Kai Havertz (Aquisgrán, Alemania; 1999) será hoy la referencia en ataque del Chelsea contra el Real Madrid. En el lugar del casi apartado Romelu Lukaku, el mediapunta germano asumirá galones ante un rival muy especial. Havertz pudo vestir de blanco, pero acabó siendo blue por una pandemia que no golpeó con tanta fuerza al equipo londinense.

El verano de 2020 cambió por completo la carrera de Havertz. Tenía 20 años, pero en el Bayer Leverkusen hacía tiempo que había echado la puerta abajo. Era la joya de la Bundesliga y en toda Europa se lo rifaban. El Madrid, que había hecho un gran trabajo dee captación con el talento alemán, partía con ventaja nada más empezar el año con vistas a cerrar su fichaje en verano.

Havertz era el tapado en el mercado del Madrid de 2020, pero tanto esa como otras operaciones saltaron por los aires en el momento en el que la pandemia del coronavirus paralizó el mundo. Los ingresos cayeron en picado y al Real no le quedó otra que renunciar a fichar aquel año -lo cual se cumplió con la única incorporación de Odegaard y varias ventas importantes-, informando al entorno del alemán de la situación.

Solo cabía la posibilidad de que Havertz estuviera dispuesto a esperar un año, pero su prioridad era jugar la Champions League y acabó aceptando el ofertón del Chelsea. En ese momento se esfumó la oportunidad de verle de blanco y en el aire se quedaron, también por la pandemia, los otros fichajes señalados para ese verano: Erling Haaland y Eduardo Camavinga.

Camavinga, con el Rennes Reuters

La realidad de Camavinga y Haaland ha sido bien diferente a la de Havertz. Ambos se quedaron en Rennes y Dortmund, respectivamente, y no se cerraron las puertas al Real Madrid. Casi dos años después, uno viste ya la camiseta del equipo blanco y el otro puede hacerlo si el club blanco gana al Manchester City la batalla por su fichaje. 

En época de crisis, y donde los millones de los jeques y las infladas cuentas de la Premier siguen mandando, el Madrid tiene claro cómo debe fichar. Es importante que el jugador esté dispuesto a hacer un esfuerzo para vestir de blanco porque casi siempre habrá mejores ofertas en lo económico. Camavinga, que tenía detrás al PSG, entre otros, esperó un año y antepuso su sueño de jugar en el club de las 13 Copas de Europa.

La decisión de Tchouameni

A expensas de lo que ocurra con Haaland, este verano se puede dar otro caso en el que el jugador tenga que elegir entre el dinero y el prestigio de jugar en el Real Madrid. Hablamos de Aurelien Tchouameni, centrocampista del Mónaco al que señalan como el heredero de Casemiro. El problema es su alto precio (entre 60-80 millones) y la presión de otros equipos.

Aurélien Tchouaméni durante el partido ante el PSG. AFP7 / Europa Press

El Madrid tiene claro hasta dónde puede llegar. El fichaje de Haaland (contando ya con el de Mbappé) complicaría muchísimo llevar a cabo otra operación de gran calibre. Si el noruego no firma, lo de Tchouameni tendrá más posibilidades. Sea como sea, el francés deberá renunciar a más dinero de otras ofertas si acaba en el Madrid. La otra opción, como hizo su compatriota Camavinga, sería esperar un año.

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