La tan esperada junta de accionistas de Unicaja por fin tuvo lugar el pasado martes quedando oficializada, tras un consejo de administración renovado, la cuota de poder mayoritaria del sector malagueño acordada hace dos años con Liberbank. En la reunión, los accionistas aprobaron el nombramiento de Isidro Rubiales, mano derecha durante años del presidente Manuel Azuaga, como consejero delegado con plenos poderes ejecutivos dentro del banco, además de ratificar a los cuatro consejeros independientes propuestos: Antonio Carrascosa, Rocío Fernández, Inés Guzmán y Nuria Aliño. Igualmente, se acordó la unificación inmediata de la marca comercial, reconvirtiendo las más de 300 sucursales con origen Liberbank a la imagen corporativa de Unicaja.

Mas la armonía de la junta de accionistas se truncó cuando se aprobó la política de retribuciones de los consejeros para los próximos tres años. Un plan que contempla un incremento del 10 % y la entrega de acciones a los consejeros ejecutivos por hasta 1,2 millones de euros durante el próximo trienio, además de fijar un sueldo fijo para Rubiales de 529.000 euros más un bonus por variables de 1.058.000 euros. Para el presidente no ejecutivo del banco, Manuel Azuaga, se fija una retribución de 300.000 euros. Fue aquí cuando algunos accionistas, en su mayoría sindicalistas, criticaron esta política de retribuciones, precisamente cuando las organizaciones sindicales llevan tiempo reclamando para la plantilla una homologación salarial, con hasta siete realidades distintas, y el consiguiente "mal clima laboral" derivado de los problemas heredados de Liberbank. Una plantilla con las peores retribuciones del sector que "ha estado pagando los préstamos más caros y los que hemos sufrido más fusiones, integraciones, ERES y ERTES", según los sindicatos.

Unas justas reclamaciones que fueron contestadas desde el consejo por el propio Rubiales, antiguo empleado del banco, comprometiéndose a negociar con los trabajadores "dentro de los objetivos de la entidad". Un nuevo proyecto y modelo de gobernanza que los nuevos consejeros de la entidad pretenden sea independiente, rentable y diferenciado, pero complicado de alcanzar ante un clima laboral adverso como el actual y una plantilla que se siente "maltratada" en comparación con la del resto de competidores.