Para muchos de nosotros, los videojuegos han estado presentes durante toda nuestra vida, y es que cualquiera que sea un gran aficionado, ha sido testigo de como la industria del videojuego se ha ido transformando conforme pasan los años.

Es difícil no mirarlos con cariño, son muchos años y hemos jugado de mil formas distintas con ellos. De introducir cintas de casette y esperar horas para que cargara el juego hemos pasado a juegos con gráficos ultrarrealistas, y aunque parece que han pasado dos días, han sido décadas de evolución de una industria que cada día mueve más.

Los juegos han cambiado, las tendencias también

Como hemos mencionado con anterioridad, el mundo de los videojuegos ha cambiado radicalmente en unas pocas décadas. Por cada gran avance tecnológico, hemos visto como la manera a la que jugamos a videojuegos cambiaba también.

En los primeros años, las limitaciones técnicas impedían que los juegos contasen con grandes gráficos o físicas complejas, por lo que los desarrolladores de la época tenían que recurrir al ingenio para crear juegos que gustasen al público, como el Pong o el Arcanoid.

Conforme pasaron los años, los videojuegos cambiaron en varias ocasiones, y con ellos las tendencias de los jugadores. De los juegos simples pasamos a las aventuras gráficas y las máquinas arcade, de ahí a los juegos de plataformas y rol, llegando hasta la época de los videojuegos en 3D, donde ha predominado la acción y aventura.

Aquí se viene a ganar dinero, sea como sea

Del mismo modo que las tendencias a lo que jugamos han ido cambiando, el modo desde el cual accedemos a los videojuegos también ha ido variando con los tiempos. Al principio, los sistemas en los que podíamos jugar videojuegos eran prácticamente ordenadores, cuyos precios no eran accesibles para casi nadie. Con los años fueron llegando cada vez más sistemas dedicados a los videojuegos, pero con sus elevados precios, aún eran pocos los que podían adquirirlos, poniéndose de moda las conocidas recreativas. Las recreativas ayudaron a muchas personas a acercarse a los videojuegos, ya que con unas pocas monedas podías jugar y divertirte durante un buen rato.

Según se fue democratizando la tecnología, las máquinas recreativas cayeron en declive, puesto que a la larga resultaba más económico tener una máquina en casa y comprar o alquilar los juegos en lugar de ir a estos locales. Esta tendencia se ha mantenido hasta prácticamente hoy, donde la compra de juegos está cambiando poco a poco a un mercado digital. A fin de cuentas, el mundo de los videojuegos es una industria a la que se viene a ganar dinero, sea como sea.

Los free to play, las nuevas recreativas

En los nuevos modelos de negocio de la industria del videojuego, hay uno que especialmente llama la atención, y es el modelo del free to play. Básicamente, este tipo de juegos no requiere ningún tipo de inversión inicial, y con tener un móvil o un ordenador ya estamos listos para disfrutar de la experiencia completa.

Este tipo de juegos comienzan con una dificultad muy baja, para ir incrementándose de forma progresiva. A medida que va avanzando el juego, generalmente recibimos algún tipo de potenciador que sirven para allanarnos el camino, y es aquí donde comienzan los beneficios de la compañía. Conforme los niveles del juego van aumentando, nos acaba tentando el uso de potenciadores para equilibrar nuestro nivel al juego, y es ahí donde comenzamos a pagar para progresar sin muchos problemas.

Otros juegos juegan también con el tiempo, dejándonos jugar una cantidad de tiempo limitado y marcándonos una espera que nos podremos saltar con un pequeño pago. Es cierto que no todos los free to play son así, pero estas dos modalidades de free to play son las más extendidas que nos podemos encontrar en el mercado de aplicaciones.

En cierto modo, los free to play podríamos catalogarlas como las nuevas máquinas recreativas, a pesar de que los juegos ofrecidos sean de tipos muy distantes. Los juegos free to play han ayudado a fomentar los videojuegos del mismo modo que lo hicieron las máquinas recreativas, y esto se debe a que no necesitas comprar un sistema dedicado para jugar. Una persona que se aburra un día puede coger su smartphone que ya utiliza en el día a día y animarse a probar que tal están los videojuegos. Esa persona no se va a comprar una videoconsola ni tampoco va a pagar para jugar a algo que no sabe si le gustará o no.

Del mismo modo, la estrategia para monetizar una recreativa y un juego free to play parten del mismo principio, el de crear una curva de dificultad adecuada. Es cierto que en las recreativas, los primeros niveles suelen ser bastante asequibles, pero conforme vamos avanzando la dificultad se vuelve endiablada, y comienzan a jugar con nuestra ansia de victoria. Si tu en el Metal Slug llegabas a la última misión, y comenzabas a morir, ya te daba igual para que era el dinero que tenías en el bolsillo, que te ibas a gastar todas las monedas si fuera necesario.

Aunque difieran los métodos, el objetivo de ambos juegos es el mismo, picarte hasta que te importe menos la calderilla que te sobra que el juego en sí.

¿Qué nos depara el futuro?

Es difícil saber como se moverá el mercado, pero siempre podemos averiguar por donde irán los tiros. Muchos analistas han vaticinado que los altos beneficios de los juegos free to play podrían hacer que los estudios dejen de enfocarse en los videojuegos tradicionales, aunque no creemos que acabe pasando.

Los juegos free to play acabarán siguiendo su propio camino y camelándose a su propio público, mientras que la industria tradicional del videojuego seguramente sufra mayores cambios. Una de las visiones más seguras de hacia donde se moverá la industria está en la apuesta de Nvidia por el streaming de videojuegos. Este servicio en la actualidad requiere una consola dedicada, pero con el paso de los años se integrará en cualquier televisión, de tal forma que por unos pocos euros al mes podremos jugar a los títulos que queramos. Las pruebas gratuitas tendrán una gran importancia, ya que serán el modo de atraer a nuevos jugadores.

Las máquinas recreativas están completamente fuera de moda, pero sus lecciones son capaces de guiar a la industia moderna del videojuego.

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