Planeta, 2013. 464 pp,



Entre la bilocación y el doppelganger hay una notable diferencia: si la primera es supuestamente una extraña habilidad humana -la de hallarse en dos lugares al mismo tiempo- , la segunda implica un matiz fantasmagórico y alude al doble espectral de una persona viva. Ambas rarezas conviven en las páginas de esta novela como lo hicieron en el suceso real en que se inspira: el caso de una institutriz francesa, Emilie Sagée, que a mediados del XIX aterrorizó a las pupilas de un selecto pensionado femenino de Livonia -territorio situado en las actuales Letonia y Estonia- y a sus padres. El caso interesó a algunos autores decimonónicos y fue recopilado por C. Flammarion, que además de astrónomo era un conocido amante de lo oculto. Y muy leído en nuestro país, por cierto, hace medio siglo.



Toda primera novela es, a conciencia o no, un homenaje a la tradición literaria de su autor. A José C. Vales (Zamora, 1965) le avala una importante labor como traductor literario, centrada sobre todo en las obras de autores victorianos, de Jane Austen a Wilkie Collins. No resulta extraño que su debut como novelista sea un homenaje tan rotundo a esa misma literatura, en la que el ambiente victoriano se entreteje a una meticulosa documentación para construir una trama que hubiera satisfecho al propio Dickens. Una novela, sobre todo, para adictos al género y amantes de lo gótico, que contará con muchos adeptos entre los lectores más jóvenes.