Aventura es lo que sucede de extraordinario a nuestro alrededor sin que nos demos cuenta. Sucede, pero nosotros continuamos, ausentes, en nuestras rutinas, en nuestros prejuicios, en nuestra cotidianeidad dispersa. Aquí, en Toledo, se están desarrollando aventuras, inimaginables hace pocos años, en el edificio de Santa Fe, donde se sitúa la colección Roberto Polo. La más reciente cuenta historias trepidantes. La protagonista absoluta se llama Alicia García Medina y es quién motiva la exposición titulada "Libros con arte. Las vanguardias artísticas en las cubiertas españolas 1910-1938." Un recorrido asombrado por las portadas de los libros que se editaban en estos años. El otro protagonista es el dibujo de las portadas de los libros, ese impacto artístico, sugerente e incitante que atrae, tal vez, con más fuerza que el contenido del libro, el nombre o la fama del autor. De eso trata esta aventura de 543 portadas, de otros tantos libros, que Alicia García Medina ha donado a la Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha en su 25 aniversario.

La historia de la donante es la aventura de una mujer que emprende la reconstrucción de la biblioteca familiar, destruida en los años de la guerra civil española. Añade la añoranza de una madre que habla a su hija, con voz emocionada, de los libros que almacenaba el abuelo. "Mi madre mantenía viva la memoria de esa biblioteca y hablaba con nostalgia de ella," escribe Alicia García Medina. "Poco a poco –continúa la protagonista– fui compartiendo con mi madre el amor por los libros y con el paso de los años se avivó en mí la voluntad de recuperar ese preciado patrimonio bibliográfico perdido". La voluntad tenaz y la nostalgia materna como impulsores de una afición avara para buscar en librerías de viejo, en anticuarios y lugares impensables, los libros con sus portadas artísticas -¡tan atrevidas, tan hipnóticas, tena feéricas!- que consignan una parte del dibujo de las vanguardias españolas. En esas portadas encontramos las expresiones gráficas que enfebrecían los sueños de quienes adquirían los libros. La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha debería reconocer públicamente la donación ejemplarizante de Doña Alicia García Medina.

Pero hay otros protagonistas en esta aventura portentosa. La propia colección Roberto Polo, una aventura en sí misma de las vanguardias de Centro Europa, y el equipo dirigido por Rafael Sierra. Han ideado, clasificado y creado una exposición para impactar al espectador que han culminado con el Catálogo en el que se incluyen las portadas de los libros con su identificación precisa. El Catálogo resulta, por su magnitud descriptiva, una obra sofisticada de diseño e impresión. Un conjunto en papel en el que se combina la pasión por el dibujo contemporáneo, el amor a los libros, más la recuperación –¡qué maravilla!- de una parte de la historia ignorada de las vanguardias españolas. Si cada libro es una aventura, las portadas que los ilustran dan pistas de las trayectorias individuales de unos autores de imaginación desbordada.

Cuando se editaban estos libros en ediciones humildes en España, en Europa se soñaba con revoluciones artísticas sublimes que consiguieran el superhombre de Nietzsche. No podían imaginar que aquellos sueños abstractos o desquiciados desembocarían en una tormenta de fuego, Zyklón B, hierro y horror. Sus delirios creativos habían despertado demonios largos siglos anestesiados. La exposición se inauguraba el día 19 de octubre de 2023, en la sala donde alucinan los retratos imaginarios de Louis Flouquet. Y en ella se condensa la aventura de amor a los libros de una mujer, las tragedias de una guerra, la nostalgia de un tiempo aún desconocido, la imaginación de pintores y diseñadores de las vanguardias españolas y el trabajo sistematizado del equipo artístico de la Colección Roberto Polo (CORPO).