Image: Indies, hipters y gafapastas. Historia de una dominación cultural

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Ensayo

Indies, hipters y gafapastas. Historia de una dominación cultural

Víctor Lenore

31 octubre, 2014 01:00

Víctor Lenore

Capitán Swing, 2014. 168 pp., 16 e.

Armado con los recursos derivados de llevar quince años ejerciendo de periodista musical en distintos medios de comunicación, Víctor Lenore (Soria, 1972) irrumpe con fuerza en el coro de críticas al sistema que se está produciendo desde 2008. Desde su punto de vista, la cultura indie, hipster y gafapasta está basada en el mantra neoliberal según el cual la sociedad avanza a lomos del consumo y del individualismo. La tesis de este volumen es que los hipsters no son otra cosa que pijos de los 80 disfrazados de comida sana, ropa retro y viajes a Berlín. Gente a la que la creciente desigualdad les deja igual porque se guarecen en la creencia de que lo importante no es que los ricos sean cada vez más y más ricos sino que los pobres no molesten.

Para entrar en este volumen hay que pasar por la larga presentación escrita por Nacho Vegas (Gijón, 1974). En línea con lo que ha significado el movimiento social de 15 de mayo de 2011 (15M), reivindica la lucha social con la clase trabajadora al frente. El clasismo de la modernidad representado por la música de gusto Indie o Hipster, pretendidamente moderna y cosmopolita, debería quedar silenciada. El cine de Michael Haneke o la música de Arcade Fire son una de las muchas capas que camuflan a los privilegiados. Nacho Vegas, patriota de Gijón, escribe Estado español por España y Donosti por San Sebastián.

Amigo de Nacho Vegas, Víctor Lenore coincide ampliamente con su prologuista. No se trata sólo de criticar a Esperanza Aguirre o Alaska, se trata de ir ajustando cuentas con todo lo que en música huela a neoliberal. La lista Forbes de los cien discjockeys más ricos le sirve para denunciar cómo la "industria cultural recicla la innovación de los de abajo y la convierte en beneficios para los miembros de la clase dominante". Diplo es un ejemplo claro de "especialista en ganar dinero subido al talento de los pobres". Más que discjockeys ganando una millonada, lo que se necesita es un sistema público y generalizado de soundsystems repartidos por los barrios pobres del planeta para que todo el mundo pueda disfrutar o crear música. De esta visión de la industria musical como cobertura del capitalismo más despiadado no se libra nadie. "En España, la Movida y el indie han sido la banda sonora del bipartidismo". El PSOE recibe incluso más palos que el PP. En realidad no se libra de la crítica ni siquiera Paloma Chamorro y sus magníficos programas culturales en televisión.

Se cierra este curioso volumen empujando al lector a entender que el viejo orden social está carcomido y que se hace necesario renovarlo desde abajo hasta dónde haga falta. De ahí que sea necesario repatir leña tanto a la prensa cultural más de derechas como a publicaciones recientes tipo Jot Down o a los últimos intentos de "prensa alternativa". Todos ellos marcados por un individualismo generado por el neoliberalismo. La línea correcta queda, sin embargo, marcada por gente del talante de Pau Malvido, Belen Gopegui o Resituación, el último album de Nacho Vegas.

Cualquiera seguidor, en las revistas especializadas o en la web, del mundillo musical sabe que no faltan las broncas. Si aquí se criticó la Movida, en el Reino Unido el britpop alcanzó el cielo con el Nuevo Laborismo y un Tony Blair que tocaba en un grupo y casi de inmediato se despeñó. Se hicieron hogueras con el britpop como Luke Haines ha explicado muy bien. Lo que aquí llama la atención no es que Víctor Lenore quiera ajustar cuentas con la música que le acompañó en su juventud. Lo llamativo es la pretensión suya y de Nacho Vegas de dar la vuelta a la tortilla con argumentos digamos musicales. Algo que, sin más, parece desmesurado. Para mayor información puede leer la entrevista que Daniel Arjona le hizo a Víctor Lenore en la edición digital de El Cultural.