Todos nuestros teléfonos llevan una cámara, con mejor o peores características, que está lista en cuestión de segundos. Enciendes la pantalla del teléfono, abres la aplicación de cámara y ya está, ya puedes sacar la fotografía. Nada de tener que encender o tener que preparar la cámara, y el disparador de los smartphones actuales actúa sin retraso alguno.

Los smartphones ya han desplazado a las cámaras compactas, pero las cámaras consideradas como profesionales -tipo reflex o tipo mirrorless, por ejemplo- siguen siendo igual de utilizadas por profesionales y no tan profesionales de la imagen. Ante este panorama aparece una pregunta interesante de plantear en nuestro particular ‘Debate de la semana’: ¿un smartphone podría competir con una cámara reflex?

La inmediatez de un teléfono…

Siempre llevamos el smartphone en el bolsillo, y este siempre está preparado para sacar una fotografía: esa es la mayor que tienen los smartphones en el campo de la fotografía. No siempre llevamos una cámara encima para capturar un momento irrepetible, pero sí que siempre llevamos un teléfono, por lo que sacar fotos con el smartphone parece lógico, quizás incluso mejor que sacarlas con una cámara tradicional.

Además, y como ha tratado de publicitar Huawei con el Huawei P9 que han lanzado hace unos días, la calidad de las cámaras de los smartphones ha crecido una barbaridad. Las fotos que sacamos con el teléfono tienen una calidad destacable, no tienen nada que envidiar a los sensores que llevan cámaras más tradicionales, y va en aumento según pasan las generaciones.

…contra la calidad de una cámara dedicada

Sin embargo, también puede que a las cámaras tradicionales todavía les quede mucho que decir en este campo, porque no todo está en la calidad del sensor que lleve cada uno. Puntos de enfoque, objetivos dedicados a tipos de fotografía, controlar la apertura o la exposición al milímetro, un mejor desenfoque… el nivel de control sobre la fotografía que te da una cámara profesional sigue estando a años luz de las aplicaciones de «cámara manual» que están disponibles en Android.

Quizás no todo el mundo necesite ese nivel de control sobre la fotografía que van a sacar, pero muchos usuarios saben cómo manejar estos ajustes y agradecen tenerlos a mano cuando sacan una foto, aunque sea para sacar la fotografía más «a su estilo». También dejamos a un lado a los profesionales en el campo de la imagen que, dejando a un lado casos anecdóticos, trabajan rodeados de este equipamiento en todo momento y no van a sustituirlo por smartphones sin más.

Con todo esto presente, os volvemos a lanzar la pregunta que os hemos hecho al principio de este debate: ¿los smartphones pueden competir con las cámaras profesionales hasta desplazarlas, o siempre van a ser dos campos sin nada que ver? ¿Veremos competiciones entre smartphones y reflex?