Buscar localizaciones en bicicleta, apostar por una botella de aluminio reutilizable en vez de por las de plástico, plantar árboles para compensar la huella de carbono o servir al equipo un menú vegano una vez por semana. Son algunas de las iniciativas sostenibles que unas pocas productoras han puesto en marcha para que el cine español esté en consonancia con el Sello Verde, la iniciativa impulsada por la Academia de Cine para acercar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a la industria audiovisual.

“Nuestro sector tiene la capacidad de jugar un papel fundamental en el cambio que nuestro planeta necesita”, reflexionaba Mariano Barroso, presidente de la institución cinematográfica, durante el acto inaugural en el que se presentó la Guía de Buenas Prácticas del Sello Verde. Fue un encuentro entre profesionales del sector cinematográfico español en el que se propuso establecer una serie de herramientas, protocolos y medidas que cualquier rodaje español que busque reducir su huella de carbono debería tomar como referencia.

La propuesta surge de una necesidad: la falta de una certificación verde en el audiovisual español. En Europa existe el GreenFilm Research Lab, un proyecto de investigación que se encarga de expedir el certificado ‘Película Verde’ a las producciones que cumplan con los ODS, y Reino Unido cuenta con el Certificado Albert de Producción Sostenible desde 2011, que obliga a toda producción de la BBC, de Sky o de Netflix a registrar en una calculadora cuál ha sido su huella de carbono.

"Es un protocolo que ayudará a las producciones a reducir sus impactos", considera el presidente de la Academia

Sin embargo, en España aún no están instituidas este tipo de iniciativas y la Academia, máxima representante de las artes y las ciencias cinematográficas, busca ser pionera en la Unión Europea.

El Sello Verde se trata, en palabras del propio Barroso, de “un protocolo que ayudará a las producciones a reducir sus impactos” medioambientales, aunque es una declaración de buenas intenciones y no una obligación. Hasta ahora han sido los pequeños productores quienes, desde su conciencia ecológica, han puesto en marcha iniciativas individuales para hacer sus rodajes más sostenibles. Es el caso de Cristina Zumárraga de Tandem Films, productora La Boda de Rosa, la primera producción española en ser considerada 100% sostenible.

Un ejemplo de rodaje sostenible

Zumárraga considera que el cine español “debe ponerse las pilas en este tema e intentar ser más sostenible, reducir emisiones y evitar gastos superfluos”. La clave, en su opinión, está en el equilibrio y la ejemplaridad: “La industria audiovisual, por la visibilidad que tiene, debe ser pionera y dar ejemplo”, considera la también ganadora de dos premios Goya.

“En mi casa yo soy una friki del reciclaje, así que cuando llegaba al rodaje se me abrían las carnes al ver los residuos mezclados y los plásticos de las botellas de agua. Un desastre monumental. Así que sentí que debía poner mi granito de arena", y considera que este tipo de iniciativas sostenibles las ponen en marcha, de momento, “cuatro gatos”, pero prevé que poco a poco otras grandes productoras, como Netflix, las normalicen en sus producciones.

"Hemos dejado de imprimir las órdenes de rodaje y los guiones", explica la productora Cristina Zumárraga

Su primer experimento sostenible fue La boda de rosa, la película dirigida por Icíar Bollaín y protagonizada por Candela Peña que arrasó en las nominaciones a los Goya de 2020 (se llevó dos estatuillas; mejor actriz principal y canción, cortesía de Rozalén y Que no, que no). “Con esta película diseñamos un protocolo parecido al del Sello Verde, que entonces aún ni siquiera existía”, explica Zumárraga, quien pone una serie de ejemplos prácticos aplicables a cualquier producción que quiera reducir su huella de carbono.

