Luis Miguel Núñez, actual concejal no adscrito en el Ayuntamiento de Toledo, ha relatado en el programa Salvados de La Sexta su caída en desgracia en Vox, partido en el que llegó a ser presidente provincial. En un programa dedicado a políticos que han salido del partido de Abascal, Núñez ha relatado con todo lujo de detalles cómo comenzó su declive dentro del partido empezó en un encuentro previo a las elecciones de 2019 y tuvo como punto último de inflexión las municipales de aquel mismo año en el que Alberto Romero como número uno y él fueron elegidos concejales. 

Núñez recordaba con nostalgia cómo fueron sus comienzos en un partido donde "todos éramos gente de la calle" y en el que "muchos estábamos empeñados en quitarle esa etiqueta de ultraderechista". Incluso, recordaba cómo "tenía todos los despachos y teléfonos abiertos". 

Sin embargo, su decepción comienza el 14 de febrero de 2019 en un acto en Madrid donde se iba decidir si los cargos para las elecciones se decidían e primarias, como establecían los estatutos, o pasaban a ser nombrados por la dirección general. "Salió un porcentaje del noventa y tantos por ciento en el que se imponía el cambio de estatutos y los candidatos pasaban a ser elegidos por la dirección general. Este resultado me sorprendió porque todos los que estábamos allí sentados habíamos votado por mantener el sistema de primarias", explicaba Núñez, quien reconocía que "de haber tenido una prueba lo habría denunciado". 

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Amenazas y vejaciones

Fue a partir de aquí donde empieza lo que él denomina "acoso y derribo" para que abandonase el partido. "Cesan a mi vicepresidente y me obligan a prescindir de dos personas de mi confianza, mi guardia pretoriana, para dejarme indefenso".

Tras ver cómo las comunicaciones se cortaban, describe una estrategia "de lo más siniestro" que se concretó con una reunión de urgencia con dos miembros del partido: "Entramos en un despacho al que solo se accedía si un guardia de seguridad te abría con llave. Uno me insultaba diciéndome "eres un mierda", "no vales para esto" o "no vas a volver a trabajar en tu puta vida"; mientras que otro me daba palmaditas en la espalda, al estilo poli bueno y poli malo. Te amenazan y te llevan al límite".

De este encuentro que tilda como "estrategia militar", asegura que sale la decisión de que dimita de su cargo orgánico como presidente provincial de Vox en Toledo a cambio de ser candidato a la Alcaldía de Toledo.

Pero como recuerda el concejal toledano, en el último momento saltó la sorpresa y el compromiso de ser cabeza de lista nunca se concretó. "En el BOE se publican las listas provisionales y soy el número uno, pero cuando salen las definitivas, veo que estoy en el dos" y es Alberto Romero quien opta a la Alcadía. En ese momento, asegura que "llamo a Abascal, Ortega-Smith y Mariscal, y nadie me coge el teléfono". Su siguiente paso fue acudir a la sede central del partido donde "no me permiten entrar y me encuentro con más gente que están en la misma situación que yo".

La asignación municipal, a la dirección general

En las elecciones municipales de 2019, Vox sacó dos concejales en el Ayuntamiento de Toledo, que correspondían a Alberto Romero y el propio Luis Miguel Sánchez. Sin embargo, pocos después de la toma de posesión, concretamente el 16 de septiembre de 2019, Romero anunció su renuncia al cargo y su salida del partido (su escaño lo ocupó la actual concejal María Ángeles Ramos), mientras que Núñez pasó a ser concejal no adscrito y dejó un partido al que tildó de "pseudosecta".

El motivo de esas salidas, según Núñez, son la petición que llegó desde Madrid de firmar un documento ante notario en el que se comprometían a que la designación municipal de Vox al grupo municipal de Toledo fuese a la dirección general. "Me piden que vaya al notaria y pague de mi bolsillo un documento que dice que la asignación de municipal que sale de los impuestos de los toledanos te lo tengo que dar a ti. Pero, ¿qué os habéis fumado?", agrega.

Por último, Núñez también dejaba la sombra de la duda sobre la financiación del partido. Durante su etapa al frente de la Secretaría Provincial, aseguraba que cuando ponían una carpa, "el beneficio del merchandising que mandaba la dirección y que vendías se ingresaba en una cuenta en concepto de donativo" y que incluso "había una cantidad tope que no recuerdo porque nos la decían por teléfono para que no quedase constancia".

"Su fin último es que haya muchos afiliados, para que paguen muchas cuotas y vayan a los de siempre. Esto es una pirámide. En cuántas más instituciones estemos, más recaudamos," terminaba diciendo el concejal toledano.