Este 15 de abril se cumplen dos años desde que dio comienzo el conflicto en Sudán.

Este 15 de abril se cumplen dos años desde que dio comienzo el conflicto en Sudán. Faiz Abubakr MSF

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Dos años de conflicto en Sudán, la crisis "más devastadora del mundo": ya hay 12M de refugiados y 24M pasan hambre

Varios colectivos denuncian "violencia indiscriminada" en el país, mientras la comunidad internacional ha convertido esta guerra en una "crisis olvidada".

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"Había llamas por todas partes, todos los muertos estaban quemados. No había heridos, solo cadáveres". Lo recuerda como si fuera ayer, pero la realidad es que han pasado ya más de 700 días de lo que describen estas palabras. Es la voz de Awadiya, comadrona de Médicos Sin Fronteras (MSF), la que relata la triste realidad que se vive en Sudán desde hace ya dos años. 

Awadiya vivía en Omdurmán, la ciudad más grande del país, situada a orillas del río Nilo y una de las más próximas a la capital, Jartum. "Después de que empezara la guerra, me desplazaron de Omdurmán a Jartum. Mis hijos fueron desplazados a Al Gedaref, así que decidí seguirles". 

En un camino de más de 10 kilómetros emprendido a pie, los ojos de Awadiya sólo se encontraron destrucción. "Caminé toda la distancia. Todo el puente estaba en llamas. Un barco petrolero había explotado tras un ataque. Había llamas por todas partes, y los aviones militares bombardeaban. Siempre que encontraba un camino despejado, corría", rememora.

El camino hasta Omdurmán no fue fácil. Ataques aéreos se sucedían uno detrás de otro, y la muerte perseguía de cerca a Awadiya. "Cada vez que había un bombardeo, me tiraba al suelo entre charcos de sangre y combustible. Seguí corriendo. No paré a descansar, ni siquiera un momento". Pero con la llegada a Jartum, y tras encontrar un medio de transporte con el que poder acceder a Al Gedaref, la cosa no mejoró. 

"En cada puesto de control, registraban el vehículo durante tres o cuatro horas. Obligaban a todos a que salieran para inspeccionarlos. Revisaban nuestro dinero, nuestros teléfonos y nuestras pertenencias. Cada parada duraba horas. Pasamos siete días en la carretera. Finalmente, llegué y me reuní con mis hijos. Estaba agotada. Hemos sufrido mucho por esta guerra".

La historia de Awadiya es, por su crudeza, de aquellas que encogen el corazón. Pero esta es, tan sólo y por desgracia, el reflejo de lo que viven ya más de 30 millones de personas en Sudán.

Vista aérea de combates en Jartum, capital de Sudán.

Vista aérea de combates en Jartum, capital de Sudán. Atsuhiko Ochiai MSF

Con el balance de un conflicto que ha llegado ya a su segundo aniversario, son más de 12,6 millones los refugiados que se han desplazado huyendo de esta guerra, y 24 se encuentran en situación de hambruna aguda. Por ello nos encontramos, a pesar de una comunidad internacional que hace oídos sordos, ante "la crisis más devastadora del mundo"

Violencia "extrema"

"Es complicado decir esto, pero después de dos años de conflicto esto es una crisis catastrófica". Con esta contundencia habla con ENCLAVE ODS Stefano Fino, director de Operaciones y Emergencias de la ONG Plan Internacional, de la que él considera la crisis humanitaria "más grande y devastadora del planeta". 

Desde que se fraguó hace dos aniversarios, "está destruyendo la vida de toda la población pero, sobre todo, la de las niñas y las mujeres". Esta "violencia extrema" se hace palpable en las más vulnerables a través de prácticas como la violencia sexual y de género, que están siendo utilizadas como arma de guerra por diferentes grupos armados. 

"Ha habido un alarmante aumento de secuestros, violaciones, esclavitud sexual, torturas, matrimonios forzados… Todo esto es aterrador. Las mujeres y las niñas han quedado atrapadas en un ciclo de violencia constante", cuenta Fino. 

Pero, tal y como describe el director de Operaciones y Emergencias, este es un conflicto con un impacto en "múltiples aristas". Otra de las crisis que se vive en el país africano y que tiene también secuelas importantes sobre la población civil es la educativa. 

"Hay 19 millones de niños que viven en Sudán y que están al margen del sistema educativo desde que empezó el conflicto. El 20% de las escuelas públicas no ha podido reabrir, y esta interrupción de la educación expone a la infancia ante mayores riesgos y desprotección. Los menores pueden acabar siendo víctimas de trata o reclutados por grupos armados", asegura. 

Imagen tomada en el Hospital Al Buluk.

Imagen tomada en el Hospital Al Buluk. MSF

A esto, además, se suma una de las situaciones más críticas que se vive el país: el hambre. "Más de 24 millones de personas están sufriendo lo que se llama hambre aguda. Y más de 600.000 personas tienen un nivel de hambre que se define como catastrófico.  Esto está causando muertes y problemas que van más allá de la situación física, porque esto, obviamente, también afecta a la salud mental", apunta Fino. 

Una crisis "olvidada"

Plan Internacional llegó a Sudán hace ya 45 años. Por aquellas, la situación ya era "complicada", no obstante, tal y como expresa Fino, nunca se había vivido "una crisis de emergencia como la que se está dando ahora". Por ello, han tenido que adaptar sus estrategias y sus activos para intentar llegar a todos los puntos del país donde sea posible.

"Hemos desarrollado planes de contingencia, con medidas muy específicas, sobre todo en cuanto a seguridad se refiere. Estamos presentes en las escuelas y estuvimos en el campamento de ZamZam, uno de los puntos con más llegada de desplazados internos, pero ya no es posible debido a la situación. Ahora, sobre todo, nuestra prioridad es proteger a los trabajadores y velar también por su salud mental", explica.

Sin embargo, desde la ONG afirman que la ayuda que proviene de la comunidad internacional es "insuficiente". "Mientras las necesidades aumentan, la financiación está disminuyendo poco a poco", apostilla Fino, "por lo que, sin duda, hay que hacer más". 

Para ello, también es necesaria una labor de "visibilización". "Sabemos que hay muchísimas crisis que están ocurriendo en el mundo, pero no podemos permitir que esto se siga consagrando como una crisis olvidada. Estamos hablando de que el número de desplazados ha crecido en 9 millones", indica.

Y concluye: "Si no se soluciona proporcionando ayuda, habría que velar porque las instituciones competentes buscaran una solución diplomática. Porque este conflicto tiene que parar de una vez".