Zinedine Zidane sabe lo que es caminar sobre el alambre este año. El técnico francés ya ha estado en entredicho, el equipo ha podido clasificarse para la Europa League en la fase de grupos de la Champions League y se ha apostado a que se descolgaría en Liga. Dando pasos de fonambulista, supo sacar lo mejor de su equipo cuando más lo necesitaba, fue primero de grupo en la máxima competición continental y cosechó dos triunfos convincentes ante el Barça y el Atlético de Madrid en el campeonato nacional.

El Real Madrid del técnico francés, ya sea por su flor o porque los jugadores "cuando se ponen, se ponen", ha sobrevivido a todas esas situaciones límite. Esa capacidad para hacer bueno el dicho de que nunca hay que dar a esta entidad por muerta entró en acción cuando algunos ya habían puesto la soga en su cuello. Tanto sus jugadores, como el cuerpo técnico, como la dirección, saben que la confianza en que Zidane sacará estas situaciones adelante es ciega.

Un nuevo episodio llega con esta Supercopa de España que pondrá a prueba la fiabilidad de los merengues en el cara o cruz. Los blancos no terminaron ni empezaron de la mejor manera el año. Dos empates, Elche y Osasuna, con el triunfo ante el Celta de por medio, pusieron en entredicho el momento de forma de la plantilla. Dos tropiezos fuera de casa que no pueden ser un precedente peligroso y, para ello, todo pasará por salir de Andalucía con un nuevo título bajo el brazo.

Resiliencia

Jugarse la clasificación de Champions desde la jornada 3 o la necesidad de salir victorioso del Camp Nou y de Valdebebas ante el Atlético han sido muestras de la resiliencia de esta plantilla. La capacidad de remontar en los últimos minutos ante el Monchengladbach, los dos triunfos ante el Inter de Milán y el nueve de nueve ante los equipos de La Liga que juegan la Champions este año han verificado esta tendencia positiva cuando hay un grande en frente.

Karim Benzema celebra su segundo gol al Borussia REUTERS

El Athletic lo será en la noche de este jueves. Los blancos buscarán en La Rosaleda ese aura de gran cita para sacar el mejor juego que llevan en sus piernas. Estos han demostrado una capacidad para motivarse en las fechas importantes que sorprendió a propios y extraños, pero no es más que una muestra del ADN de este club; cuando hay que dar la cara, estos jugadores la dan. No hay gigante que se resista a este Real Madrid.

Lo que pide Zidane

La química de los jugadores con Zidane es muy alta y siempre que hay que corregir cuestiones, se valora en grupo y se busca solución. Lo que ha demostrado no tenerla es esta motivación especial ante las citas en las que el equipo puede caer o puede salir adelante. Quizá sea una cuestión de relajación ante los equipos que tienen otros objetivos distintos o una simple casualidad, pero no cabe duda de que esa sensación de superioridad en las grandes citas siempre aparece.

El técnico francés pedía en rueda de prensa esa unión durante cuatro días y todo comienza por exhibir esa fortaleza ante el Athletic este jueves. No piensa en que sea un trampolín para el resto de la temporada, porque el sino de Zidane ante los medios es el de que todos los partidos son importantes. Pero el francés sabe lo que supone salir este domingo con un nuevo título. "Esperamos que a partir de este principio de enero la temporada vaya un poco mejor", espetaba en la comparecencia del miércoles.

Cuando dijo eso de que estos jugadores "se ponen" cuando se juegan las habichuelas se refería a citas como la de este jueves. Zidane ha pedido el Real Madrid de las grandes citas y los madridistas podrán comprobarlo en La Rosaleda.

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