Historia de la liberación de móviles: de un negocio a prácticamente desaparecer

Historia de la liberación de móviles: de un negocio a prácticamente desaparecer

El Androide Libre

Historia de la liberación de móviles: de un negocio a prácticamente desaparecer

Antes las webs de liberación de móviles estaban en auge. Ahora, están casi extintas.y la cosa va a más. ¿Por qué?

9 julio, 2017 17:34

¿Os acordáis de cuando debíamos liberar nuestro teléfono casi obligatoriamente al comprarlo por operadora? Parece ser que ahora es cosa del pasado. ¿Por qué?

Hace un tiempo, a no ser que compraras el teléfono libre, era más que probable que tuvieras que pasar por el desbloqueo vía IMEI. Así, podíamos tener la tarjeta SIM que quisiéramos sin depender de la operadora habitual, por si acaso encontrábamos una mejor oferta de datos. Ahora, no sólo las webs de liberación de móviles están desapareciendo, sino que cada vez vemos menos dicho bloqueo. Liberar un móvil se está convirtiendo en algo de otra época, y se nota en la desaparición de los negocios que se dedicaban a esta práctica.

Hay muchas cosas a tener en cuenta en esta cuestión. Ya apenas compramos teléfonos que no vengan libres por defecto. Además, la estrategia de las operadoras ha cambiado, por lo que es menos habitual ver un teléfono bloqueado. Para ello, nos remontaremos a días pasados, donde las cosas eran un poco más complicadas, tecnológicamente hablando.

La operadora, la principal cadena

La estrategia que usaban las operadoras para vender teléfonos antaño era bastante menos agresiva que la actual. Quizás era más restrictiva, pero también debemos contar con el factor de que el sector tecnológico aún estaba formándose en lo que a telefonía se refiere. Si querías un teléfono novedoso, que tuviera muchas características y que te gustara, tu operadora estaba dispuesta a dártelo sin problemas prácticamente gratis. Pero con condiciones.

No se pueden comparar los comportamientos de las operadoras de teléfonos de antes y ahora

Sí, no pagabas nada por el teléfono, pero sí pagabas tanto por la tarifa a la que iba unido (como ahora) y por el tiempo que te quedaras tu móvil. Y por supuesto, eso implicaba que en el 90% de los casos, el teléfono trajera software de la operadora móvil y que tuviera la red bloqueada a sólo tarjetas SIM de la misma. Poseías en tu bolsillo un portento tecnológico con una cadena atada a la empresa que te lo da.

Aunque la manera de dar móviles a 0 coste no ha cambiado demasiado ahora, no solemos tener de base ese teléfono bloqueado, porque es una manera de espantar al cliente. He trabajado de esto, y cuando una persona oye que su teléfono, por el que va a tener que pagar una cantidad mensual va a estar capado desde el primer momento, la cara torna a un claro «ni en tus sueños.» Dar móviles libres hace que el usuario se sienta más libre y no perder el pago que supone este, además de tener que pagar una cantidad de anulación de tarifa en el caso de que se quiera salir antes de tiempo de esta.

Los desbloqueadores eran nuestros salvadores

Muchos entonces se lanzaron a hacer de socorrista en la piscina para nuestros móviles: los métodos de desbloqueo se trasladaron a ciertas empresas y particulares que prometían un desbloqueo por un precio casi estúpido. Esto era una guerra continua por adaptar la competitividad del precio, que por aquel entonces era o muy elevado, o muy poco fiable o muy complicado. Sólo en mi ciudad vi precios de hasta menos de 5 euros por liberar tu móvil, lo cuál era un absoluto disparate. Se repitió la historia de los tonos polifónicos: muchos hicieron una caja abismal para un servicio no tan necesario.

Pero como dicen en Los Simpsons: «Y la burbuja estalló.» Las operadoras se dieron de bruces con la realidad. Que dicho mercado de liberación de móviles atendiera una necesidad tan obvia en sus usuarios y que ellos perdieran dicho filón era inadmisible. ¿Solución? Eliminamos el bloqueo, y te damos el móvil totalmente libre. Seguirás pagando, pero por el coste de la tarifa y del propio teléfono, en el caso de costar algo. No perderemos dinero, tú seguirás pagando y no tendrás que recurrir a terceros. Todos contentos.

Y no sólo muchos otorgaron la posibilidad de llevarse libres los teléfonos, sino que ofrecían la posibilidad de desbloquearlos ellos mismos. ¿De quién te vas a fiar más a la hora de confiarle tu caro dispositivo? ¿Al primo-hermano que regenta esa pequeña tienda de tecnología en el barrio? ¿O a la misma empresa que te proporciona el dispositivo? Por no decir que debido a la baja calidad del software de entonces, la mala fama que adquirió el bloatware del que iba acompañado el bloqueo era inmensa. Era mejor quitarse el lastre.

No nos faltaban herramientas

Existen diversos métodos para desbloquear un teléfono y que pueda usar diferentes SIMs. El más típico y conocido es el desbloqueo por IMEI, y le siguen otros como el método vía cable o «box» y el desbloqueo SIM. Ya veis que no nos faltan métodos, y realmente si tenías los medios adecuados hasta un particular podría realizar dichos procedimientos. Veámoslos un poco más de cerca.

