Partido de altos vuelos el del próximo domingo en el Camp Nou, llega un encuentro que sin duda es de los más especiales que se puede vivir en el fútbol español. Barcelona y Real Madrid se enfrentan en un momento donde La Liga está muy abierta y una victoria sería clave para la confianza de los dos equipos.

Un jugador experto en estos encuentros es el capitán blanco, Sergio Ramos. El defensa andaluz no se pierde un partido ante los azulgranas en la competición doméstica desde que llegase al Santiago Bernabéu en el año 2005. Ambos conjuntos se han enfrentado en 176 ocasiones en el torneo liguero, y desde el 19 de noviembre de 2005 el camero disputa dicho encuentro.

26 Clásicos y cuatro goles a sus espaldas le hacen ser un jugador muy experimentado en estos partidos tan especiales. Esto sumado y su carácter y pasión son una de las grandes bazas que tiene el club merengue siempre que visita el feudo azulgrana. A los disputados en Liga se suman 12 más en otras competiciones como la Copa del Rey, la Champions y la Supercopa de España, para un total de 38.

Sergio Ramos disparando una falta desde fuera del área REUTERS

La consigna del vestuario

El conjunto merengue está cuatro puntos por detrás de los azulgranas en la clasificación por lo que llegan más obligados a la cita del domingo. Todos saben que los blancos no están en una buena situación después de estar cinco partidos consecutivos sin conocer la victoria, pero en el último encuentro ante el Viktoria Pilsen se volvió a la senda del triunfo, un primer paso para ir hacia arriba.

En el vestuario lo tienen claro y saben que están ante una gran oportunidad de reivindicarse y dar un golpe sobre la mesa. En el seno del equipo saben que es una final y con Julen Lopetegui en la cuerda floja, los futbolistas están con él a muerte y confían en revertir la situación.