La playa de San Lorenzo de Gijón (Asturias) sin arena en varias de sus escaleras cuando la marea está alta.

La playa de San Lorenzo de Gijón (Asturias) sin arena en varias de sus escaleras cuando la marea está alta. Europa Press

Historias

¿Imposible colocar la toalla y la sombrilla en verano? Así están cambiando las playas de España por la erosión costera

El desarrollo urbanístico del litoral español ha añadido una capa más de erosión a nuestras costas.

19 agosto, 2023 01:26

Las zonas costeras españolas son sumamente sensibles a los impactos del cambio climático, ya sea en forma de inundaciones o de erosión. Y esta última, la erosión costera, queda más que patente en verano, cuando los españoles salen en masa a las playas, ya sean del Mediterráneo, del Cantábrico o del Atlántico. 

Según un estudio del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria, "uno de los impactos potenciales del cambio climático en la costa es la aceleración de la erosión de playas que, por su complejidad y dinamismo, experimentan cambios en una variedad de escalas temporales y espaciales, y su forma no es fija a lo largo del tiempo". De ahí que la subida del nivel del mar esté ya cambiando la línea de costa de nuestro país.

Las playas, explican desde el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), "se hacen cada vez más estrechas y durante los temporales barrios enteros reciben las olas del mar". Precisamente por eso, la entidad catalana está haciendo un seguimiento exhaustivo sobre este problema para estudiar cómo el impacto de la erosión costera redefinirá el litoral español. 

[La España de ‘sol y playa’ se queda sin arena: los temporales y el urbanismo salvaje devoran las costas]

Adiós a la toalla y sombrilla

En nuestro país, hay playas que están perdiendo su propio espacio. O, al menos, ese que el ser humano entiende como el lugar en el que colocar la toalla, esa arena o piedras en las que los bañistas se tumban al sol. Sin embargo, explican desde CREAF, esa parte es ínfima comparada con todo lo que suponen los sistemas geológicos que son las playas. 

"La playa real va de las dunas al mar, pasando por las bermas (partes planas o con un poco de relieve, como si fueran montañitas), los escarpes (taludes muy inclinados), la zona litoral (primera línea del mar) y la zona sublitoral", cuentan. Sin embargo, esta descripción puede variar, pues el sistema de la playa no es "estático", sino que "está en continuo movimiento, y existe un flujo constante de arena desde la tierra, desde los ríos, marismas y lagunas, hacia el mar".

Aspectos generales de la zona costera.

Aspectos generales de la zona costera. CREAF

De esta manera se van "creando las distintas formas de dunas, bermas, etc. entre las fases de ganancia de arena (de acreción) y de pérdida (erosión) a lo largo del tiempo".

Pero este sistema dinámico ha sufrido un cambio extra que llegó con la intervención humana: "La sociedad hemos plantado encima edificios, espigones, puertos, paseos y líneas de tren hasta la misma línea de costa", explican en un artículo de CREAF. Esto, añaden, afecta a las dinámicas naturales y cambia "el movimiento de los sedimentos que configura todo el litoral del territorio".

De ahí que, explican, ya no exista "sólo la erosión natural como parte del proceso de acreción-erosión de arena, sino que se añade una erosión forzada y un desequilibrio entre las fases de ganancia y pérdida de arena". 

Cómo nos afecta la erosión costera

Las primeras afectadas serían las actividades de ocio marítimo. Las playas se estrechan cada vez más y, por tanto, cada vez hay menos espacio para pasear por ellas o tomar el sol. En algunas, directamente, desaparece por completo la arena. 

Pero también se pierden las "propiedades costeras", explican desde CREAF. Es decir, la capacidad de la costa para regular las inundaciones o su actuación como barrera natural para frenar los grandes oleajes y evitar que lleguen a los edificios. Desde el centro de investigación también lamentan que "se destruyen puntos de referencia de alto valor cultural y turístico". 

Soluciones basadas en la naturaleza

Tal y como explican Luciana Esteves, profesora asociada de la Universidad de Bournemouth (Reino Unido), y Emilia Guisado-Pintado, doctora y profesora de Geografía Física en la Universidad de Sevilla, en un artículo publicado en The Conversation, "se sabe que los métodos tradicionales de 'ingeniería dura' para la protección costera (rompeolas, diques y muros de contención) causan efectos negativos". Incluso, añaden, "a la larga pueden agravar el problema que pretenden resolver".

Sin embargo, añaden, "las soluciones de 'ingeniería blanda', como la regeneración de playas, ofrecen protección y mejoran la experiencia del usuario. Pero se reducen con el paso del tiempo al continuar la erosión".

La solución, explican desde el CREAF, estaría entonces en la propia naturaleza. La investigadora del centro Annelies Broekman asegura en un artículo que "las mejores soluciones son aquellas capaces de recuperar la dinámica de los sedimentos y las que ayudan a las playas a ser más resilientes frente a esta problemática". Por eso, insiste en el texto, "es importante pensar bien cómo planificamos las zonas urbanas, que no invadan zonas costeras masivamente, cómo gestionamos los ríos y cómo diseñamos los puertos, entre otros".

Broekman recuerda, además, que "la erosión de la costa no se puede abordar solo mediante la ingeniería, y menos cuando implica métodos intrusivos como construir diques, revestimientos, espigones, etc., sino que hay que pensar en recuperar el funcionamiento de la naturaleza a largo plazo”.