El sistema educativo funciona mucho mejor si hay consenso y no viene marcado por ninguna polémica. Justo lo contrario de lo que ocurre últimamente en Castilla-La Mancha, donde la Educación protagoniza de forma permanente la batalla política y se producen críticas a la Consejería desde distintos frentes de controversia. El consejero Ángel Felpeto no está sabiendo llevar al sistema la necesaria tranquilidad y se ve envuelto casi de forma cotidiana en diversas polémicas que en nada favorecen a la educación pública en Castilla-La Mancha.

El último gran frente abierto es el de la asignatura Educación para la Igualdad, implantada este curso de forma experimental en Castilla-La Mancha y fuente de conflictos desde hace algún tiempo. Sin entrar en los contenidos concretos de esta asignatura ni en la buena intención de la Consejería al implantarla, sí que nos parece que cualquier foco de enfrentamiento al respecto es mejor replanteárselo e intentar alcanzar acuerdos que eviten estos espectáculos.

Sólo en los últimos días la asignatura piloto implantada por Felpeto ha sido objeto de críticas por parte de varios colectivos de padres, profesores y familias, muy molestos por el "sesgo ideológico" de la asignatura y su carácter de "adoctrinamiento", además de contundentes denuncias públicas tanto del Partido Popular como de Ciudadanos en Castilla-La Mancha, que piden la retirada de la asignatura y la apertura de un debate a fondo al respecto.

Nos parece, en este sentido, que sería conveniente abrir ese debate y reconsiderarlo todo con el objetivo de quitar a la educación pública de la guerra política en Castilla-La Mancha.