Pepe Castro posa con el Premio Goya al mejor corto documental por Semillas de Kivu. Fotos cedidas por Pepe Castro.

Pepe Castro posa con el Premio Goya al mejor corto documental por "Semillas de Kivu". Fotos cedidas por Pepe Castro.

Cultura ENTREVISTA

Pepe Castro, fotógrafo y cineasta toledano ganador de un Goya: "Nos hemos jugado la vida literalmente con esta película"

Recibe el galardón en la gran gala del cine español por su participación en el rodaje de "Semillas de Kivu", un corto documental dirigido por Carlos Valle y Néstor López.

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Creo haberlo escrito alguna vez. El toledano Pepe Castro (1963) lleva muchos años en el Olimpo de la fotografía, es uno de los grandes, pero su incursion en el cine le está proyectando en los últimos años una ascendencia cumbre. Es un artesano, un maestro y un enamorado de la imagen, ora fotografía, ora cine, y ha hecho de los detalles y la luz, es decir, del maravilloso hecho de contar historias y decírselas al mundo, un mágico horizonte de su vida profesional.

Intuyo que su rebeldía natural, su ambicion por romperle al planeta las fronteras, es el secreto de su éxito. Y no es casualidad que, de puro inquieto, Pepe Castro acabe de ganarse un Premio Goya como parte fundamental de un pequeño equipo, valiente y diminuto, que se ha ido al Congo, a uno de los lugares más violentos y peligrosos de la Tierra, para gritarle al mundo la tragedia infinita de aquellas mujeres en medio de la guerra más cruel: "Semillas de Kivu", bajo la dirección del también toledano Carlos Valle y Néstor López, es el fruto de esa increíble incursión en forma de película que se ha llevado el Goya al mejor cortometraje documental. Minutos de gloria.

Obviamente, esta no ha sido una aventura cualquiera y el resultado final ha obtenido una doble recompensa: la primera, contarle a la gente la tremebunda historia de esas vidas ultrajadas y rotas por el dolor más infinito y, la segunda, recibir por ello el mayor reconocimiento profesional. Carlos, Néstor y Pepe, junto a la directora de producción, la guadalajareña Pilar Sancho, han liderado este equipo que ya ha recogido por este proyecto otros reconocimientos, como el de Abycine, en Albacete, pero la proyección de los Goya les ha colocado llamando a las puertas del cielo. "Con Pilar Sancho como nuestro ángel de la guarda -explica Pepe-, ya que desde su trabajo nos salvó de muchos problemas, no sé cómo se lo vamos a agradecer". David Perez Sañudo, Ivan Miñambres , Roberto Valle y Beatriz Morandeira completan el equipo de producción de este complicado trabajo.

El equipo de Semillas de Kivu.

El equipo de "Semillas de Kivu".

Conocido popularmente como el fotógrafo de los famosos, también en América Latina como el fotógrafo de la paz, Pepe Castro habla con EL ESPAÑOL-EL DIGITAL CLM con entusiasmo profesional, pero con una tranquila calma y una admirable humildad que son la perspectiva desde la que degusta el éxito a fuego lento. Un éxito al borde del abismo: "Nos hemos jugado la vida literalmente para hacer este cortometraje", asegura después de relatar sus dos viajes al Congo, uno para tantear el terreno con el apoyo del padre Ángel y Mensajeros de la Paz, y el segundo y definitivo, de incógnito y jugándosela en el contexto de una guerra de 30 años, para rodar y sacar al mundo todo el terror de esa historia que se escribe en femenino.

Y todo ese testimonio: "Es nuestro granito de arena para que el mundo conozca esta historia". Desde el Hospital de Panzi, donde están ingresadas las mujeres protagonistas después de haber sido salvajemente violadas por las guerrillas, con sus familias torturadas y asesinadas, el equipo de "Semillas de Kivu" refleja los dilemas de aceptar a los bebés engendrados en las violaciones y encontrar las formas de la resistencia y la esperanza en un mundo devastador, hostil y brutal. "Quiero pensar que la esperanza nunca se pierde definitivamente, ni siquiera en esas condiciones terribles, y eso es parte del inmenso trabajo que se realiza en el hospital".

