Imagen de recurso de una vivienda okupada.
Las casas okupadas en Castilla-La Mancha se deprecian hasta un 40 %: los empresarios piden alquileres por escrito
Las viviendas usurpadas de forma ilícita que se venden en Idealista, más de medio millar de unidades, han perdido un tercio de su valor.
Los empresarios de Toledo plantean un registro oficial de contratos de arrendamiento para evitar la demora en la recuperación de la propiedad.
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Castilla-La Mancha dispone de 551 viviendas okupadas cuyos dueños quieren vender, según los datos del portal Idealista correspondientes a este lunes. El precio del metro cuadrado de estos inmuebles es entre un 20 % y un 40% más bajo que el de aquellos hogares cuya situación no está definida por la posesión ilícita. Además, el desglose provincial confirma a Toledo como la provincia con mayor incidencia de la usurpación de la propiedad en la región.
El precio medio del metro cuadrado en Guadalajara de los hogares en venta se eleva hasta los 1.366 euros por metro cuadrado, una cantidad que mengua hasta los 907 euros cuando la vivienda se encuentra okupada. Se trata de un 33,6 % menos.
En Toledo, el precio del metro cuadrado de la vivienda libre se estima en 1.053 euros, mientras que por la okupada se han de desembolsar 705 euros. La rebaja es de un 33 %. En Albacete, la brecha se expande hasta un 41 %, mientras que en Cuenca hasta un 20,5 %. Por su parte, Ciudad Real ofrece una diferencia del 39,1 % entre ambos tipos de residencia.
Por tanto, la okupación emerge como uno de los factores disonantes del mercado residencial. Desde la patronal toledana advierten de la "inseguridad jurídica" que arrojan los centenares de casos de residencias usurpadas, un escenario que reduce al mínimo el mercado del alquiler y que daña el capital de los pequeños propietarios afectados.
"¿Cómo hemos consentido que el fenómeno okupa se haya desarrollado de forma tal que ya nadie quiera alquilar o no lo haga a precios que podríamos considerar todos que son más de mercado?", se ha preguntado Manuel Madruga, secretario general de la Federación Empresarial Toledana (Fedeto).
El representante de los empresarios de Toledo se queja de que la inacción de los legisladores haya "fomentado el que se pueda okupar". Al respecto, protesta por las demoras que se acumulan en los procesos de recuperación del uso y disfrute de la propiedad por sus legítimos dueños.
El miedo a la okupación, especialmente la que desencadenan los inquilinos que no pagan la renta y permanecen en la vivienda, ha diezmado al segmento del alquiler. Estas unidades se guardan o se ponen a disposición del mercado turístico. La falta de oferta para el arriendo impide a un sector de la población disponer de un hogar propio.
La retirada de pisos bajo esta fórmula "también forma parte del encarecimiento de la vivienda y del hecho de que no haya viviendas para que puedan ser habitadas, en este caso por personas que las puedan necesitar", ha apuntado Madruga.
Contratos impresos y registrados
Para que "el mercado fluctúe de una manera mejor", Fedeto propone dos medidas que dificulten la toma indebida de la propiedad por terceros. Su intención es "impedir la okupación en origen" y eludir los procesos judiciales que extienden los perjuicios para los caseros.
La propuesta de la patronal intenta que "no puedan celebrarse de forma verbal" los contratos de arrendamiento. La relación rubricada por escrito incluiría "la obligación tanto del arrendador como del arrendatario de comparecer personalmente ante un registro público que garantice que lo que se presenta es el contrato y que se corresponde con la verdad".
Para esa suerte de registro público que proyectan los empresarios se necesitaría un registro público como garante. "Si la Administración no da abasto, tenemos las Cámaras de Comercio, que son corporaciones de derecho público y podrían asumir esto mediante una delegación de funciones a través de encomiendas de gestión".
Además, Madruga censura la entrada de operadores institucionales que también desvirtúan el precio de la vivienda. Son los grandes tenedores, los inversores fuertemente capitalizados que compran "bloques, calles y barrios" y que, en los peores escenarios, constituyen un monopolio.
Esta concentración en pocas manos y frente a la que el pequeño propietario no puede competir se torna crítica en las ciudades con cierto atractivo patrimonial. "Nos hemos encontrado con que hay pisos turísticos por todas partes, ya en 2018 avisamos de ello".
No obstante, Madruga ha insistido en que "el mercado se debe regular sola y exclusivamente bajo la oferta y la demanda, sin que la oferta se concentre". Además, ha tildado de "legítimo" el deseo de ganar dinero con la vivienda, la aspiración de cualquier promotor inmobiliario, y ha distinguido este anhelo de la "especulación", un comportamiento que afea y del que responsabiliza a los fondos de inversión.