El Gobierno de Castilla-La Mancha “aplaudía” vía manos de su consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, que la región fue la segunda Comunidad Autónoma en la que más creció el gasto turístico nacional durante la pasada Semana Santa, según el análisis de Flujos Turísticos Nacionales publicado por BBVA Research.

En efecto, un 40 por ciento de media superior a la de 2019, con la provincia de Toledo a la cabeza por pago con tarjetas emitidas por BBVA. Mas no sólo del gasto turístico que motivan nuestras reconocidas celebraciones de Semana Santa vive Castilla-La Mancha.

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha dado a conocer la estimación del Producto Interior Bruto (PIB) de las comunidades autónomas para el primer trimestre de 2022. Una evaluación que en términos de tasa interanual sitúa a Castilla-La Mancha con una de las evoluciones del PIB más negativas del país: tan sólo un crecimiento del 3,6 por ciento, 2,8 puntos menos que el aumento medio del país. De la misa forma, en términos de variación intertrimestral, Castilla-La Mancha, en este caso junto a la Comunidad Foral de Navarra, son las dos únicas autonomías del país que registran descensos del PIB (-0,2%), frente al incremento del 0,3% de media nacional.

Otro aviso a nuestra economía que igualmente envía Funcas. El think-tank de las cajas de ahorro sitúa a Castilla-La Mancha como uno de los territorios que registrarán menor crecimiento en 2022: un aumento del PIB del 3,3%, por debajo de la previsión para la media nacional (4,2%). Un crecimiento impedido por su “elevada tasa de inflación”, y un índice de desempleo que podría situarse en el 14,3% de media anual.

La cara positiva de la economía que ven los gobiernos y sus más destacados propagandistas choca en ocasiones con la realidad de los datos, informes, y referencias de entidades independientes. “Por encima de la media nacional”, “a la cabeza del sector”, “por delante de otras comunidades” … ¿les suena?, estribillos para retorcer lo sustancial y darle la vuelta como un calcetín. Un relato que dominan a la perfección los partidos políticos, especialmente los que gobiernan, y que los medios contribuimos a su difusión como integrantes de un ecosistema informativo poco exigente y en el que el mensaje institucional prevalece casi siempre.