Es la historia de la increíble lucha del ginecólogo Denis Mukwege, premio Nobel de la Paz, y Nadia Murad contra la violencia sexual desde ese centro hospitalario que ambos dirigen y al que acuden mujeres de todo el país. Una inspiradora batalla que está en el origen de la película de estos soñadores y en su anhelo de dar voz a quien no la tiene en el peor mundo posible. Una pasión por contar lo inenarrable.

El abuelo Eloy con Berlanga

Algo tendrá que ver la genética en el alma de fotógrafo y cineasta de Pepe Castro. Su larga carrera, tan larga y fructífera, repóker de éxitos y grandes trabajos, encuentra un antecedente genial en su abuelo, Eloy Mella, operador de cámara con José F. Aguayo, en una de las obras maestras del cine español: "Bienvenido, Míster Marshall", de Luis García Berlanga. Lo cuenta Pepe Castro con orgullo de nieto y profundo amor por la imagen. Después de fotografiar a los famosos más populares de nuestro tiempo y marcar un género con sus retratos, Pepe Castro dirigió en 2022 el cortometraje "Parking", su primera y exitosa incursión en el cine y ahora triunfa con "Semillas de Kivu", pero su proyección no para. Ha dado conferencias por numerosos países y en foros de primer nivel y mantiene el pulso a la humildad y la discreción, labrando su carrera poco a poco, y con la ilusión intacta a sus 61 años por mantener la vida y el oficio en su punto más alto. Es un mago admirable y el motor de la luz. Un genio en Guadamur (Toledo), el pueblo en el que ahora tiene su casa familiar.

Pepe Castro en El Congo.

Pepe Castro en El Congo.

Producida con apoyo de Castilla-La Mancha Media y el respaldo, entre otros de Amnistía Internacional, "Semillas de Kivu" parte también del proyecto inicial, no culminado, de Pepe Castro de recorrer el mundo para fotografiar a los Premios Nobel de la Paz y entrevistarse con todos los que fuera posible en una serie de entrevistas documentales que la pandemia y otras circunstancias truncaron. La potencia enorme de la historia unida al entusiasmo de Castro y el resto de los promotores hizo todo lo demás hasta llegar a la noche mágica de los Goya, el sábado 8 de febrero, donde todo pegó el subidón.

Por delante queda ahora el recorrido esencial de esta película, su exhibición en salas de cine, festivales, universidades y próximamente en el Parlamento Europeo, en Bruselas, y allí donde sea posible. Un mundo por delante que les llevará hasta donde pueda llegar, pero que será parte fundamental de las vidas de sus creadores. Con orgullo y con emoción lo cuenta Pepe Castro: "Teníamos miedo, el miedo de que pudiera pasar algo definitivo, que no volviéramos nunca de aquello, en un lugar extremadamente peligroso donde la vida tiene otro valor, pero volvimos y lo hemos podido contar".

"De hecho -explica- tuvimos que salir corriendo de algunos sitios, aunque es verdad que la mayor parte del rodaje la hicimos en el hospital, que era un sitio más seguro". "Estábamos desolados por lo que llegamos a vivir en aquel lugar y tuvimos que viajar totalmente de incógnito, en un jeep tintado, ocultos y grabando desde dentro", afirma este toledano que confiesa su impacto emocional ante esta experiencia vital y profesional.

Fotograma de Semillas de Kivu.

Fotograma de "Semillas de Kivu".

"Si alguien dice que una experiencia así no te marca, está mintiendo", explica: "Sabíamos lo que nos íbamos a encontrar en el hospital, íbamos informados, pero cuando entramos y vimos a aquellas mujeres fue cuando conocimos realmente la realidad a la que nos íbamos a enfrentar, y eso nos dejó a todos muy impactados". 

