Traducción de Ricardo García Pérez. Península, 2012, 462 pp. 29'50 e.

Peter McPhee es un veterano historiador australiano especializado en la Revolución Francesa, que se impuso pergeñar la más completa biografía de uno de sus grandes protagonistas, Robespierre, el Incorruptible. Una biografía a la usanza de los tiempos: desmitificadora, sucinta en lo que respecta a la infancia y adolescencia del retratado y aplicada a las conexión entre el hombre y su contexto. ¿El resultado? Una obra completa, muy bien narrada y peligrosamente situada del lado del que, para muchos, fue el principal responsable de hacer trabajar a destajo el compasivo invento del doctor Guillotin.



Con el fin de salvar a Maximilien Robespierre de sus demonios y recupararle para el panteón de la democracia, McPhee dibuja el retrato de un talentoso y apasionado joven al que la madurez tornó implacable revolucionario sometido al tremendismo de una época que no toleraba la moderación. La hechura histórica del implacable abogado de Arrás no sería así la que le señala como el primer dictador moderno, no sólo, sino más bien la de un demócrata radical que hubo de batirse en unos años oscuros. El lector juzgará la plausibilidad de la tesis y valorará si hay justicia histórica o más bien malicia historiográfica en la escena de finales de julio de 1794 cuando fue la cabeza del Incorruptible la que rodó por las Tullerías.