Rudy Fernández animando a los aficionados del Real Madrid

Rudy Fernández animando a los aficionados del Real Madrid EFE

Baloncesto REAL MADRID 71-65 CSKA MOSCÚ

Épica victoria del Real Madrid con solo cinco jugadores sénior ante el CSKA de Moscú (71-65)

El Real Madrid solo tuvo a nueve jugadores disponibles tras las bajas por la Covid-19, tres de ellos eran canteranos que no habían debutado con el primer equipo. 

23 diciembre, 2021 23:07

El Real Madrid se impuso al CSKA contra todo pronóstico en la jornada de Euroliga. A pesar de contar con siete jugadores de baja por la Covid-19, más tres lesionados, el conjunto entrenado por Chus Mateo, por la ausencia de Pablo Laso también a causa del coronavirus, tiró de garra y presentó a una nueva generación de talentos de la cantera para seguir en lo más alto de la clasificación. Seis jugadores del primer equipo, cinco de ellos sénior y Vukcevic que tiene solo 18 años, y tres del filial bastaron para sumar una victoria épica e histórica para alcanzar un 14-3 de balance solo por detrás del Barça. [Narración y estadísticas: Real Madrid 71-65 CSKA Moscú]

El encuentro estuvo en el aire hasta el último momento. Las peticiones de suspensión, tanto entre aficionados como desde la ABP (Asociación de Baloncestistas Profesionales), sembraron de dudas la disputa del partido tras confirmarse el positivo de Adam Hanga y sumando así el Real Madrid la séptima baja por la Covid. Ante la adversidad el equipo blanco se hizo más fuerte y con una de sus mejores versiones del año plantó cara a uno de los clubes más grandes del continente firmando un triunfo para el recuerdo.

Williams Goss, Taylor, Tavares, Llull y Rudy Fernández fueron los mayores que tiraron de un carro al que se subieron Vukcevic y tres canteranos que se estrenaron por la puerta grande como Sediq Garuba, Klavzar y Miller. En la previa de Nochebuena, el Real Madrid brindó a su afición el mejor homenaje que le podía dar: ganar a todo un CSKA a base de lucha, coraje, garra y, sobre todo, buen baloncesto. 

El conjunto blanco salió arrollador con un parcial de 11-0 que descolocó al cuadro ruso. No fue sorpresa, sino una seña de identida que se alargó durante todo el encuentro. La implicación de jóvenes como Garuba en defensa, y el potencial de Tavares en la pintura guiaron al Real Madrid sin pausa. El CSKA reaccionó con Milutinov antes del descanso, pero el ambiente del WiZink Center y un Williams-Goss imparable mantuvieron a los de Pablo Laso (de baja por la Covid) en lo más alto. Llull, Rudy y de nuevo Williams-Goss acabaron certificando un triunfo difícil de repetir.

Las sorpresas no tardaron en llegar al partido. Chus Mateo sacó un cinco inicial inédito con Garuba, hermano pequeño de Usman, y Vukcevic. Eran las armas con las que contaba ante una plantilla tan larga como la de los rusos. Y, pese a que partían con desventaja, plantaron cara muy rápido. La defensa del Real Madrid dio la primera ventaja y la idea en ataque del cuadro blanco sacó rédito con facilidad. Todos se volcaron atrás y, a la hora de abrir el marcador, los balones iban destinados a los centímetros de Tavares.

El cuadro local, con un WiZink Center ocupado por algo más de 5.000 espectadores, se disparó con un 7-0 con Williams-Goss ejerciendo de director de orquesta. El ambiente era tal que ni el tiempo muerto del CSKA bastó para que los de Itoudis cambiaran el ritmo de juego. El parcial se fue hasta el 11-0 y el único aspecto negativo en el Real Madrid fueron las dos faltas con las que se cargó Sediq Garuba. Pese a ello, el banquillo blanco rebosaba de optimismo.

Mientras Clyburn y Hackett se secaban en las ofensivas rusas, el joven Klavzar debutaba como madridista con un triplazo para el 14-3. El primer cuarto lo tenía todo y solo una última aportación de Milutinov permitió mantener a los visitantes con vida en el 24-14 de los diez minutos iniciales.