"Lo que hacen estas guerrillas es arrasar poblados, matar a la gente y violar a las mujeres, y por eso el cortometraje se llama 'Semillas de Kivu', por las violaciones, por los destrozos absolutos en el núcleo familiar y el uso de la violación como arma de guerra". "Las consecuencias, aparte de ser inmediatas son transgeneracionales, es decir, destrozan a las familias y destrozan la vida, la de hoy y la de mañana", explica Pepe Castro en frases estremecedoras que va desgranando con toda su enorme desolación:

"Durante estas violaciones, las mujeres lo pierden todo. Pierden a sus maridos, a los que torturan y matan delante de ellas, pierden a sus hijos, a los que se llevan para hacerlos guerrilleros. Las destrozan a ellas y lo dejan todo arrasado y las poquitas mujeres que consiguen llegar al hospital intentan tener una segunda oportunidad, reinsertarse, regenerar su vida". "Es un dolor extremo, es horrible, es horrible, nosotros no podemos entender ese dolor", afirma con el alma encogida.

Impactante retrato de Pepe Castro.

Impactante retrato de Pepe Castro.

O sea, el dragón de la tierra echando fuego por la boca. Hacer una película en estas condiciones supone, desde luego, un peligro real y por eso fue conveniente la máxima discreción: "No pedimos permiso porque sabíamos que, si lo hacíamos, las autoridades del Congo, la Policía, podían llegar y quitárnoslo todo o incluso nos podían matar"

En toda esta odisea, el trabajo de Pepe Castro consistía en encargarse de la fotografía, buscar planos, imágenes y perspectivas, pero acabó haciendo de todo: "Hice de fotógrafo, hice el making of, hice producción, hice las fotografías que aparecen en el documental, que llevan mi sello en blanco y negro... verás que son unos retratos muy potentes... pero allí todos hacíamos de todo, codo con codo", afirma del "gran equipo" que se ha llevado este Goya.

Vertiginosa carrera

Acaba de llevarse el Goya y lo interpreta como un paso más. Un talento y un gran maestro. Como alguna vez escribí, su vertiginoso éxito de los últimos años es paralelo al asentamiento de su excelencia. Un gigante del retrato, el perfecto detallista del blanco y negro y un impactante componedor de la luz. Ahora en el cine y en la alfombra roja. Tal vez Pepe Castro ha creado ya su propio género en la fotografía, un mundo propio bien identificable, pero en todo caso Toledo ha dado un momento estelar con él en este arte de enseñar la vida con una imagen. Vive en una larguísima primavera, que debe estar haciéndole muy feliz, saltando por el mundo y conociendo a todo tipo de gentes. La cámara de Pepe Castro ya se ha convertido en un lujo y todos quieren ser inmortalizados por ella, con esa magnética fuerza que tiene, ese contraste adorable. Un orgullo toledano en un gran momento de creatividad que puede llegar al cielo. Uno de sus mitos es el fotógrafo estadounidense Richard Avedon y, entre los jóvenes, admira a Platón, el británico que es el retratista actual en el que más se fija.

Foto de familia en la gala de los Premios Goya 2025.

Foto de familia en la gala de los Premios Goya 2025.

Un proyecto, en fin, lleno de luz en el que Pepe Castro y todo el equipo han puesto el alma y que ahora explican también en conferencias y actos divulgativos, aparte de que confían en que "Semillas de Kivu" se empiece a proyectar en los cines y pueda verlo el mayor número posible de personas, sobre todo porque esta historia es distinta y es especial:

"Yo he viajado por muchos países, especialmente por Latinoamérica, y he visto lugares también muy agredidos y complicados, pero nunca había visto la pobreza extrema que he visto aquí. Y eso, claro que te afecta. No sé todavía en que medida me puede esto cambiar, pero yo soy una persona sensible y comprometida y veremos qué pasa cuando salgamos de esta historia de hielo en la que todavía estamos metidos".

"Lo que hemos vivido con este rodaje -concluye- supera cualquier ficción que nos podamos imaginar. El Congo es otro mundo, nosotros no podemos entenderlo. Aunque vivamos en el mismo planeta, es increíble que a unos miles de kilómetros exista un mundo tan distinto al nuestro, tan radicalmente diferente".

El éxito estaba de inicio en haber contado esta historia, pero el premio al mejor cortometraje lo ha inundado todo de una nueva alegría. Un Goya, por cierto, con un especial carácter castellano-manchego, que es tierra mágica y de quijotes y ensoñaciones

Cartel del cortometraje.

Cartel del cortometraje.

Un momento del rodaje del cortometraje.

Un momento del rodaje del cortometraje.