Uno de los principales objetivos fue aplicar la regla de las tres ‘R’: “Reducir, reciclar y reutilizar todos los materiales de oficina, dirección de decorados y vestuario. Tratar de no comprar ni muebles ni ropa nueva, sino alquilarla para después devolverla, y lo que se compraba donarlo a quien lo pueda necesitar", enumera. "También hemos dejado de imprimir las órdenes de rodaje y los guiones: antes teníamos que hacer fotocopias de tres o cuatro folios para ochenta personas y se imprimían guiones a destajo”.

Luego está el transporte: “Evitar los vuelos, especialmente en distancias de menos de cinco horas, y priorizar el metro”. También las bicicletas: “En Valencia la preproducción la hicimos yendo en bicicleta de un lado a otro”. La reacción tanto de los artistas como del equipo técnico fue, según la productora de Tandem Films, muy positiva y nadie puso objeción a ninguna de estas iniciativas.

Candela Peña en una escena de 'La boda de Rosa' Tandem Films

Ni siquiera se quejaron cuando al equipo de producción de Zumárraga se le ocurrió establecer un día vegano a la semana: “Pensamos que nos iba a estallar en la cara, así que especificamos que si alguien necesitaba carne que lo pidiese a producción y le pondrían un filete (risas). Nadie lo pidió”, celebra la productora, que comparte en exclusiva con EL ESPAÑOL y ENCLAVE ODS el memorando del rodaje en el que se especifican todas las directrices sostenibles aplicadas en el set.

Ecomanagement: el trabajo del futuro

Uno de los nuevos puestos de trabajo del futuro en la industria del cine podría ser la del 'ecomanager' o responsable ecológico de un rodaje. Esta figura, clave según la Guía de Buenas Prácticas del Sello Verde de la Academia de Cine, es la encargada de llevar el control diario de todas las actividades del set de rodaje y asegurarse de que cumplen con criterios sostenibles. Además, lleva un registro (escrito y audiovisual) de todas ellas para poder certificar que las metas 'verdes' se han alcanzado realmente.

Así lo certifica Paloma Andrés de Mrs. Greenfilm, consultora especializada en ayudar al sector audiovisual a incorporar la sostenibilidad en su día a día. "El ecomanager es una figura que trabaja dentro de un equipo de producción audiovisual encargándose de todas las tareas de producción que lleva cualquier proyecto pero en la parte de la reducción de impacto", explica Andrés.

"Amazon Studios ha dicho que quiere hacer todos sus originales 'huella cero'", explica Paloma Urrutia de Mrs. Green

Y pone un ejemplo: "Si hay que comprar 5.000 mascarillas para el equipo, el ecomanager buscará que sean biodegradables y hablará con empresas que estén metidas en el área de lo sostenible [...] Envía formularios en los que le pregunta en qué coche han venido a trabajar, cuántos kilómetros han hecho o si los automóviles son diésel o gasolina", nos explica la experta de Mrs. Green.

Esta figura, sin embargo, se la pueden permitir, esencialmente, los proyectos más grandes, ya que las producciones más pequeñas no cuentan con los suficientes recursos. Además, a nivel institucional, no existen ayudas económicas para los rodajes que apliquen en el día a día estos criterios sostenibles.

Tal y como recuerda Cristina Zumárraga, lo único que ha impulsado el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) ha sido la iniciativa de regalar un punto en las subvenciones a todas aquellas películas que se comprometan a llevar un registro de la huella de carbono, pero no a ayudarlas económicamente para que lo apliquen.

Las que más volcadas están en la inclusión de este tipo de perfiles en sus rodajes son las plataformas de streaming: "En el festival Iberseries Amazon Studios ha dicho que quiere hacer todos sus originales 'huella cero'", recuerda Andrés. "Están trabajando en ello. Luego, en Las niñas de cristal para Netflix, también lo han aplicado. Lo mismo ocurrió en La boda de Rosa y Sin novedad, de Warner para HBO Max". Aunque aún es una figura que está moldeándose, ambas expertas coinciden en que dentro de unos años será un puesto de trabajo esencial en la industria del cine.