Así reaccionaron los jugadores del Madrid al gol de Cristiano

Cristiano Ronaldo se elevó ayer a unos dos metros para rematar la chilena que dejó boquiabierto a todo el Juventus Stadium y también a sus compañeros del Real Madrid. Las imágenes de las reacciones de los jugadores y de Zidane son indescriptibles. Ninguno daba crédito de lo que veían sus ojos.

4 abril, 2018 15:59

Redacción EB

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Cristiano Ronaldo no solamente enloqueció al Juventus Stadium con su espectacular chilena. El portugués también dejó con la boca abierta a sus compañeros del Real Madrid, que vieron de cerca el golazo del '7'. Las reacciones de Isco, Casemiro, Ramos, el banquillo del conjunto merengue o Zidane, fueron muchas de las más destacadas. Nada más marcar, Cristiano lo celebró con efusividad delante de las cámaras.

Sus compañeros, al ver dicha obra de arte, corrieron a felicitar al portugués: "¡Sí, sí, sí! Cristianito grande", se escuchaba entre los abrazos de los madridistas al autor del gol. Casemiro fue uno de los que más se alegró por el golazo de Cristiano Ronaldo. El brasileño le dio un abrazo levantándole del suelo y le dijo "¡vamos carajo!".

reacciones

casem

Otra de las grandes reacciones fue la de Isco. El malagueño vio a escasos metros la chilena de su compañero, sin apenas dar crédito a lo sucedido. Primero se llevó las manos a la cabeza, en señal de fascinación, como si acabara de ver algo inaudito y segundos más tarde fue a felicitar a Cristiano Ronaldo junto al resto de los madridistas.

isco

La del banquillo madridista fue otra de las grandes reacciones de la noche. Los jugadores no daban crédito de lo que Cristiano Ronaldo consiguió meter en la portería de Buffon. El '7' merengue también levantó de sus asientos a sus compañeros que no creían lo que veían sus ojos. Kovacic, Theo Hernández o Casillas fueron varios de los que más celebraron el golazo del portugués. Tan solo Gareth Bale permaneció pasivo a la chilena del actual Balón de Oro.

KOVAC

Zinedine Zidane también se quedó atónito ante la magia de su jugador. El técnico francés ya no solo mostró admiración, sino impacto, como si hubiera visto algo que no fuese real. Primero con el gesto perdido, se dio media vuelta y miró a su banquillo para confirmar que el golazo había sido verídico y no cosa de su imaginación. Luego, se quedó con la boca abierta y movió las manos entonando un "madre mía", con uno de los mejores goles que habrá visto como entrenador del Real Madrid.