Todos hemos usado emoticonos. Para una generación llevan con nosotros desde los tiempos del MSN Messenger, tuvieron un momento de gloria cuando se abrió la posibilidad de que cualquiera pudiera añadir los emoticonos que quisiera, creando una fiebre en el que la gente competía por tener el más divertido -o más marrano- del grupo. Con la llegada de las plataformas móviles los emoticonos se han rebautizado como emojis y viven una edad de oro entre flamencas y caquitas sonrientes.

Hoy hemos podido ver el nacimiento de un nuevo tipo de emoticono: el emoticono comercial. Coca Cola se ha convertido en la primera empresa en pagar por tener su emoticono, concretamente a Twitter, que sumará la bebida a sus emoticonos activados por hastags, como los inspirados en Star Wars y las pizzas, pero aquellos no supusieron ni un céntimo para la caja de la plataforma de microblogging, pero la inversión de Coca Cola puede suponer un cambio en los emoticonos tal y como los conocemos.

Los emoticonos más usados actualmente son los del consorcio Unicode, una organización sin ánimo de lucro que se encarga de seleccionar, estudiar y estandarizar los emoticonos para que funcionen a través de todas las plataformas. Este consorcio está formado entre otras por gigantes del sector tecnológico como Apple, Google, Microsoft, Yahoo o el Ministerio de Asuntos Religiosos de Omán.

Paellas y emojis pelirrojos, los nuevos candidatos

Cualquiera puede proponer un emoji nuevo. Así hemos visto como en los últimos meses llegaban a nuestro Whatsapp los emoticonos interraciales, que permitían incluir en nuestros chats emojis con distintas tonalidades de piel -con todo el turismo asiático, la flamenca china tenía que llegar-. Pero no todas las propuestas pasan el corte, para llegar a los chats de medio mundo debes demostrar que el espacio de tu propuesta no está ocupado por otros emoticonos y que llegará a tener un uso amplio.

De esta forma, recientemente los escoceses reclamaron una cuota de pelirrojos, y la bandera arco iris pasará a formar parte del elenco de emoticonos, aunque la asociación LGBT ha pedido una mayor representación. También la paella es candidata a convertirse en uno de los muchos emoticonos culinarios, junto a los sushis, pizzas y hamburguesas.

Los emojis nacieron en 1998 en Japón, pero no fue hasta 2010 cuando el consorcio decidió unificarlos a las normas tipográficas, de forma que aunque un usuario de china lo envíe a uno canadiense que tiene una plataforma distinta, este siga apareciendo. Sin embargo, y aunque estén unificados, son los fabricantes quienes deben adaptarlos y diseñarlos, por eso en algunas plataformas hay algunos emoticonos que en otros no (como por ejemplo los multiraciales).

El emoticono de pago y las flamencas con publicidad

El emoticono patrocinado de Twitter no forma parte de este código estándar, sin embargo estamos ante el nacimiento de algo. Con las aplicaciones de mensajería instantánea y las redes sociales, el lenguaje escrito ha vuelto a cobrar una importancia en la comunicación personal que no tenía desde la popularización del teléfono, y en este marco los emoticonos ofrecen una manera muy efectiva de marcar el tono, y no es de extrañar que las grandes empresas vena un filón donde introducir su imagen.

Parece complicado que el consorcio Unicode acepte emoticonos patrocinados, sin embargo otras podían seguir el camino de Twitter. Facebook, Whatsapp, Telegram o Line podrían ver en esto una vía muy interesante para lograr nuevos ingresos. Quien sabe, igual acabamos chateando entre flamencas con publicidad de Microsoft y caquitas sonrientes sponsorizadas por Qatar Airways. Mientras tanto, puedes compartir Coca Colas en Twitter usando el hashtag #Shareacoke.