Vuelven la vida y las carreras tras la Semana Santa en que paró el mundo para contemplar el prodigio de los dos mil años por más que pasen pandemias. Había miedo y expectación, pero la Pasión ha resuelto las dudas sobradamente y ha demostrado que no existe acontecimiento en la cristiandad que tanto movilice hacia un lado y otro. Hasta los que no creen, cargan y portan pasos por mil motivos que solo ellos conocen. Y si no, siempre están las playas, que ha salido el sol. Los hosteleros también quieren lío después de tantos meses de luto.

Entre torrija y pasión, se han colado varias mascarillas, encuestas y contubernios. La primavera no descansa y la política menos. La Fiscalía agranda las cuentas de los contratos madrileños y uno se pregunta si no es ya esta la primera consecuencia del nuevo entendimiento entre Sánchez y Feijóo. Hasta el CIS pone bien a Alberto, que obviamente se llama a andana y se quita de en medio. Curiosamente, todos los sondeos electorales han recibido al gallego como el Resucitado, igual que aquel que ha de venir para salvar a su pueblo del desierto. Yo que Sánchez me preocuparía, porque se le está poniendo cara de Zapatero con la inflación y el déficit. La gente ha gastado lo que ha podido esta Pascua, pero ahora vendrá el recuento. Como el dinero no vale, mejor moverlo y hacer lo mismo que si terminara la fiesta. Total, los ahorros se marchitan y no hay primaveras inmobiliarias para las clases medias.

Vox es la cuadratura del círculo en esta vuelta de la Semana Santa. Vi a Ricardo Chamorro salir tras la procesión del Santo Entierro en Ciudad Real con chaqué y pensé que algo está cambiando; lo mismo es el viento de la Mancha. El PSOE debate si seguir con el trilerismo de dónde está la bolita, a ver si cae el PP también, o dejarla ya quieta y tirar de cordón sanitario. Feijóo es el bosque animado, la Santa Compaña y Castroforte del Baralla, todo junto, a la vez y de la misma manera. El santo carallo no puede encontrar mejor custodio, porque si dice, calla y si calla, dice. Ya observó Bieito el otro día en Toledo que es frío como un témpano, glacial como el hielo. Tiró de la lista más votada y Page le cogió la matrícula enseguida. Vamos a ver qué pasa en Andalucía, aunque Moreno tiene vida propia y no creo que se meta. Distinto será en otros lugares, en los que espera dónde van la marcha y el pampaneo.

La Pasión de la Muerte y Resurrección de Cristo sigue siendo el acontecimiento mundial más importante en seguidores, igual que ocurre con la Navidad. Más trascendente la primera que la segunda, aunque la mayoría piense lo contrario. En cualquier caso, la primavera se ha desatado y ya ruedan cálices de amor y olvido, a partes iguales. La guerra no para y hay otras que sobrevuelan. Los griegos se emborrachaban hasta perder el sentido y dejar a Dionisios y sus sirvientas exhaustas. Es la primavera, el eterno retorno, el dolor del brote y el nacimiento, la vuelta a la vida, que es igual que la muerte porque se atisba de inicio. La tragedia, el teatro, la vida misma en jarras brindándose en cueros. Los más despiertos llevan ventaja siempre.