Ermita de la Virgen de los Llanos de Hontoba (Guadalajara).

Ermita de la Virgen de los Llanos de Hontoba (Guadalajara).

Cultura

Una ermita de Guadalajara entra en la Lista Roja del Patrimonio por su estado "ruinoso"

El templo se encuentra abandonado, con una parte hundida y rodeado de escombros. 

16 febrero, 2024 10:56

Hispania Nostra, asociación que trabaja en la defensa, promoción y puesta en valor del patrimonio cultural y natural, ha incluído en su Lista Roja del Patrimonio a la ermita de la Virgen de los Llanos de Hontoba (Guadalajara), un templo que presenta un "alarmante estado de ruina" y que está rodeado de "montones de escombros".

Según Hispania Nostra, su inclusión en la Lista Roja -una herramienta de participación social creada con el fin de dar a conocer, sensibilizar y actuar sobre los elementos patrimoniales del territorio español en riesgo de desaparición- se debe al "abandono" del inmueble, que ha perdido un gran esquinal por el paso del tiempo y por la sustracción de la piedra. Además, los restos se encuentran rodeados de maleza.

"Los vecinos continúan celebrando la histórica romería de su Virgen cada segundo sábado de mayo, portando la venerada imagen desde la iglesia parroquial de San Pedro hasta la ermita, pero al llegar solo encuentran montones de escombros y una fachada que se mantiene en pie a duras penas", señala la asociación.

Origen y características

Tanto los orígenes de esta ermita como la fecha en que se construyó son imprecisos. Según cuenta la leyenda, la Virgen se apareció ante un pastor y le manifestó su deseo de que se le erigiera un templo. Por su parte, el historiador Aurelio García López considera que la ermita pudo haberse asentado sobre una primitiva atalaya defensiva de la Orden de Calatrava, aunque otros indicios señalan la posible existente de una capilla que daba cobijo a la Virgen desde el siglo XIII.

Junto al templo se instalaron los monjes jerónimos de Tendilla, haciéndose cargo del culto, y la ermita sirvió también de lugar de retiro para miembros de la nobleza, como lo fue de Íñigo López de Mendoza a mediados del siglo XVI. Tiempo después, en torno a 1700, experimentó una reconstrucción, de la que datan los restos actuales, de estilo barroco.

Es de planta de cruz latina de una sola nave y bóvedas de cañón en los cuatro brazos rematados con una cúpula sobre el crucero. Emplea aparejo regular en los esquinales y la técnica de mampostería en el restante de los muros. En el caso de la fachada, la piedra se intercala con ladrillo, introduciendo a su vez sillares en la portada que sirve de acceso al templo, de grandes dimensiones y adintelada. En el interior aún se conservan restos de la decoración de yeso y la pintura al fresco con una serie de dibujos que se han interpretado como un cáliz y una cortina de color naranja.