Juan Goytisolo. Foto: Bernabé Cordón.

Juan Goytisolo cumplió el pasado 6 de enero 80 años de vida. Una vida en la que la escritura ha sido el cauce para expresar sus múltiples rabias: contra el nacionalismo, contra las ortodoxias religiosas, contra las arbitrariedades del capitalismo, contra las imposturas de la crítica literaria, contra la sexualidad nítidamente delimitada, contra la hipocresía de los bienpensantes... Exiliado de aquí y allá (así se titula su última novela), ha buscado siempre desarrollar su trayectoria como escritor en los márgenes de la oficialidad cultural española: en 1956, asfixiado por el clima nacionalcatolicista de la dictadura de Franco, marchó a París. Allí trabajó como asesor para la editorial Gallimard y conoció a la que sería su mujer, la también escritora Monique Lange.



Pero no fue en la capital francesa donde Goytisolo encontró su rincón en el mundo, sino en Marrakech, donde vive la mayor parte del año desde que murió Monique, en 1996. Esa querencia por las periferias parecía haberle desplazado de los grandes galardones institucionales, hasta que en 2008 le concedieron el Nacional. No lo acogió con mayores efusiones: "A mi edad ningún premio hace ilusión, son para gente joven. No sé si el premio es importante o no, yo vivo muy al margen de todo esto". Su aversión por este tipo de fastos literarios no impidió, sin embargo, que el autor barcelonés recogiera el galardón, como algunos rumoreaban.



En Exiliado de aquí y allá (2008) la voz de Goytisolo resonaba a través de la del protagonista, el monstruo Sentier: "¿Por qué no escribía historias como las que enganchaban al público y se encaramaba de una vez al palmarés de los campeones de ventas? ¡Una novela de acción y suspense, con mafias, sectas esotéricas, rituales secretos, profecías apocalípticas! Todo ello sazonado con odios ancestrales y sexo, ¡mucho sexo!". Sin embargo, Goytisolo volvió a reincidir en los postulados que empezó a acuñar en la emblemática Señas de identidad, allá por el año 1966: la fragmentación textual, los cambios de perspectiva y de voces, el vaivén cronológico del relato, el encabalgamiento de realidad y ficción... El último capítulo del libro tiene un título muy enigmático o revelador (según se mire): "Adiós". ¿Considera acabada su obra narrativa? Está por ver.



En el ensayo, Goytisolo se ha ocupado sobre todo del abismo entre el mundo musulmán y Occidente. Crítico con el multiculturalismo, que considera una quimera de políticos ingenuos, ha clavado su mirada en conflictos bélicos en los que ambas tradiciones culturales han chocado sangrientamente: Argelia, Palestina, Sarajevo y Chechenia. La editorial Galaxia Gütenberg/Círculo de Lectores celebra precisamente su 80° cumpleaños con la publicación de Guerra, periodismo y literatura (VIII volumen de sus Obras completas), en el que se recoge su labor intelectual de análisis del origen de los prejuicios que han dado pie a tantas batallas.



Estos días celebra la que considera como "primera revolución democrática en un país árabe". La caída de la "cleptocracia" de Ben Alí es una gran noticia para él. Aunque sabe que lo ocurrido en Túnez se debe sobre todo a que sus ciudadanos son más conscientes de sus derechos individuales que los del resto del entorno musulmán. No quiere hacer vaticinios sobre los efectos ejemplarizantes que puede tener la revuelta, aunque deja apuntada la posibilidad de contagio: "Es difícil predecir qué pasará. Lo cierto es que hay varios líderes en la zona que son más máscaras que personas, como es el caso de Mubarak o de Muamar Gadafi".



La figura de Goytisolo se separa aquí del intelectual en sentido estricto. Su curiosidad no se frena en el interior de las páginas de un libro. Va más allá. Él ha vivido el cerco de Sarajevo por las tropas serbias que pretendían limpiar Yugoslavia de musulmanes. Y también preparó el macuto para ver con sus propios ojos los estragos del asedio ruso a Chechenia. En ambos conflictos superaba los 60 años, una circunstancia que no le disuadió. El impulso ético fue más fuerte. "Si Bosnia atrajo apenas a media docena de intelectuales, no ha habido ni un solo intelectual que viajara a Chechenia. Esperé en vano que fuera alguien, además de los periodistas. Al final pensé que tenía que ir". Y fue. Y regresó. Y lo contó. Y sus lectores pudieron conocer mejor por qué la sangre derretía la nieve de los Balcanes y el Caúcaso.

BIBLIOGRAFÍA

· Juegos de manos (1954).

· Duelo en el Paraíso (1955).

· Trilogía El mañana efímero: El circo (1957), Fiestas (1958) y La resaca (1958).

· Para vivir aquí (1960).

· La isla (1961).

· La Chanca (1962).

· Fin de Fiesta. Tentativas de interpretación de una historia amorosa (1962). Relatos.

· Trilogía Álvaro Mendiola: Señas de identidad (1966), Reivindicación del conde don Julián (1970) y Juan sin Tierra (1975).

· Makbara (1980).

· Paisajes después de la batalla (1982).

· Las virtudes del pájaro solitario (1988).

· La cuarentena (1991).

· La saga de los Marx (1993).

· El sitio de los sitios (1995).

· Paisajes de guerra con Chechenia al fondo (1996)

· Las semanas del jardín (1997).

· De la Ceca a la Meca. Aproximaciones al mundo islámico (1997)

· Carajicomedia (2000).

· Paisajes de guerra: Sarajevo, Argelia, Palestina, Chechenia (2001)

· Telón de boca (2003)

· España y sus Ejidos (2003)

· El Lucernario: la pasión crítica de Manuel Azaña (2004)

· Contra las sagradas formas (2007)

· El exiliado de aquí y de allá (2008)