Hay diversos modos para desbloquear un dispositivo, por lo que no faltaban opciones de uso

Como ya hemos mencionado, el desbloqueo más extendido y famoso es el desbloqueo por IMEI. Es un método bastante sencillo que sólo consiste en introducir un código en el dispositivo que elimine el bloqueo de la operadora. Pero antes, ¿qué es el IMEI? Bien, esta palabra se refiere al número de serie que posee cada móvil por separado que lo distingue de los demás. Se obtiene pulsando en el marcador de teléfono del terminal «*#06#» sin las comillas. Con este código podremos hacer muchas cosas, como bloquear el teléfono totalmente para que sea inusable en caso de pérdida o robo.

Como no podremos calcular el código de desbloqueo que necesitamos debido a que cada IMEI es completamente único, la opción más sencilla es comprar el código. El precio oscila entre los 5 y 20 euros, dependiendo del sitio que necesites.

Vamos allá con el método de cable o «box.» Se pueden usar determinados cables especializados para este método o un dispositivo llamado «box» con el que conectar mediante software el móvil a un PC y que sirva de intermediario entre el ordenador y el móvil. Mediante cambios en el firmware, se elimina el bloqueo de SIM y el teléfono queda desbloqueado. Se necesita el software correspondiente y el cable o la «box» para realizar estos cambios. Aunque normalmente la box tenga más funciones aparte, como flashear o reparar el mismo IMEI.

Y el último método es el de la SIM libertadora. Se trata de una tarjeta SIM que al insertarla junto a la tuya, hace creer al móvil que se trata de una sim original y te acepta la señal. Se pueden encontrar fácilmente por internet, y es tan sencillo como insertarlas las dos a la vez y así se conseguirá «engañar» al dispositivo. Aunque este, como decimos, es uno de los métodos menos extendidos que hay.

Fue una decisión acertada

El que las operadoras empezaran a comercializar sus teléfonos libres trajo muchas ventajas para los usuarios. Esto facilitaba las cosas porque no teníamos que andar pensando en a quién llevar nuestro recién adquirido dispositivo para que lo desbloquearan. Nos olvidábamos de las restricciones, y así los dispositivos con dual SIM cogieron más sentido. Y no era lo único que ganábamos, la verdad. Los usuarios comenzamos a ser más libres.

Los usuarios comenzamos a tener más control en nuestros teléfonos

Una de las más importantes a mi parecer fue que por fin nos libramos de esas odiosas ROMs modificadas por el fabricante. Ver el símbolo de cierto fabricante nada más iniciar un teléfono, y ver que toda la interfaz estaba cambiada, con aplicaciones preinstaladas… Simplemente me podía. Yo mismo aguanté varias de estas, y creo que usar un teléfono «dumbphone» era mucho más placentero. Pero no podía renunciar a Android, la verdad.

Y esto era un alivio a nuestros bolsillos. Basta de pagar mini-cantidades para acceder a otros servicios. Basta de correr el riesgo al timo por internet. Basta a muchas cosas que se quedaron en el camino en pos del avance tecnológico. Y es que por fin nos libramos de las limitaciones para usar nuestro internet de la mano de quién quisiéramos. Además, esto abría la posibilidad a usar OMVs como números secundarios. Era necesario.

Hay que reconocerle a Movistar el haber sido de las primeras empresas en empezar a comercializar sus teléfonos de forma libre. Ella fue la iniciadora de este fenómeno, el de poder tener móviles libres, tal y como nos vienen sin añadidos raros ni bloqueos absurdos. Y claro, al ser una empresa grande (nos guste o no) muchas más le siguieron la estela. Ahora, es más que habitual obtener nuestros terminales libres, ya sea por empresa o por otras vías.

El verdugo de las webs de liberación

Han sido estos mismos móviles libres (y nosotros) los que hemos acabado con este tipo de webs. Es de lógica básica. ¿Qué pasa si tienes una solución a un problema, pero este se resuelve solo? Pues que no hay problema. Por lo tanto, no tienes nada. Estos liberadores de teléfonos eran la solución a un problema que se manifestaba de forma puntual, puesto que solíamos estar bien usando nuestra operadora. Era cuando las cosas se torcían cuando necesitábamos de sus servicios. Cortado el asunto de raíz, esto dejó de tener sentido.

Además, se incentivó sobremanera la compra y venta de teléfonos libres por parte de particulares. En cristiano: cada vez comprábamos (y compramos) más móviles libres. El pequeño monto extra que suponía este proceso compensaba la incomodidad de estar atado permanentemente a una operadora y quitarnos las cadenas. Esto no sólo se ha instaurado, sino que es algo de lo más común, incentivando la desaparición de este tipo de webs.

Somos los usuarios los que nos hemos quitado este lastre incomprensible que desgraciadamente ha dejado víctimas tecnológicas por el camino. Era de esperar, y lógico por otra parte. Muchas consecuencias del avance de la tecnología es que lo obsoleto deja de existir, por muy útil que sea. Y realmente no es malo en muchos casos, máxime si este es más que dudosamente útil. Por lo que muchos no echaremos de menos estas webs, ni las necesitaremos. Aunque al igual que los tonos polifónicos o los móviles de concha, siempre quedarán en nuestro corazón.