El CSKA y su golpe de realidad

El ritmo era excesivamente alto, en especial en el bando merengue, y la calma no tardó en llegar. El segundo cuarto, que sirvió de acomodo al CSKA, fue el escenario en el que rebajar las pulsaciones y ver el guion que se esperaba. El Real Madrid no comenzó enchufado y los ataques se resumieron en tiros a la desesperada. Sin acierto, solo quedaba soñar con la suerte mientras el CSKA ganaba terreno.

Los de Chus Mateo no encontraron solución ofensiva y cuando quisieron reaccionar los rusos ya estaban metidos de lleno. Kurbanov puso a dos a los suyos, Milutinov igualó a 35 y sería Lundberg quien le diera la vuelta a todo con el 35-38. Ahora sí, como se preveía antes del encuentro, el conjunto merengue tenía que remar contracorriente. Un ambiente en el que hay un rey llamado Sergio Llull, que con una penetración finalizada en bandeja puso el 37-40 para cerrar la primera mitad con el Real Madrid rozando la épica.

El sueño de los jóvenes

El conjunto merengue cogió aire en el descanso y el CSKA corrigió los errores, especialmente de concentración, que les condenaron durante la primera parte del encuentro. Un refuerzo por parte de ambos equipos que ralentizó el juego y que en parte dio ventaja a los rusos. El CSKA, apostando por un quinteto muy físico, consiguió secar al Real Madrid.

Llull no anotaba y Williams-Goss tampoco estaba encontrando el acierto. Rudy, bien en otros aspectos ajenos al ataque, tampoco servía de revulsivo. Fue ahí donde entre la garra de Tavares y la juventud de Garuba se logró igualar el duelo a 47. Las cartas estaban sobre la mesa y el Real Madrid dejaba claro que la batalla iba a ser muy larga. Cerrar el tercer cuarto con un 56-55 fue la mejor muestra de ello.

Un final para el recuerdo

Todo se iba a decidir en los diez minutos finales. El Real Madrid salía perjudicado de esta situación teniendo en cuenta su escasa rotación. El CSKA podía exprimir al máximo su fondo de armario. Sin embargo, el combo de la veteranía y el carácter fue demasiado y acabó rompiendo el hielo del CSKA, que se pasó sin anotar casi cinco minutos del último cuarto.

El Real Madrid, todo lo contrario, iba dando pasos sigilosos hacia un histórico triunfo. Un triple de Sergio Llull, de hecho, llevó al conjunto merengue a un 59-55 que aumentaba la esperanza. Y Klavzar, el joven que había sorprendido con anterioridad, se sacaba un nuevo triplazo de la manga para el 62-55 que hacía saltar las alarmas en el banco de Itoudis. No había vuelta atrás. Williams-Goss se hizo enorme. Y Sergio Llull desbarató desde el perímetro cualquier plan del rival (65-55).

El conjunto de Chus Mateo, con sus seis jugadores de la primera plantilla y tres canteranos debutantes en Euroliga, había certificado la victoria ante la sorpresa y euforia de la grada. El Real Madrid se impuso a un CSKA repleto de estrellas para seguir como segundo clasificado de la competición continental. Un hecho histórico y una muestra de superación ante las bajas por la Covid-19 de un equipo que trasciende en el baloncesto actual y que demostró por qué "así, así, así gana el Real Madrid". 

Real Madrid 71-65 CSKA Moscú

Real Madrid: Williams Goss (17), Garuba (2), Taylor (5), Vukcevic (6) y Tavares (15) -equipo inicial-, Rudy Fernández (6), Klavzar (10), Miller (0) y Llull (10).

CSKA Moscú: Shved (8), Lundberg (10), Voigtmann (5), Shengelia (0), Kurbanov (8) -equipo inicial-, Clyburn (16), Hackett (5), Bolomboy (0), Milutinov (13), Grigonis (0), Ukhov (0) y Antonov (0).

Parciales: 24-14 | 13-26 | 19-15 | 15-10

Árbitros. Sasa Pukl, Olegs Latisevs y Milan Nedovic. Eliminó por faltas a Voigtmann (min.36).

Incidencias: partido correspondiente a la jornada diecisiete de la fase regular de la Euroliga de baloncesto disputado en el WiZink Center de Madrid ante 5.205 espectadores.