Dicen que el infierno está empedrado de buenas intenciones. Que se lo cuenten al mister Murray, autor confeso del intento de subasta de una piedra del Acueducto de Segovia. Surrealismo en estado puro y carnaza para las redes sociales y los magazines de verano, ávidos de noticias con las que rellenar las tórridas mañanas y tardes de agosto.
Reconozco que la trama me ha enganchado. Según he escuchado al susodicho mister Murray, estadounidense afincado en Segovia, lo que buscaba era llamar la atención sobre el mal estado del acueducto. Vamos, que vio una piedrecita suelta -de 17,3 kilos-, se la llevó a casa y la sacó a subasta en las redes sociales con un precio de salida de mil eurillos. Todo, eso sí, sin intención de lucro alguno, tal y como asegura ahora a todo aquel que le quiera escuchar. ¿Los mil euros entonces? Pequeñeces sin importancia en este nuevo mundo de la subasta-protesta. Pura posmodernidad.
La versión del Ayuntamiento de Segovia es muy diferente. Básicamente, lo que dice el Consistorio es que la piedra no se ha caído, sino que fue arrancada. Si así fuera, el señor Murray se podría enfrentar a una buena multa e, incluso, a pena de prisión.
Todo ello me lleva a pensar si algo así podría pasar en Toledo… Y ¿sabe qué, querido lector? Lo raro es que no haya pasado ya.
Lo primero que se me viene a la cabeza es el Circo Romano, posiblemente el monumento más maltratado de la ciudad pese a ser el más grande y monumental de toda la Península Ibérica. Y el tamaño aquí sí que importa.
El pasado octubre, desde el Ayuntamiento se anunciaba a bombo y platillo la recuperación del Circo Romano como espacio patrimonial. Casi un año después, nada de nada. La puesta en valor del espacio brilla por su ausencia. Duele ver el 'modo basurero' en el que se encuentra el arranque de escalera ubicado detrás de Venta de Aires. Una vergüenza del tamaño de la catedral.
En cuanto a la señalética, hace mucho tiempo que esta vivió su mejor momento. Por no estar, el Circo Romano no está ni en muchos mapas turísticos. Si algún mister Murray de la vida decidiera ‘tomar prestadas’ piedras del Circo Romano, dudo incluso que supiera dónde encontrarlo.
Por si acaso, no estaría de más que el Ayuntamiento y Patrimonio se dieran una vuelta por la zona, para ver si hay 'piedrecitas sueltas'. Demos gracias a Júpiter de que el hormigón romano es casi indestructible, pero -advierto- aún hay muchos sillares que expoliar, perdón, subastar. Se verá.