Darío Dolz (Cuenca, 1967) aspira a conseguir lo que ningún candidato socialista ha logrado en su ciudad desde 1997: gobernar dos legislaturas seguidas. Tras un mandato marcado por la ruptura del acuerdo de gobierno con Cuenca Nos Une, pide a sus vecinos confianza para continuar los proyectos puestos en marcha. Reconoce que su objetivo es la mayoría absoluta pero si tiene que volver a pactar para gobernar con alguna de las otras siete fuerzas políticas que concurren -en realidad con seis porque el acuerdo con Vox lo descarta de antemano- pone una línea roja muy clara  que "no tiene vuelta atrás", el Plan X Cuenca.

-Hace cuatro años, la suya fue la lista más votada pero necesitó del apoyo de Cuenca Nos Une para gobernar. ¿Es partidario de llegar a un acuerdo con el PP para que gobierne la lista más votada?

Que gobierne la lista más votada no me parece mal. En cuatro años, hemos gobernado dos años con el apoyo de Cuenca Nos Une y otros dos en minoría. Desde luego, no son decisiones que le competen al alcalde de Cuenca pero si me pregunta le diré que no me parece mal esa postura porque facilita la gobernabilidad.

-El panorama electoral de Cuenca se presenta especialmente fragmentado con hasta ocho opciones diferentes. ¿Esto le puede beneficiar a la hora de alcanzar una posible mayoría absoluta o por el contrario se la puede alejar?

Tenemos que partir de la base de que buscamos la mayoría absoluta. También lo digo claramente, si después del día 28 de mayo tengo que buscar acuerdos lo haré para que la ciudad sea gobernable. Nosotros ofrecemos experiencia y capacidad en la gestión. Lo bueno que tiene esta candidatura es que repiten seis personas del equipo de Gobierno por lo que tenemos capacidad para ponernos a trabajar por Cuenca desde el minuto siguiente a ganar las elecciones. Hay muchos proyectos en marcha que no pueden pararse porque tengan la marca del PSOE. Le hablo de las obras del nuevo hospital, de los remontes mecánicos al Casco, de las mejoras planteadas en todos los barrios o de la renovación de instalaciones deportivas, por ejemplo.

-De las otras siete opciones políticas, ¿plantea alguna línea roja de cara a futuras alianzas?

Si, los partidos más a la derecha, en este caso Vox. Además, si tenemos que buscar la cogobernanza del ayuntamiento con alguna formación, tendremos que respetar los programas electorales y para nosotros hay una línea roja muy clara con el Plan X Cuenca y esa integración urbana de los terrenos de RENFE en la ciudad. No tienen vuelta atrás. El Ayuntamiento no ha quitado el tren convencional pero tiene que coger una posición de fuerza para hacer más ciudad generando espacios de ocio, verdes, deportivos, de equipamiento, contenedores culturales y también aparcamientos en esos terrenos.

-Dice que el Ayuntamiento no ha quitado el tren convencional pero, ¿teme que ese punto del Plan X Cuenca le pase factura en las urnas?

Es una decisión meditada y de futuro. Por desgracia, el tren no transportaba viajeros y estaba muerto desde hacía muchos años, más de veinte. Como le decía, buscamos hacer más ciudad superando esa brecha urbana que dividía los barrios que están a ambos lados de esos terrenos. Tampoco podemos olvidar que ahora mismo Cuenca tiene conexión por alta velocidad con hasta 30 ciudades de España. Eso es lo que buscamos, entrar en la modernidad, mejorar la conectividad entre la ciudad y la estación Fernando Zóbel con transporte público gracias al dinero que pone el Ministerio a disposición del Ayuntamiento. En definitiva generar ciudad en espacios vacíos que ahora mismo solo acumulan basura.

-En materia turística, Cuenca ha conseguido dos grandes hitos como son convertirse en Capital de la Gastronomía 2023 y también el anuncio de la llegada de Toro Verde. ¿Hay margen para seguir creciendo?

Por supuesto. El turismo es uno de los motores económicos de la ciudad y tenemos que seguir mimándolo, sobre todo para potenciar un turismo de calidad que pernocte en la ciudad. No tengo dudas de que la llegada de Toro Verde a la pedanía de Toldos va a ser un revulsivo económico importantísimo para la ciudad y en ello también va a jugar un papel importante esa conectividad por alta velocidad que nos posicionará de una manera muy favorable en la llegada de esos turistas que quieran visitar el parque. La Capital Gastronómica 2023 ha sido otro gran hito pero no queremos quedarnos solo ahí.

-¿Y hacia adonde apuntan?

A la llegada de más empresas en otros ámbitos. Alguna muestra tenemos ya en el sector de las nuevas tecnologías o industrias que se han unido por el gran potencial que tiene Cuenca como mayor propietario forestal de España. Seguiremos trabajando para buscar que esas industrias se puedan instalar y tengan cabida en la ciudad.

-¿En qué ha cambiado Cuenca desde 2019 que llegó a la Alcaldía hasta ahora?

Sobre todo en dejar atrás la desidia del anterior equipo de Gobierno en lo que se refiere a mantenimiento urbano de la ciudad. Para mejorarlo hemos invertido más de 2 millones de euros y tenemos otro contrato a punto de entrar en licitación de 1,2 millones de euros para seguir mejorando, sobre todo, los barrios. No nos ha dado tiempo a abordar todas las mejores urbanas que queríamos pero hay ejemplos muy claros de lo que queremos hacer como el de La Horca, por ejemplo, un barrio que estaba inconcluso desde hace diez años y que hemos completado. La dirección a seguir es lograr una ciudad más habitable y más verde donde se mejore la calidad de vida.  

-¿Seguiría de concejal si la suma no le da el Gobierno?

Sin ninguna duda. Soy funcionario de carrera, no se si me quedaría liberado o no pero seguiría en la oposición para trabajar desde otro punto de vista para la ciudad y para que tantos y tan buenos proyectos que están llegando a Cuenca no se pierdan en el camino. De todas maneras pido a mis vecinos continuidad para que haya dos legislaturas seguidas de gobierno socialista. La última vez que esto ocurrió fue en 1997 y fueron ocho años en los que se transformó la ciudad. Ese es el objetivo, transformar y llevar a la ciudad al futuro en una legislatura normal, sin cortapisas sanitarias o las que han traído una guerra que ha disparado los precios de los proyectos.