El argumento de la peli está bastante expuesto, pero se resume en una fiesta de sábado tarde. La mujer del presidente tiene que ir a una citación judicial y no acude, deja al juez con un palmo de narices y ya si eso ya… Ya si eso ya, volvemos al conflicto institucional que tanto adora Sánchez, el otoño del patriarca, que confunde todo a la vez premeditadamente.
El amor profundo a su mujer, el odio a Israel, el fiscal general, la masacre de Gaza y la gasolinera del Peugeot. Al final, La danza de las chirimoyas, de David Azagra era esto… Un tótum revolútum por el que tenemos que dar las gracias al hermanísimo, ya que nos ha puesto en camino de la resolución del problema. La doctora honoris sauna no quiere contestar al juez porque le viene mal y está de fin de semana escuchando los boleros de amor y viento que le ofrece su marido. Peinado se coloca los cuatro pelos que tiene con los ciento y pico correos que mandó la asesora de la chica del jefe. Monta un jurado popular que determine la culpabilidad o inocencia de la doña y ya tenemos el show televisivo que ocupará nuestras cabezas y mentes.
Mañaneros y Cintora comprobando la genealogía de cada miembro del jurado y si llevan pulseritas en la mano. Lo estoy viendo, lo estoy adivinando. Sánchez es lo más parecido a un gobernante sudamericano que no se da por vencido. Lo que hay que ver es si nuestra democracia también.
Quien no se dio a la fuga fue el obispo de Ciudad Real. Abilio Martínez llegó la mañana del sábado para ocupar la sede a la que había renunciado por edad Gerardo Melgar, que cede el testigo, cumplidos los setenta y cinco años. Los obispos tienen edades más largas de jubilación y trabajan más tiempo. Yolanda Díaz les va a mandar una inspección que va a temblar el Ministerio. Desde que murió el Papa Francisco, no pisa una iglesia, pero sí una buena mani. Aunque mani, la de la Catedral de Ciudad Real hasta los topes. Don Abilio parece un hombre bueno, natural de La Rioja, tierra de vinos, y eso ya es bien visto por aquí. Hizo una homilía corta, lo que se agradece en una ceremonia larga. Page acudió y estuvo junto al alcalde Cañizares y el presidente de la Diputación, Valverde. Fue el primero en darle la enhorabuena al nuevo obispo y salió rápido a la calle.
Cuando lo vi, estaba firmando el misal de mano que nos dieron a la entrada para seguir la ceremonia. Joder, esto no lo había visto nunca ni me lo esperaba, la verdad. Blanca Fernández, la delegada, se lo llevó después de un baño de masas. También estuvo Paco Núñez, discreto, en la cuarta fila, pero colocando sus peones en primera desde hace dos años. Y Chamorro y los de Vox, que miden al obispo en el primer minuto y consigue la aprobación. Nadie se ha dado a la fuga.
Begoña es un thriller rubio de Hitchcock que dará que hablar en próximos seriales. Nunca la corrupción presidencial había llegado tan alto. La mujer del presidente, el hermano del presidente, el número dos del presidente, el número dos del número dos del presidente, el siguiente al número dos… Todo es inconcebible, pero nadie ha hecho nada… Y Sánchez, un cordero llevado al matadero por los poderes fácticos y mundiales y Premio Nóbel de la Paz. Dios debería dimitir ya para dejar su puesto a Sánchez. Que no se diga que la fe y la religiosidad se han perdido en suelo íbero. Que no cometa el error de Azaña de decir que España ha dejado de ser católica.