El padre de David y José Vitoria fue un rara avis en La Mancha de los años 60. Era, por aquel entonces, uno de los pocos que se ejercitaba a bordo de una bici recorriendo las carreteras manchegas. En uno de sus entrenamientos, los vecinos de Ossa de Montiel (Albacete), su localidad de origen, le vieron pedalear tras un camión Barreiros y le pusieron como mote el nombre de la mítica marca española de automoción. Con el boca a boca, el apodo del ciclista del pueblo fue degenerando y acabó siendo conocido como Berria. Y, como homenaje al pionero, a la persona que les inculcó la pasión por el deporte, ese fue el nombre que eligieron sus hijos en 2011 cuando pusieron en marcha con recuros propios una modesta fábrica de bicicletas de altas prestaciones, tanto de carretera como de montaña, que solo una década más tarde se ha convertido en un referente para el sector y en una compañía de éxito que espera facturar la friolera de 16 millones de euros este año, un 60 % más que el ejercicio anterior.

Aquella aventura empresarial comenzó pocos meses después de que David Vitoria, el CEO de Berria Bike, tuviese que abandonar la Vuelta a España y retirarse prematuramente del ciclismo profesional, cuando solo tenía 25 años, a consecuencia de una grave lesión que le impedía rendir al cien por cien. "Decidí aprovechar el conocimiento que tenía del producto, de lo que se necesitaba para hacer una bicicleta, para emprender el proyecto. Lo complementé con una formación específica sobre la industria y estuve varios meses aprendiendo en las principales fábricas, además de estudiar un MBA (un posgrado de dirección)", dice con un peculiar acento fraguado durante su infancia y adolescencia en Suiza, país al que su familia emigró desde tierras albaceteñas en busca de una vida mejor.

Inicios en un garaje

"Era una especie de sueño americano. Arrancamos desde cero en un garaje que tenían mis padres en Ossa de Montiel, trabajando en la creación de las bicicletas y generando una cadena de suministro", recuerda David, que en 2006, cuando competía con el equipo suizo Phonak, optó por dejar el país helvético e instalarse en el pueblo de sus orígenes, con el que siempre había mantenido "un vínculo muy fuerte" pese a haberse criado en el extranjero. Y ese sueño de los hermanos Vitoria no tardó en hacerse realidad. Los pedidos comenzaron a multiplicarse rápidamente hasta llegar a las cifras actuales: si el año vendieron unas 6.000 bibicletas, calculan que en este 2022 la cifra se disparará hasta las 9.000.

Serán utilizadas por clientes no solo de España, sino de 31 países distintos de todo el mundo, en los que Berria Bike ya tiene unos 300 puntos de distribución, pero todas ellas salen de una única fábrica de 3.000 metros cuadrados que actualmente emplea a 40 personas de forma directa en Villarrobledo, una localidad también albaceteña famosa por ser una de las mayores productoras de vino del planeta. Allí, ahondando en su apuesta por la Castilla-La Mancha rural, los hermanos Vitoria tuvieron que trasladar la producción en 2017 ante el exponencial crecimiento del negocio, que hizo que las instalaciones de Ossa de Montiel pronto se quedasen pequeñas.

Un trabajador de Berria Bike en las instalaciones de Villarrobledo.

Un trabajador de Berria Bike en las instalaciones de Villarrobledo.

"La fabricación del carbono o la construcción del cuadro de aluminio están externalizadas, pero en Villarrobledo completamos todo el proceso de diseño, pintura y ensamblaje", cuenta David, que anuncia que aunque la factoría está trabajando actualmente a un solo turno -con capacidad de fabricar 80 bicicletas al día- ya está preparada para ampliar la producción con un segundo turno si las ventas se siguen multiplicando, tal y como ocurrirá si funcionan el plan de desarrollo trazado, basado en la búsqueda de nuevos mercados internacionales y en la electrificación.

Un futuro con motor

Las bicis de Berria tienen un precio medio que ronda entre los 2.500 y los 3.000 euros, aunque el modelo más económico del catálogo cuesta 1.700 y el más caro 12.000. Sin embargo, la empresa de los hermanos Vitoria prevé disparar su facturación durante los próximos años gracias al auge de las bicicletas eléctricas para el uso deportivo, que elevan el desembolso del cliente hasta los 4.500 o 5.000 euros. "Hoy por hoy las bicicletas motorizadas suponen un 20 % de la facturación de Berria, pero en dos años esperamos triplicar las ventas y que ese porcentaje crezca hasta el 35 % del total. Este nuevo mercado se está popularizando muy rápido", reconoce el CEO de la compañía.

"La electrificación está democratizando el uso de la bicicleta", asegura David Vitoria. Se refiere a que, gracias a la asistencia al pedaleo que brinda el motor eléctrico incorporado en el cuadro de la bici, ya no hace falta estar en plenitud de condiciones para disfrutar del ciclismo. "Ahora todo el mundo, tenga la edad que tenga, ya sea en grupo o en pareja, puede hacer el mismo recorrido en la naturaleza o en la montaña independientemente de su forma física. El que corre más puede ir con una bicicleta normal o con una eléctrica con la asistencia desactivada y el que corre menos o tiene un peor día puede personalizar la asistencia del motor eléctrico. Gente nueva se está animando a probar y aquellos que lo habían dejado porque estaban penando han vuelto a disfrutar", asegura.

La Mako Hybrid HP, el último modelo de bicicleta eléctrica de Berria Bike.

La Mako Hybrid HP, el último modelo de bicicleta eléctrica de Berria Bike.

Dentro de su potente apuesta por la electrificación, el primer lanzamiento de Berria Bike en 2022 ha sido la Mako Hybrid HP, una E-bike que presentan como "la bicicleta con mayor autonomía de su segmento" y con la que prometen trasladar "las altas prestaciones de las bicicletas de competición a todos los públicos". Su motor se encuentra enlazado con un ordenador de a bordo que se conecta con el móvil del usuario a través de una aplicación que permite controlar en tiempo real los elementos que influyen en la conducción, permitiendo un alto grado de personalización.

Tiendas especializadas

Aunque la empresa castellano-manchega está plenamente inmersa en el diseño y fabricación de las bicicletas del siglo XXI, por ahora siguen apostando por las tiendas físicas especializadas como único canal de venta. "Nuestras bicicletas son muy técnicas porque están diseñadas y estudiadas para la máxima competición, para el mejor rendimiento, pero hemos sido capaces de trasladar eso al segmento medio-alto. Su compra requiere un cierto nivel de asistencia y de apoyo al cliente desde la red de distribución", defiende David Vitoria.

David Vitoria, CEO de Berria Bike.

David Vitoria, CEO de Berria Bike.

Eso sí, ya estudian poner en marcha un sistema Click & Collect, que no es otra cosa que poder hacer el pedido a través de la página web de Berria y recoger el producto en un establecimiento asociado. "Avanzaremos en ese aspecto, pero le damos mucho valor a lo que aporta la tienda especializada primero en la puesta a punto y después en el mantenimiento de las bicicletas", insiste.

"Siempre decimos que una Berria es tu segunda o tercera bicicleta, porque está pensada para un público especializado que quiere tomarse algo más en serio el ciclismo", asegura el CEO de la compañía castellano-manchega, que considera que el éxito de la marca es haber logrado encontrar un "buen equilibrio" entre la alta calidad y un precio ajustado, además de "hacer sentir al cliente que forma parte de algo". Tanto es así que ya hay clubes de usuarios de Berria Bike en varios países del mundo.