Embarcación ganadora del descenso folklórico del Nalón (Asturias) en 2018.

Embarcación ganadora del descenso folklórico del Nalón (Asturias) en 2018. EP

Historias

Las diez fiestas de la España vaciada para rematar el verano más 'eco'

Pasado el ecuador del estío, todavía hay tiempo para disfrutar de los últimos coletazos y apostar por la cultura y tradición rural.

12 agosto, 2022 00:18

Este fin de semana comienza la última quincena de agosto. Para algunos, se inician las tan ansiadas vacaciones. Para otros, es hora de volver a la rutina. Sea cual sea tu situación, la verdad es que agosto y septiembre son meses de mucha actividad cultural, festiva y folclórica en muchas localidades de la España vaciada o rural.

Son en las romerías donde se puede respirar la esencia de los diferentes pueblos y villas de nuestro país. En muchas de ellas, incluso, se hacen viajes al pasado, reviviendo momentos históricos que marcaron el municipio o rememorando épocas de bonanza o escasez —depende del caso—.

Desde ENCLAVE ODS queremos proponerte diferentes planes para recorrer el país de norte a sur a través de las fiestas locales más llamativas que quedan por celebrar. Ya te toque volver a la realidad o desconectar unos días, estos planes pueden salvarte un fin de semana y darte ideas para conocer nuestro país de una manera diferente.

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1. Fiesta de la Vendimia de Jumilla (Murcia)

Del 12 al 21 de agosto se celebra en este municipio de poco más de 25.000 habitantes una fiesta considerada de Interés Turístico Regional. Esta cita se viene celebrando desde 1972 para reivindicar, como reza el cartel promocional de este año, que el vino y la uva está en la sangre de todos los jumillanos.

Los días de celebración pasan entre muestras de devoción al vino y todo lo que rodea su elaboración. Esta se convierte en un elemento más cultural que otra cosa para recorrer, durante las jornadas que dura esta oda a la bebida de los dioses, el camino de transformación de la uva en vino.

Así, Jumilla se engalana para inaugurar la fuente del vino, hacer la ofrenda del primer mosto al Niño de las Uvas o celebrar la gran cabalgata del vino. Una cita ineludible para cualquier amante del buen caldo.

2. Carnaval de Luanco (Asturias)

La capital del concejo asturiano de Gozón, con poco más de 5.200 habitantes, volverá a acoger su particular carnaval o antroxu veraniego. La villa de Luanco celebra este domingo 14 agosto su encuentro lleno de charangas, disfraces y desfiles.

Tras dos años en pausa debido a la pandemia de la covid, esta peculiar fiesta que se celebra desde finales de los años 50 vuelve a vestir las calles de la villa de celebración. La folixa (fiesta en asturiano) se divide entre los pasacalles diurnos para los más pequeños y los desfiles bañados de sidra nocturnos para los adultos y, sobre todo, para los jóvenes.

3. Diagosto de La Alberca (Salamanca)

El 15 de agosto es día grande de muchas ciudades y pueblos de España, pero todavía es más importante en la localidad salmantina de La Alberca. Con apenas mil habitantes, las fiestas de este pueblo castellano están declaradas de Interés Turístico Nacional y hacen las delicias de locales y foráneos.

El Diagosto comienza con un pasacalles, compuesto por un tamborilero, que se encarga de despertar al pueblo. Después, junto a las autoridades pertinentes, mayordomos, cofrades y danzarines se reúnen en la Plaza Mayor y se dirigen a rendir tributo a la Virgen de la Asunción. Tras la misa, sacan la figura a pasear por las calles adornadas y llenas de color.

Durante todo el día, las gentes del pueblo y diferentes grupos folklóricos, ataviados con sus trajes típicos, bailan danzas tradicionales. Sin duda, el Diagosto se trata de una romería llena de tradición, historia y cultura.

4. Descenso Folklórico del Nalón en Pola de Laviana (Asturias)

Cada 20 de agosto, desde hace más de medio siglo, los habitantes de la parroquia asturiana de Pola de Laviana se engalanan para celebrar su carnaval acuático particular. El Descenso Folklórico del Nalón consiste en una curiosa competición de embarcaciones en forma de carrozas decoradas.

Así lleva haciéndose desde 1968 cuando, de forma improvisada, dio comienzo la que ahora es la fiesta más importante del concejo. Considerada fiesta de Interés Turístico Nacional, su lema es ‘¡Puxa Asturias! ¡Puxa Laviana! ¡Puxa el Descenso! ... Y si llueve, ¡que llueva!’. Con él, animan también a los turistas a no amedrentarse por el tiempo, pues se trata de una fiesta que, aunque haga sol, acabará pasada por agua.

