En Madagascar habitan miles de animales únicos en el planeta: camaleones coloridos, el gecko 'satánico', las ranas 'tomate' o las cucarachas silbantes. Los lémures son animales que también conviven con ellos, y aunque su existencia sea más célebre, tienen algunos hábitos pocos conocidos. 

Muchos animales en el mundo utilizan la danza para cortejar. Diferentes aves, por ejemplo, intentan enamorar a sus compañeras mediante bailes y movimientos. Sin embargo, el sifaka —o lémur— lo lleva haciendo durante muchos años. Una especie con una cola más larga que su propia extensión corporal y que se transporta por su hábitat natural entre rocas y árboles de manera sencilla.

[Un pez gigante del Jurásico aparece en perfecto estado después de 160 millones de años]

Se dice que es la única especie que se ha puesto nombre a sí misma, ya que la palabra sifaka tiene origen en el curioso sonido de alarma que emiten estos animales al avistar un enemigo entre los árboles.

Su cuerpo está diseñado para trepar y saltar de tronco a tronco. De hecho, sus brazos son muy cortos con relación al resto de su cuerpo y su capacidad de movimiento es limitada. Por este motivo, cuando caen a la superficie solo les queda una cosa: bailar.

La danza de los sifakas

Considerados como una de las especies de lémur vivientes más antiguas en la tierra, los sifakas han tenido que adaptarse durante los años para poder sobrevivir en la naturaleza y frente a sus enemigos.

Se les conoce como 'adhesivos verticales', ya que se sientan erguidos y saltan hasta 10 metros para alcanzar otros árboles. Sus piernas largas son perfectas para la vida en árboles altos y erguidos, sin embargo, cuando quieren correr es un proceso más complicado.

Sus extremidades desproporcionadas hacen imposible correr a cuatro patas. Con los brazos cortos, pero con piernas largas, se les hace tremendamente complicado andar como lo hacen la mayoría de los animales.

Con respuesta a esta imposibilidad, los sifakas decidieron galopar en lateral, lo que parece una danza constante. Al realizar este galope, pueden cruzar largas distancias utilizando solo una cantidad mínima de energía y con mucha más velocidad.

Más curiosidades sobre los sifakas

Los sifakas suelen vivir en grupos mixtos de machos y hembras de entre cuatro y ocho individuos, dependen unos de otros para sobrevivir y es por ello que nunca se separan. A la hora de cruzar un camino van uno detrás de otro por el mismo sitio, ya que es una ruta 'segura, 'probada' y libre de peligros.

Como hemos adelantado, cuando ven una situación de riesgo, desde los árboles se avisan unos a otros mediante un sonido elevado y que dio nombre a su especie: sifaka.

Asimismo, pasan la mayor parte del día alimentándose y descansando, pero también dedican una cantidad de tiempo considerable a comportamientos sociales, como jugar o acicalarse el pelaje. En ocasiones, las hembras tienen prioridad sobre los machos a la hora de comer.

Las madres dan a luz solo una cría al año, por ese motivo está incluido en la publicación Los 25 primates en mayor peligro del mundo desde su primera edición en el año 2000.