El Real Madrid es campeón de la Copa del Rey 2020 en Málaga. El equipo de Pablo Laso no dio opción en ningún momento a un Unicaja que no pudo sobrevivir al rodillo merengue. Campazzo, MVP de la final, fue el mejor de un partido con el que los blancos se quitan el mal sabor de las dos últimas finales que perdieron con gran polémica arbitral. [Narración y estadísticas: Unicaja 68-95 Real Madrid].

Cuando Laso llegó al banquillo blanco, el Real Madrid sumaba 22 títulos de Copa del Rey y no lo conseguía desde 1993. Ahora, nueve años después, la entidad madrileña tiene 28 en su palmarés y solo ha faltado a una final. Una era gloriosa para el baloncesto merengue en esta segunda etapa de Florentino Pérez en la presidencia y con Juan Carlos Sánchez Lázaro como director de la sección. 

En la Copa siempre se sufre, pero el Real Madrid arrasó en esta edición como nunca. Excepto unos minutos de agobio ante Bilbao Basket en cuartos, el equipo de Laso pasó por encima de Valencia Basket en la semifinal y de Unicaja en la final.

Con Llull como héroe un día y otro con Campazzo y Tavares como jugadores más destacados. Carroll brilló en el que, salvo sorpresa, será su último partido en este torneo y fue el máximo anotador madridista de la final con 20 puntos. 

El fin de semana más emocionante del año baloncestístico echó el cierre con la final más picante posible. El Real Madrid quería el trono copero a costa del anfitrión. Unicaja, que jamás había ganado una Copa ante su afición, se plantó en la cita de las citas por la puerta grande tras vapulear a Andorra, pero el pasado no cabía en un pabellón a reventar.

Las manos de los aficionados empezaron a sudar. Los nervios invadieron las gradas. La voz de Ibai Llanos aparecía cual tren en estación, a la par que salía la luz del pabellón andaluz. Presentaciones al más puro estilo NBA y el balón que rozó el cielo del feudo malagueño para que la final de la Copa 2020 comenzara. 

Carroll y Campazzo ejecutan a Unicaja

El primer cuarto echó a andar y el Madrid salió, como en cuartos y en semifinales, con las ideas más que claras. Campazzo dirigió la orquesta a la perfección y Carroll ejecutó los solos de maravilla desde el perímetro. Solo Jaime Fernández fue capaz de hacer desafinar a los de Laso.

Jaycee Carroll, durante la final de la Copa del Rey entre Real Madrid y Unicaja

El canterano de Estudiantes, cojo por sus problemas en el tendón de Aquiles, se sobrepuso al dolor y evitó mientras pudo que los blancos se marcharan en el marcador. 10-14 lució el luminoso cuando Casimiro cambió de director de juego y Laso sentó a Tavares. El técnico blanco decidió proteger al gigante de Cabo Verde después de cometer su primera personal y la orquesta no perdió ni una sola vez el compás. 

13-26 fue el resultado que lució en el marcador después del recital que Campazzo y Carroll dieron al público del Carpena, pero la música aún podía sonar mejor. Sin más dilación que la pertinente, el segundo cuarto alzó el telón y Rudy Fernández se encargó de poner más piedras en el camino de Unicaja. Dos triples consecutivos del balear ponían el +19 en el luminoso y obligó a que algún actor secundario diera un paso al frente en el cuadro andaluz.

Brizuela maquilla la final

Con Jaime Fernández bajo mínimos, fue Darío Brizuela el que se encargó de demostrar el porqué de su mote. 'La Mamba Vasca' sumó 12 puntos de manera consecutiva para que Unicaja se agarrara a la final. Con el otro canterano estudiantil desatado, Unicaja había pasado del -21 al -12 y posteriormente al -9.

El Madrid mantuvo la calma en este momento delicado y Laso apostó por el doble base, Campazzo - Llull, para recuperar sensaciones. Acertó el técnico vitoriano y los blancos volvieron a ampliar su distancia antes del descanso (28-43).

La vuelta de vestuarios no sirvió para otra cosa que para refrendar lo visto en el tramo final de la primera mitad. El Real Madrid mostraba su lado más voraz con Tavares en cancha y volvía a poner la veintena de puntos de ventaja en el marcador.

La esperanza que había inundado el pabellón malagueño a eso de las 18:30, se había apagado casi por completo, pero la fe podía ser más baja aún. Jaime Fernández volvió del túnel de vestuarios con muletas y eso cayó como un jarro de agua fría sobre la afición local. La final estaba prácticamente decidida y aún restaban 15 minutos para el final.

La Copa ya pintaba de blanco, pese a que Casimiro pidió a los suyos un último esfuerzo por terminar con la cabeza bien alta un torneo con el que habían vuelto a disfrutar. Si el técnico del conjunto andaluz solicitó fuerza y orgullo, el del Real Madrid abogó por la intensidad hasta el final. Con ese espíritu y con el Carpena volcado en una ovación, con aires de despedida, hacia Carroll, el último acto hizo su aparición de la manera más descafeinada posible.

El Madrid, campeón sin agobios

Los minutos corrieron como la pólvora y el Madrid siguió ampliando la distancia hasta los 30 puntos. El enorme aplauso que recibió Carroll en su marcha al banquillo quedó en nada con la sonora aclamación que el feudo malagueño hizo a Facu Campazzo al grito de MVP.

Facundo Campazzo, MVP de la Copa del Rey 2020 ACB PHOTO

Con la final decidida, los últimos minutos quedaron para que los menos habituales sumaran momentos que recordar en el futuro. La bocina sonó más merengue que nunca y el Real Madrid alzó su quinto título copero en siete años, la sexta en nueve de la 'era Pablo Laso'. 

Unicaja 68-95 Real Madrid

Unicaja: Jaime Fernández (4), Adams (7), Toupane (2), Thompson (6), Gerun (4) - quinteto inicial - Brizuela (22), Díaz (2), Elegar (7), Waczynski (2), Ejim (4), Guerrero (2), Suárez (6).



Entrenador: Luis Casimiro.



Real Madrid: Campazzo (13), Carroll (20), Deck (6), Randolph (5), Tavares (12) - quinteto inicial - Causeur (5), Rudy (6), Laprovittola (3), Felipe (0), Llull (4), Thompkins (12), Taylor (9).



Entrenador: Pablo Laso.



Árbitros:José Antonio Martín Bertrán, Carlos Francisco Peruga Embid, Fernando Calatrava Cuevas.



Parciales: 25-16| 15-17| 14-25| 26-27| 



Incidencias: Partido correspondiente a la final de la Copa del Rey 2020 disputado en el Pabellón Martín Carpena, Málaga.