Tras sorprender a los viandantes de ciudades como Nueva York o Madrid, las esculturas gigantes del artista Santi Flores se quedarán para siempre en su Albacete natal. De esta forma, ya se han instalado tres de ellas en la zona de Villacerrada, para "llenar de color" el centro de la ciudad.

Se trata de una muestra compuesta por 13 humanoides de acero inoxidable de cuatro metros y medio de altura, que se colocan en grupos con el fin de conseguir un enfoque visual del conjunto.

Estas impresionantes esculturas mantienen una de sus manos alzada, adornada con diferentes colores y grafismos, dando la sensación de que el gigante está saludando desde la lejanía a cada persona que lo observa. "Con esto quiero transmitir un mensaje positivo de reafirmación como individuo y al mismo tiempo de pertenencia al colectivo", expresa el propio artista.

Dada la altura de las esculturas, pueden verse desde diferentes perspectivas, tanto de frente como de lateral, lo que origina un interesante enfoque visual.

"Arte paleolítico"

Santi Flores se curtió en Albacete, rodeado de una extensa familia de maestros artesanos de diferentes disciplinas. Estudió en la Escuela de Oficios de la ciudad, donde llegó a ser profesor. Tras años como músico, su búsqueda de nuevos caminos lo llevó a decantarse por las artes plásticas, un giro con el que ha llegado a la cima de la escultura, triunfando con sus exposiciones en galerías y museos de todo el mundo.

"Defino mi obra como arte paleolítico, en su fondo y en su forma, porque vivo en la ciudad y el animal más abundante allí es el ser humano", expresa Flores en su biografía.