Panorámica de la calle Río Jarama, la vía principal de la zona industrial del Polígono de Toledo.
El inventario del amianto en Toledo desvela más de un millar de focos: consulta su ubicación en este mapa interactivo
La distribución del material en la capital de Castilla-La Mancha alcanza sus principales barrios y a edificios de uso sanitario, educativo o religioso.
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El censo de amianto de la ciudad de Toledo, un informe elaborado por la consultora AgForest, ha contabilizado 1.083 emplazamientos de asbestos en el término municipal. Las fibras permanecen en centenares de viviendas particulares y en algunos edificios de uso público.
El mapa, encargado por el Ayuntamiento, confirma una presencia significativa de este material en los principales núcleos urbanos que integran la capital de Castilla-La Mancha, tanto en el distrito más antiguo como en los desarrollos por los que se expandió la ciudad.
Por una parte, centenares de hogares del Casco Histórico se han servido de estas fibras para su construcción o en posteriores reformas. Un buen número de inmuebles situados en el entorno de la calle Comercio y la Magdalena sufren los riesgos derivados del mineral.
Más allá del distrito monumental, el estudio geoespacial ha confirmado diferentes focos en distintos puntos de los barrios de Antequeruela y las Covachuelas, los primeros arrabales de Toledo.
Santa Bárbara concentra algo más de un centenar de los puntos de amianto detectados por AgForest en la ciudad. El barrio que creció junto a la estación de tren, un enclave que aúna un denso vecindario con algunas instalaciones industriales, también lamenta una preocupante concentración de asbestos.
Entre Santa Bárbara y Azucaica, cerca del cauce del río Tajo, existe un pequeño enclave con construcciones de almacenamiento y para usos agropecuarios en el que abunda este material.
No obstante, el barrio del Polígono es la porción de la ciudad en la que esta problemática se torna más preocupante. Alrededor de un centenar y medio de naves situadas en la zona industrial de Santa María de Benquerencia sufren esta situación.
La catalogación del asbesto y su retirada son dos viejas demandas de los vecinos del distrito más poblado de Toledo. En noviembre de 2024, este barrio celebró un congreso nacional sobre el amianto, promovido por la asociación vecinal El Tajo, una reunión científica que ahondó en el riesgo para la salud pública que supone la mera presencia de este elemento.
Afortunadamente, en las periferias de más reciente urbanización, tales Valparaíso o La Legua, apenas se ha documentado la incidencia de este componente.
Espacios para multitudes
Más allá de la distribución por barrios, una distinción muy adecuada dada la dispersión espacial y la propia cronología de la ciudad, cabe reseñar la existencia del mineral en algunos de los edificios más representativos de Toledo.
El estudio ha detectado amianto en una porción del complejo de la Academia de Infantería. En el patio del colegio Tavera y en una dependencia del campus de la Fábrica de Armas, una de las sedes de la UCLM en la capital regional, también se ha señalado la existencia del aislante.
El pabellón de la Escuela Central de Educación Física aparece en el mapa interactivo encargado por el Ayuntamiento. Sin embargo, la reciente reforma que ha mejorado la instalación -rebautizada con el nombre de Gonzalo Pérez de Vargas- ha posibilitado la retirada de las fibras.
Otro punto próximo al parque de las Tres Culturas emerge en la lista recopilada por AgForest. Se trata de la iglesia de San Julián, sita en la avenida de Europa y erigida junto al colegio Infantes.
Asimismo, se han advertido puntos con amianto en el Hospital Nacional de Parapléjicos, un recurso sanitario con más de medio siglo de vida. Es, precisamente, en la parte más antigua donde se ha reseñado su presencia.
Los corrales de la plaza de toros y el centro de formación de maquinaria agrícola apostado frente a la N-400 son otros lugares de elevada concurrencia puntual en los que se ha certificado la existencia del material.
Retirada
La normativa en vigor establece la obligación de eliminar este tipo de residuos de los "emplazamientos de carácter público con riesgo alto" antes de 2028. En 2032, el amianto debe desaparecer de los edificios públicos y privados.