Un móvil Android El Androide Libre
No te arrepientas al comprar un móvil nuevo en Black Friday: los 3 errores que debes evitar al cambiar de teléfono
A la hora de cambiar de móvil hay que tener en cuenta varios aspectos para no arrepentirnos al poco tiempo.
Más información: Los 7 trucos imprescindibles para sacar partido a tu móvil Android como un experto
España tiene uno de los mercados de smartphones más dinámicos de Europa, tanto es así que marcas como OPPO lo consideran clave. Más ahora, que arranca la temporada de Black Friday.
Sin embargo, esta búsqueda de lo mejor a menudo nos lleva a tomar decisiones de compra basadas en especificaciones técnicas y marketing, en lugar de en el uso real.
La industria nos bombardea con cifras como los GB de RAM, GHz de procesamiento, y sobre todo, Mpx.
El resultado es que muchos usuarios acaban pagando de más por características que no utilizan, o peor aún, ahorrando en aspectos que sí son críticos para la experiencia diaria.
Comprar un móvil nuevo es una inversión importante, y evitar los errores comunes puede marcar la diferencia entre dos años de satisfacción o dos años de frustración. O más, porque cada vez aguantamos más los móviles antes de cambiarlos.
Memoria interna
El primer gran error, y uno que genera frustración a medio plazo, es subestimar el almacenamiento interno necesario.
Hoy en día, comprar un teléfono con 128 GB de almacenamiento base es, en la mayoría de los casos, un error que se paga caro.
Streaming en el móvil El Androide Libre
Puede parecer una cifra considerable, pero la realidad del software moderno la ha convertido en el nuevo mínimo indispensable, y a menudo, insuficiente.
¿Por qué 128 GB se quedan cortos tan rápido? La respuesta no está solo en lo que nosotros guardamos, sino en lo que el propio sistema y las aplicaciones acumulan.
Primero, el sistema operativo. Un terminal moderno, nada más sacarlo de la caja, ya tiene ocupados entre 15 y 30 GB.
Entre el propio sistema (Android o iOS), las aplicaciones preinstaladas por el fabricante, el bloatware, y los archivos del sistema, una parte significativa del almacenamiento ya ha desaparecido antes de que instales una app.
Segundo, las aplicaciones y su caché. Este es el asesino silencioso del espacio. Aplicaciones que usamos a diario son devoradoras de datos:
- WhatsApp: Es, probablemente, la peor de todas. No solo guarda las fotos y vídeos que enviamos y recibimos (muchas veces duplicados en la galería y en la propia app), sino que acumula años de historial de chat, GIFs, documentos y audios. Una copia de seguridad de WhatsApp puede superar fácilmente los 10 o 15 GB.
- Redes Sociales (Instagram, TikTok, Facebook): Para que el muro de información cargue al instante, estas aplicaciones descargan y almacenan en caché cientos de vídeos y fotos. Este caché crece sin control y puede llegar a ocupar varios GB por aplicación.
- Aplicaciones de Streaming (Spotify, Netflix, YouTube Premium): Si descargas música para escuchar offline o te bajas un par de películas para un viaje, estás consumiendo GB sin hacer mucho.
Tercero, el contenido multimedia propio. Las cámaras de hoy son potentes, y sus archivos pueden ser muy pesados. Una foto estándar puede ocupar entre 3 y 7 MB. Si activamos el modo de alta resolución (por ejemplo, 50 o 200 Mpx) o disparamos en formato RAW, una sola foto puede pesar entre 25 y 100 MB.
Pero el verdadero problema es el vídeo. Grabar en 4K a 60 fotogramas por segundo (un estándar ya en la gama media-alta) consume aproximadamente entre 400 y 500 MB por minuto.
Software de Android El Androide Libre
Un vídeo de 10 minutos de un cumpleaños o unas vacaciones puede ocupar 5 GB. Si solemos grabar vídeo, 128 GB se llenan en pocos meses.
El argumento de uso la nube (Google Fotos, iCloud...) es válido, pero tiene matices. La nube requiere una buena conexión constante para subir y bajar contenido, y las propias aplicaciones de la nube también usan espacio de caché en el dispositivo para mostrar las miniaturas.
Además, cuando el móvil detecta que queda poco espacio, empieza a funcionar más lento, las actualizaciones fallan y la experiencia de usuario se degrada.
Dado que la mayoría de teléfonos de gama alta y media-alta ya no admiten tarjetas microSD, el almacenamiento que elegimos es el que tendremos durante toda la vida útil del teléfono.
Cámaras
Este es, sin duda, el error más común y el que más explota el marketing: juzgar la calidad de una cámara por su número de megapíxeles (Mpx) o por la cantidad de lentes que tiene en la parte trasera.
El mito de los megapíxeles
Nos han vendido la idea de que más megapíxeles equivalen a mejores fotos. Esto es falso. Un megapíxel es simplemente un millón de píxeles; es una medida de resolución (tamaño de la imagen), no de calidad.
Un móvil con un gran sistema de cámaras El Androide Libre
Lo que realmente determina la calidad de una foto, especialmente en condiciones de poca luz, son tres factores mucho más importantes:
- El tamaño del sensor: Este es el componente físico que captura la luz. Un sensor más grande puede capturar más luz y más información, lo que resulta en fotos más nítidas, con menos ruido (el grano en fotos oscuras) y mejor rango dinámico (detalle en sombras y luces). Un sensor de 12 Mpx pero de gran tamaño dará una foto infinitamente mejor que un sensor de 108 Mpx pero diminuto.