5. Batalla de Flores de Laredo (Cantabria)

El último viernes de agosto, este año, el 26, se celebra en la localidad cántabra de Laredo la Batalla de Flores. Y así lleva ocurriendo desde 1908. Durante el día que dura esta fiesta, el pueblo se convierte en una verbena, con música y charangas tocando por la calle.

Esta fiesta de Interés Turístico Nacional consiste, además, en un desfile de carrozas adornadas con flores y pétalos naturales que cuentan una historia o lanzan un mensaje. En realidad, se trata de una competición más que de un desfile en sí, pues un jurado se encarga de valorar y elegir la mejor carroza. Es decir, a la ganadora de esta batalla.

6. ‘Festa’ Normanda en Foz (Lugo)

La tercera semana de agosto –este año entre el 26 y el 28–, desde 2011, se celebra en Foz una festa que conmemora la llegada de los vikingos a la costa gallega. Cuenta la leyenda que una de las veces que intentaron invadir Galicia, los drakkas vikingos amarraron frente a la costa de Foz. Sin embargo, por intervención divina, la invasión acabó en un intento fallido.

Y de ahí surge esta nueva tradición, a medio camino entre la historia y la leyenda. Y es que cuentan en Foz que cuando los habitantes vieron la hilera de embarcaciones, corrieron a refugiarse y se encontraron con el obispo Gonzalo. Este golpeó el suelo con su báculo episcopal y justo en ese momento se hundió uno de los navíos. Y así se repitió la acción hasta que no quedó ni un barco en pie.

Ahora, esta fiesta recrea aquel episodio, junto a un mercado medieval que abarrota el pueblo.

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7. Fiesta de Cipotegato de Tarazona (Zaragoza)

Cada 27 agosto, esta localidad de poco más de diez mil habitantes se transforma en una verbena para su fiesta más conocida: al mediodía, cuando el reloj suena doce veces, el Cipotegato —una especie de bufón— sale del Ayuntamiento de Tarazona ante una plaza repleta de gente que le recibe con una lluvia de tomates.

El Cipotegato, elegido todos los años por sorteo entre los jóvenes, mantiene su identidad en secreto hasta que regresa al Consistorio tras la celebración. Este personaje viste siempre un traje de pantalón y chaqueta amarillo, rojo y verde, con rombos, y lleva un palo unido a una bola por una cuerda y una máscara para guardar su identidad.

Durante su recorrido las gentes de la ciudad le tiran tomates para recordar, como cuenta la leyenda urbana –de la que no hay constancia documental–, cómo cada año se soltaba a un reo condenado a muerte, al que se le sometía a una lapidación por parte de los ciudadanos. Si sobrevivía y llegaba a tocar una cadena que se encontraba a las afueras de la ciudad, se le concedía el perdón.

8. Fiesta Ganchera del Alto Tajo (Castilla-La Mancha)

Durante cinco siglos, los gancheros condujeron los troncos cortados desde el río Tajo hasta Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina. Ahora, el primer sábado de septiembre, en varios pueblos de Guadalajara, se celebra la Fiesta Ganchera en su honor. De carácter itinerante, cada año se celebra en una de las localidades del Parque Natural del Alto Tajo.

Ya sea en Peralejos de las Truchas, Taravilla, Poveda de la Sierra, Peñalén o Zaorejas, esta celebración histórica cultural merece la pena una visita para poner rostro a los hombres y mujeres a los que popularizó con su pluma José Luis Sampedro en ‘El río que nos lleva’.

9. ‘Festes’ del Tura de Olot (Girona)

Entre el 6 y el 10 de septiembre, esta localidad catalana se engalana para acoger sus tradicionales desfiles de gigantes, caballitos y cabezudos. Las festes del Tura son unas de las celebraciones más importantes de la comarca de Girona.

Estas fiestas en honor a la patrona de la localidad, la Virgen del Tura, datan del siglo XIV, cuando se documentan las primeras celebraciones. Aunque los actos festivos como tal empiezan a darse en 1636. Sin duda, son una oportunidad única para revivir la historia y el folclore del país.

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10. Danza del Diablo en Tijarafe (La Palma)

En la madrugada del 8 de septiembre, desde 1923, el diablo danza por las calles de Tijarafe, un municipio palmero de apenas 2.500 habitantes. Una figura maléfica que escupe fuegos artificiales se dedica a recorrer la localidad.

Pero su llegada sólo supone el culmen de una verbena, en la que se congrega el pueblo, y en la que unos gigantes y cabezudos irrumpen sin previo aviso para ‘alertar’ de la inevitable visita del diablo. Tras 20 minutos de espectáculo pirotécnico, la fiesta acaba cuando la cabeza del diablo explota, representando el triunfo del bien sobre el mal.