Nacho Hernando, consejero de Fomento de Castilla-La Mancha durante su intervención en el foro 'El impacto del cambio climático en los recursos hídricos".
Hernando: "Las catástrofes se tienen que gestionar con protocolos que eviten conflictos sobre competencias"
El consejero de Fomento de Castilla-La Mancha ha intervenido en el foro 'El impacto del cambio climático en los recursos hídricos' organizado por EL ESPAÑOL de Castilla-La Mancha y FACSA.
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El consejero de Fomento de Castilla-La Mancha, Nacho Hernando, ha abogado por sacar conclusiones de la gestión de catástrofes como la dana que hace un año asoló Valencia y otros puntos de la región como Mira y Letur. En este sentido, ha pedido abordar esta cuestión a nivel nacional marcando "protocolos que eviten conflicto o interpretaciones sobre competencias".
"La mejor manera de afinar el tiro es establecer en qué momento una administración u otra toma las riendas de la gestión de una crisis. Igual hay que fijar un baremo que establezca que a través de un cierto volumen de pérdidas humanas o de municipios afectados, una comunidad autónoma no puede gestionar en solitario", ha puntualizado durante su intervención en el foro 'El impacto del cambio climático en los recursos hídricos' que han organizado EL ESPAÑOL de Castilla-La Mancha y FACSA en el Salón Rico de Toledo.
El consejero castellanomanchego ha defendido que si en estos escenarios "nos vamos a modelos objetivos, evitaremos filias y fobias entre unas personas y otras". Así se evitarían situaciones actuales en las que "mientras discutimos si son galgos o podencos hay vidas humanas en peligro y eso no se puede permitir".
A este respecto, ha señalado ejemplos de protocolos que ya funcionan a nivel regional como el de la gestión de incendios donde "es muy difícil interpretar si hay que movilizar un medio aéreo o no".
Hernando ha sido entrevistado en este foro por la presidenta ejecutiva de EL ESPAÑOL de Castilla-La Mancha, Esther Esteban, justo después de que el director general de FACSA, José Claramonte, haya presentado el informe 'El impacto de los extremos climáticos en los recursos hídricos'.
Sobre este documento ha abundado que "viene a avalar lo que nos estamos encontrando en los últimos años". De hecho, ha subrayado cómo "la pluviometría se ha reducido en un 65 % en Castilla-La Mancha" con episodios en los que "llueve mucho de golpe".
Incluso, ha apuntado cómo el impacto del cambio climático ha obligado a la Aemet a "revisar sus modelos matemáticos de previsión porque con las actuales mediciones la serie histórica no responde a lo que va a ser el futuro".
"Quiero agradecer a FACSA y a su dirección el compromiso social que como empresa muestran con este tipo de medidas que acercan recomendaciones y ayudan a la gente a tomar conciencia", ha añadido.
Fondos europeos
Ante este cambio de paradigma, el consejero castellanomanchego se ha mostrado partidario de introducir esta nueva realidad en los planteamientos económicos de la Unión Europea a través de "fondos que aborden la desertificación del país" y recojan que "ya no podemos sacar tanta agua de los ríos, que habrá que perfeccionar la desalación o tomar medidas en materia de vivienda". Todo ello desde un debate "tranquilo" que permita "tomar decisiones maduradas".
Una de las cuestiones en las que "Europa tiene que tomar conciencia" es en la construcción de nuevas infraestructuras que mitiguen fenómenos adversos como el de la dana. "Quizá con una inversión de unos cientos de millones de euros, podríamos haber evitado unos daños que nos van a costar 17.000 millones de euros".
No obstante, ha reconocido que en los últimos 15 años "hemos vivido en un infarto de aorta" por una crisis que ha obligado a "atender lo urgente y no lo necesario" porque "la prioridad era el empleo y la gente que pasaba hambre".
En lo que a su administración respecta, ha destacado cómo en Letur y Mira, las dos localidades más afectadas, se han acometido sendos planes que no solo recuperarán sino que "mejorarán" las prestaciones de estos municipios.
En el caso de Letur, ha explicado que "la piedra angular" es el trabajo que la Confederación Hidrográfica del Segura va a acometer "aguas arriba" con la construcción de una presa y medidores de caudal que "permitan garantizar que no vuelva a pasar lo que pasó aguas abajo".
Y es que, como ha recordado, "no existían esos caudalímetros y los modelos matemáticos no nos dieron alerta roja".
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