A Paco Núñez la guerra abierta entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso le ha pillado a trasmano, como en medio de un charco en el que nunca quiso estar, pero tampoco eso puede quitarle la pasión. Es un terremoto incombustible de animosidad política. El presidente del PP de Castilla-La Mancha ha revalidado este fin de semana su liderazgo regional, sin oposición ni alternativas y con un sector crítico que finalmente no se ha atrevido a plantarle cara. Ahora tiene un año y medio por delante para cumplir su gran sueño político: convertirse en presidente de Castilla-La Mancha. Lleva grabada a fuego la fecha de mayo de 2023, que será el momento más decisivo de su carrera política y, desde el trampolín de este fin de semana en Puertollano, Paco Núñez va a por todas, como demuestra la increíble intensidad de su agenda diaria desde que fue elegido líder de los populares castellano-manchegos en octubre de 2018. Su gran acierto en clave de partido ha sido contar con el apoyo tanto de Casado como de Ayuso, y eso demuestra una habilidad de equilibrista que ya tuvo que poner en juego cuando hace pocas semanas un conato de rebelión interna amenazaba su mandato: supo resolverlo de un plumazo y quitarse de encima a cualquier rival. Un tipo listo.

Pero a grandes metas, grandes dificultades. Molinos que son gigantes. Sísifo irreductible. El sueño de Paco Núñez, almanseño de 39 años licenciado en Ciencias Políticas, pasa necesariamente por superar un obstáculo que ahora mismo parece casi imbatible: el muro político del socialista Emiliano García-Page, el presidente con permiso de José Bono que más ha sido capaz de mimetizarse con su tierra y el mayor díscolo con Pedro Sánchez entre los barones del PSOE. Page, con una popularidad del 98% en las encuestas y en la mitad de su década de los 50, va muy por delante en esta carrera de relevos, un hándicap que asustaría a cualquiera pero que alienta a Paco Núñez y le hace trabajar más cada minuto. Sabe que en esta pelea es David y que debe trabajar el doble, y no es una frase hecha, sino una realidad que destacan abrumados aquellos que le acompañan con día a día y asisten a la perplejidad de ver cómo va siempre por delante. Su cabeza, dicen, está en otro nivel, vive en la omnipresencia, y ese empuje le ha llevado a Núñez en sólo tres años al nivel de conocimiento del 91% que certifica ya la demoscopia, con varias vueltas al ruedo de la región y una vitola de “incansable” que trae de cabeza a su entorno más cercano. Literalmente. A Paco, como le llama todo el mundo, le conocen ya por todas partes.

O sea, que se la juega casi al todo por el todo en las próximas autonómicas. Será su momento clave y vive impaciente su llegada. Y en ese camino, el impulsivo líder del PP ha ido acumulando experiencia y casi un millón de kilómetros de punta a punta de Castilla-La Mancha, puerta a puerta, pueblo a pueblo. No es ningún novato y tal vez por eso le siguen tan de cerca la pista en el PSOE y el marcaje está siendo tan estrecho y agresivo: a los 29 años ya era alcalde de Almansa y presidente de la Diputación de Albacete, el más joven de España en llegar al cargo junto a Mariano Rajoy, y antes de eso llegó a la presidencia provincial del PP albaceteño y fue presidente de Nuevas Generaciones en Castilla-La Mancha. Una adelantada y juvenil trayectoria que llevó a María Dolores de Cospedal a elegirle sucesor hace tres años, los que lleva en esta nueva aventura política y personal. Explicar cómo es capaz de hacer compatible este vendaval con una familia con tres hijos de nueve, siete y cinco años es un imponderable que nadie es capaz de comprender, pero cuentan que ejerce de padre con pasión y es una enamorado de la vida familiar.

Puertollano abre, por tanto, una nueva etapa para Paco Núñez. El cierre definitivo de la era Cospedal y el inicio de un tiempo que será el suyo propio: Núñez se ha ganado el derecho a competir contra Page y aspirar a la Presidencia de la Junta, y eso ya lo tienen claro todos en el PP, con la bendición de Pablo Casado y una ilusión política que le distingue y le convierte en el tío con más fuerza del corrillo regional. Lo demás ya se verá, lo que tenga que venir vendrá.