible para su labor industrial, lo emplean "para abastecer las zonas del parque a la hora de regar", algo totalmente indispensable en su parcela de 200.000 metros cuadrados repleta de árboles.

Canal de recogida de agua en las instalaciones de Actiu en Castalla, Alicante. Cedida
En definitiva, la clave de Actiu es, subraya Montes, "dejar un entorno y un espacio mejor del que existía" antes de que ellos estableciesen allí su producción. Razón por la que, dice, respetaron desde el principio el "paisaje autóctono" que les rodea. "En el momento de la inauguración teníamos más de 12.000 tipos de árboles o plantas aromáticas".
Crecimiento 'verde'
Desde entonces, la evolución de la empresa no ha dejado —ni un momento— de ir en sintonía con este planteamiento. Las certificaciones verdes que llevan a sus espaldas son (casi) infinitas: la ISO 9001, la ISO 12001, la ISO 14006 o la ISO 45001. Además, son miembros, desde 2011, del listado de Líderes en Eficiencia Energética y Diseño Sostenible (LEED), algo especialmente sorprendente, ya que, por aquel entonces, tan solo los edificios de obra nueva construidos a partir de estos requisitos cumplían con los criterios.
En 2019 obtuvieron la certificación Well —basada en el bienestar— y, a día de hoy, están orgullosos de poder decir que son "la única empresa e instalación corporativa a nivel mundial dedicada a una actividad industrial certificada bajo LEED y Well en el nivel platino".
Están adheridos a la iniciativa de Pacto Mundial. Y son, asegura Montes, "la única empresa del sector mobiliario a nivel industrialización" que ha reportado voluntariamente a la plataforma del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) durante dos años consecutivos su huella de carbono.
Porque, para la compañía, afirma Montes, "es vital el comunicar toda esa evolución", por lo que trabajan diariamente con el objetivo de "mejorar, reducir y compensar" los impactos al medioambiente. Y así, año tras año siguen demostrando ese compromiso a través de nuevas certificaciones. La última, la LEVEL, donde garantizan criterios muy concretos de seguridad, de control de las sustancias nocivas (apostando por madera certificada), de fabricación respetuosa o de aspectos sociales.

Vicente Berbegal, fundador de Actiu, posa en sus oficinas en Castalla, Alicante. Cedida
Pero eso no es todo. Se han adherido a la Carta de la Diversidad Europea y, comenta Montes, este 2025 se han "atrevido" al movimiento B Corp. Sin embargo, nada de esto ha resultado tan complicado, y es que, cuando la propia filosofía de la empresa ya está alineada con estos pensamientos, seguir creciendo en sostenible va, como bien podría decir el propio Berbegal, ligado al sentido común.
Filosofía del bienestar
Esta labor se ejemplifica, además, en sus productos. Para Actiu, explica Payá, la prioridad es "utilizar el diseño para crear espacios, poniendo el foco en la vida de las personas" para conseguir que "salgan mejor que cuando entran". Así, gracias a defender una y otra vez este ideal, han logrado hacerse con el Premio Nacional del Diseño, al mismo tiempo que Berbegal era premiado como Empresario Europeo del Año en 2017.
Para la compañía, afirma la directora de RSC y sostenibilidad, "bienestar y sostenibilidad son dos caras de la misma moneda". Eso sí, sin dejar atrás el diseño, la innovación y la fabricación, los otros tres aspectos que forman parte de los cinco valores base de la empresa.

Panorámica de las instalaciones de Actiu en Castalla, Alicante. Cedida
Pero, ¿cómo comprueba ese bienestar? Lo hacen a partir de diferentes parámetros, como la medición de concentración de CO₂ o la susceptibilidad de generar sustancias peligrosas —como puede ser el benceno o el formaldehído— en los materiales que utilizan. Ofrecen, además, fruta fresca para sus empleados, tanto de la fábrica como de las oficinas, instalaciones deportivas y fomentan el aprovechamiento del 100% de la luz natural.
Así, afirma Montes, el parque de Actiu ha logrado convertirse en un ejemplo internacional de bienestar, posicionándose como el sexto mejor a nivel mundial con un total de 90 puntos en una escala de 110. Todo ello, insisten, "de forma espontánea".
Economía circular
En lo que respecta a la fabricación, son fieles defensores de los materiales reciclados. Se aseguran de que sus productos tengan una alta reciclabilidad para cuando termina su vida útil y, llegado ese punto, tienen dos opciones: restaurarlos o gestionarlos adecuadamente como residuos para que el material pueda ser utilizado, por ejemplo, como madera reciclada.
Sin embargo, es precisamente en esta cuestión donde se encuentra el "único hándicap" de la compañía: la recogida del mobiliario. Y así lo explica Montes: "No podemos destinar un recurso específico para ir localidad por localidad, recogiendo todo el material que se elimina. Podríamos estar generando más impacto ambiental en esa zona con nuestros desplazamientos que propiamente la economía circular o la recuperación de ese espacio".
Lo que sí están haciendo, indica la sustainability project manager de Actiu, es "evaluar un partner adecuado que tenga esa red de distribución" a nivel nacional y en los países que tienen presencia —96 en total— para poder optimizar esa recogida y asegurarse de una correcta gestión.
Hasta que llegue ese momento, han puesto en marcha otras acciones a nivel interno, como la reubicación a través de los propios empleados de los productos descatalogados. Aunque no es lo único; los artesanos de la empresa crearon una iniciativa a partir del excedente de telas, fabricando bolsos, mochilas y neceseres. Porque, apunta Lina Jiménez, responsable de comunicación y eventos de Actiu, "todo se reutiliza para que podamos darle una segunda vida, intentando que haya el menor desperdicio posible".

La familia Berbegal posa al completo en una visita a París. Cedida
Porque aquí, concluye Jiménez, "lo fácil, entre comillas, es que las cosas se conciben así y no se cree en esto como una obligación. Si puedo desperdiciar menos, puedo gastar menos y puedo cuidar a mi entorno, lo hago. Esto es lo que Vicente, el fundador, siempre ha llamado sentido común".
Ahora, es el turno de sus hijos, la segunda generación al mando de esta compañía, para demostrar el mismo amor y dedicación por la terreta que su padre ha abanderado todos estos años.