Image: Diario de un existencialista

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Teatro

Diario de un existencialista

Estreno de "Confessione" de Tolstoi

29 abril, 2004 02:00

Di Francescantonio durante su intenso monólogo

Un hombre en crisis. Así se retrató Tolstoi en su Confesión, un diario intelectual que el actor italiano Franco di Francescantonio lleva a escena en Confessione. La obra se estrena hoy en el Centro de Nuevos Creadores de Madrid.

Leon Tolstoi es uno de esos nombres excelsos de la literatura que, sin embargo, pocas veces ha estado asociado al teatro. A pesar de la frecuencia con la que asistimos a la conversión de novelas en textos dra- máticos, las obras de Tolstoi siempre se han resistido a dicha transformación. La extensión de sus narraciones, sus numerosos personajes -que en Guerra y Paz alcanzan la cifra de 559-, y la densidad filosófica y ética que elevaron sus obras a la cima de la literatura rusa, suman demasiadas dificultades para que directores y dramaturgos se atrevan a su escenificación. A pesar de ello, algunos artistas como el ruso Piotr Fomenko -que estrenó en el Festival de Otoño de Madrid una sobrecogedora versión de Guerra y paz- o el italiano Franco di Francescantonio son una grata excepción.

Di Francescantonio es un experimentado actor muy ligado al Teatro Piccolo de Milán -donde fue cabeza de cartel de Historia de una gaviota y el gato de Luis Sepúlveda y de La commedia degli ebrei alla corte di Mantova- que ha trabajado con directores de la talla de Franco Zeffirelli en María Estuardo. ávido lector de diarios y confesiones -"me sedujeron las de San Agustín y Santa Teresa de ávila"- Di Francescantonio supo que había llegado el momento de llevar a escena esa pasión cuando leyó la obra de Tolstoi Confesión.

Un autor en crisis
Publicada en 1882, la obra es un texto "corto" en comparación con novelas como Ana Karenina (1877). Fue fruto de una crisis espiritual, encrucijada a la que le llevó su formación académica en consonancia con los principios de la Ilustración -no hay que olvidar que el conde Tolstoi fue un aristócrata que frecuentó los círculos intelectuales- y una devoción religiosa que difícilmente podía explicarse mediante la razón. "No puedo vivir sin saber lo que soy y por qué existo y, sin embargo, no logro saberlo, lo que es lo mismo que no vivir", escribió el atormentado conde. La intimidad y sinceridad de Confesión sedujo a Di Francescantonio hasta el punto de realizar su adaptación teatral junto al director Riccardo Sottili y sostener durante una hora un intenso monólogo solo en escena -la obra se representa íntegramente en italiano y la sala no ha confirmado la traducción al castellano del texto-. "La sinceridad con que Tolstoi confiesa su crisis existencial es increíble. Me interesaba esa actitud de comunicar un sentimiento a alguien y su búsqueda de respuestas en la ciencia, la religión, la filosofía...". En esta adaptación, el actor italiano ha cambiado la voz protagonista, que pasa de ser la de Tolstoi a ser la de un artista actual, un escritor en crisis que busca su identidad "como lo hiciera el ruso hace más de un siglo. Con este cambio hago al personaje más contemporáneo, gano en cercanía, pero el personaje sigue siendo el mismo, un hombre que se sirve de su cultura para preguntarse sobre la vida". Además, el actor asegura que el texto original de Tolstoi es "un flujo continuo de sensaciones que no guardan un orden, lo que resultaba un poco esquizofrénico".

Cercanía del público
¿Cómo acercar una obra llena de interrogantes para que el público se reconozca en el personaje y reflexione con él? Di Francescantonio ha buscado la complicidad del público y su cercanía. Para ello ha trasladado la platea al escenario, haciéndose paso entre las butacas, que están dispuestas a los lados y de forma simétrica. "El espacio está casi desnudo, y no hay ningún punto de referencia. Mi trabajo se desarrolla en medio de la gente para ganar intimidad y romper con la disposición clásica de la cuarta pared".

Con Confessione, Franco di Francescantonio trabaja por primera vez en un espacio alternativo madrileño. Sin embargo, el actor no es un extraño en el el teatro español. Ya estrenó en Barcelona Carta al padre de Kafka, por la que recibió el premio de la crítica de Barcelona al mejor actor de teatro en el año 1989, galardón que volvió a recibir en 1998 por esta Confessione, que estrenó por primera vez en 1997 bajo la dirección de Sottili.