Montaje de la bombera forestal de INFOCAM, Vanesa Molina, con una imagen de un incendio.

Montaje de la bombera forestal de INFOCAM, Vanesa Molina, con una imagen de un incendio.

Toledo

Una bombera forestal de Toledo se moja sobre los incendios: "El abandono rural nos está golpeando en la cara"

Vanesa Molina lleva más de 20 años ejerciendo esta profesión de riesgo en el IFOCAM.

Más información: El año negro de los incendios forestales: 2025 ya acumula la mayor superficie quemada de las últimas tres décadas

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Este 2025 se ha convertido en el peor año de las últimas tres décadas en materia de incendios forestales en España. Solo en las dos últimas semanas se han calcinado cerca de 340.000 hectáreas en nuestro país y en lo que va de año la cifra asciende a 348.238 hectáreas, según el Sistema de Información de Incendios Forestales de la Comisión Europea (EFFIS, Copernicus).

En Castilla-La Mancha, se mantienen activos este martes varios incendios, siendo el más reciente el originado en Mascaraque (Toledo), donde se han desplegado cuatro medios terrestres y 17 efectivos. El año negro de los siniestros forestales también afecta a la región, donde se han registrado 501 fuegos desde el pasado 1 de junio, lo que supone un 49 por ciento más que en el mismo periodo de 2024.

Además, la superficie ardida ha aumentado un 81% debido a los grandes focos declarados en Méntrida y Navalmoralejo (Toledo) o Aldea del Rey (Ciudad Real), que obligaron a movilizar a cientos de efectivos y medios aéreos del INFOCAM, la UME y cuerpos de extinción de otras comunidades autónomas, como el INFOEX extremeño.

Incendio en Mascaraque (Toledo). Foto: Infocam.

Incendio en Mascaraque (Toledo). Foto: Infocam.

En este trágico contexto, Vanesa Molina (47 años), bombera forestal del INFOCAM en la comarca de los Montes de Toledo desde el año 2004, confiesa en declaraciones a EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM que "el cambio climático no es la principal causa; es un factor más. No se le puede achacar el 100% de la culpa"

Para ella, hay que mirar más allá de la urgencia de la extinción y poner el foco en la prevención. "El debate no puede quedarse solo en la compra de más aviones o brigadas", lamenta.

Bomberos del INFOCAM trabajando en un incendio.

Bomberos del INFOCAM trabajando en un incendio. Infocam

Vanesa o más conocida en redes sociales como @bombera51 tiene claro que "el problema es que el medio rural se ha muerto". Esa actividad rural "permitía reducir el combustible forestal, ahí es donde debemos actuar", resalta.

Desde su perspectiva en la lucha diaria contra el fuego, esta bombera asegura que "desde la profesión está siendo devastador ver lo que está pasando", haciendo referencia a la reciente ola de incendios que asola a varias comunidades de España.

Vanesa asegura que muchos de sus compañeros de Castilla y León, una de las regiones más afectadas, "están exhaustos, se están comiendo turnos infernales de 18 y 20 horas". "Hay compañeros que duermen en vehículos o en el suelo. Es desesperante", añade.

Estas largas jornadas laborales generan agotamiento en los efectivos. Un cansancio que, según Vanesa, podría estar detrás de la muerte del bombero de 57 años que volcó ayer con un vehículo autobomba en Espinoso de Compludo (León).

"Es muy probable que ese accidente fuera fruto del cansancio y de la extenuación de tantos días trabajando sin descanso. Necesitamos los cinco sentidos y para eso necesitas descansar y comer bien", incide.

En la otra Castilla, la situación es diferente: aunque se originan incendios a menudo, los medios están manteniendo una respuesta eficaz. "Siempre se puede mejorar, pero ahora mismo la respuesta está siendo bastante buena. En Toledo tuvimos cuatro incendios en un mismo día, uno pudo haberse descontrolado, pero se agarró rápido", subraya.

Efectivos del INFOCAM en un operativo.

Efectivos del INFOCAM en un operativo. Infocam

Cuál es el protocolo ante un incendio

Vanesa explica que la detección temprana es fundamental y que el protocolo empieza desde las torres de vigilancia distribuidas por todo el territorio castellanomanchego.

"Cuando ven una columna de humo, lo cantan a la central y se triangula la localización. Se activa la unidad más cercana con un agente medioambiental y valora la situación y, si ve que no basta con su dotación, pide refuerzos terrestres o aéreos".

En zonas como el oeste de Toledo, la colaboración con el Infoex extremeño y la UME ha sido constante este verano. Sobre esta coordinación entre los diferentes cuerpos, Molina confiesa que "al final trabajas como si fueran compañeros. Hace años era más tirante, porque ellos (UME) son militares y nosotros no (INFOCAM), pero hoy estamos todos para lo mismo y se trabaja mano a mano".

Mujer bombera

Hablando de su trayectoria como mujer en esta profesión de riesgo, Vanesa recuerda que en un incendio a las afueras de un pueblo de Toledo los vecinos se sorprendieron cuando se quitó el traje y el casco. "Dijeron: '¡Anda, si es una chica!'".

Reconoce sentirse afortunada de ser parte de un equipo que no distingue género cuando la vida de alguien está en juego. "Ser mujer bombera no significa ser menos capaz; significa aportar otra perspectiva, otra sensibilidad a un trabajo que exige coordinación, valentía y entrega", señala.

Tras más de 20 años ejerciendo como bombera forestal, Vanesa Molina advierte que "antes se cuidaban los montes, ahora los pueblos se han vaciado y esa cultura se ha perdido".

Por último, concluye con un mensaje claro: "El abandono rural nos está golpeando en la cara, mientras se siga apostando solo por la extinción, los incendios seguirán creciendo".