- La apertura de la lente (número f): Se expresa como f/1.8, f/2.0, etc. Cuanto más bajo sea el número después de la f, más grande es la apertura, y por tanto, más luz puede entrar al sensor. Esto es crucial para fotos nocturnas o retratos con desenfoque natural.
- El procesamiento de imagen: Es el software que toma la información en bruto del sensor y la convierte en la foto que vemos. El procesado es clave a la hora de tener como resultado buenas fotos.
Muchos móviles con cientos de Mpx utilizan una técnica llamada Pixel Binning. No disparan fotos de 108 Mpx (que ocuparían 30 MB cada una), sino que agrupan los píxeles (por ejemplo, 9 en 1) para crear una foto final de 12 Mpx, pero teóricamente más luminosa.
La cuestión es que, al final, estamos disparando a 12 Mpx, pero el marketing vendió la cifra de 108, que si bien es posible técnicamente, al final nunca se usa..
El mito del número de cámaras
El segundo engaño es el módulo de cámara con, tres cuatro o cinco sensores. En la gama media, esto es casi siempre una trampa.
Los fabricantes saben que tres cámaras venden más que una, aunque dos de ellas sean inútiles. Un móvil típico de gama media-baja puede tener:
- Un sensor principal (el único que vale la pena).
- Un ultra gran angular (a veces de calidad aceptable).
- Un sensor "Macro" de 2 Mpx: Es relleno. Ofrece fotos de cerca de calidad pésima, borrosas y sin detalle.
- Un sensor "de profundidad" de 2 Mpx: También es de relleno. Su única función es ayudar en el modo retrato (desenfoque), algo que el software hace mejor sin necesidad de un sensor dedicado.
Es preferible un móvil con dos cámaras excelentes (un sensor principal grande y un buen gran angular) que un móvil con cuatro cámaras donde dos o tres son de relleno.
Un móvil con dos sensores, aunque sólo uno es funcional Omicrono
No hay que dejarse impresionar por el número, lo mejor es analizar previamente qué hacen esas cámaras y ver fotos tomadas con las mismas.
El gran olvidado: el sensor frontal
Irónicamente, muchos usuarios pasan más tiempo usando la cámara frontal (selfies, videollamadas de WhatsApp, reuniones de Zoom o Teams, historias de Instagram) que el teleobjetivo o el gran angular trasero.
Sin embargo, es la cámara que menos se publicita y donde muchas marcas recortan gastos.
Caer en el error de no revisar la cámara frontal es grave. Buscamos móviles con cámaras traseras de 50 Mpx y luego se hacen videollamadas con una cámara frontal mediocre, de enfoque fijo y que se ve terrible con poca luz.
A la hora de comparar, hay que buscar una cámara frontal que tenga, como mínimo, buena resolución (de 12 Mpx en adelante), pero sobre todo, que tenga autoenfoque (Autofocus).
El autoenfoque permite que la cámara te enfoque correctamente si estás cerca o lejos, algo vital para la nitidez en vídeo. La diferencia entre una cámara frontal con y sin autoenfoque es grande.
Batería
El tercer error crítico es gestionar mal la elección de la batería. Aquí el error es doble: o bien fijarse solo en la cifra de miliamperios-hora (mAh), o bien ignorar por completo el ecosistema de carga que la acompaña.
En el pasado, una batería de 4.000 mAh era enorme. Hoy, con pantallas gigantes que refrescan a 120 Hz, procesadores muy potentes y la conectividad 5G (que consume más que el 4G), la demanda energética se ha disparado.
Por norma general, en el ecosistema Android, 5.000 mAh se ha convertido en la cifra de referencia para garantizar que se llega al final del día con un uso intenso.
Comprar un móvil Android con menos de 4.000 mAh en 2025 (a menos que sea un modelo "mini" o plegable) es arriesgarse a vivir pegado al cargador.
Eso sí, los iPhone son una excepción, ya que su optimización de software les permite conseguir la misma o más autonomía con menos mAh. Un iPhone Pro Max con 4.300 mAh puede durar más que un Android con 5.000 mAh).
Pero la capacidad es solo la mitad de la ecuación. La otra mitad es la velocidad de carga.
Carga rápida realme
De nada sirve tener una batería gigante de 5.000 mAh si tarda tres horas en cargarse. La carga rápida ha venido a solucionar la ansiedad por batería. Tecnologías que ofrecen 30 W, 65 W o incluso más de 100 W, permiten recuperar el 50% de la batería en 15 minutos, o el 100% en menos de 40 minutos.
Esto cambia por completo la forma en que usamos el móvil. Un móvil con menos batería pero carga ultrarrápida (ej. 4.500 mAh y 80 W) puede ser más práctico en el día a día que uno con 5.000 mAh y carga lenta de 18 W.
Las marcas ya no incluyen el cargador en la caja. La gente asume que su viejo cargador de 15 W servirá. Y servirá, pero cargará el teléfono a 15 W, no a los 45 W o 65 W que el móvil soporta.
Se estaría pagando por una tecnología (carga rápida) que no se está utilizando. El error es aún peor si se compra un cargador "rápido" genérico.
Cargador de 66 W de Xiaomi El Androide Libre
La carga rápida no es un estándar universal. Samsung usa "Super Fast Charging" (basado en PPS), OPPO usa "VOOC", y Xiaomi "Hypercharge", entre otros. Un cargador "potente" de otra marca probablemente solo cargue a una velocidad estándar (como 18W).
Por tanto, al comprar el móvil, debemos tener en cuenta si necesitaremos, o no, comprar un cargador para exprimir al máximo su carga rápida. Y no hay que olvidar los cables.