Los fans del cine conocen la serie La historia del cine: una Odisea, en la que Mark Cousins cuenta en 10 capítulos la evolución de un arte que considera que sigue "en la infancia" al tener poco menos de 130 años. Investigador respetado y popular gracias a otras series documentales como Una historia de niños y cine (2013) en la que muestra cómo se ha reflejado la infancia a lo largo de las décadas en distintas cinematografías, o Women Make Film: A New Road Movie Through Cinema (2018), en la que reivindica el cine hecho por mujeres, Cousins también ha destacado como realizador de documentales de corte poético con soporte autobiográfico como I am Belfast (2015), una oda a su ciudad, o Estocolmo My Love (2016), en la que relaciona arquitectura y emociones en una película experimental con Neneh Cherry.

Cuenta Cousins que después de haber indagado en los rincones de la historia del cine para encontrar joyas ocultas creía llegado el momento de fijarse en las "vacas sagradas". Después de La mirada de Orson Wells (2018), se centra en uno de los directores más famosos y reconocibles de la historia del cine como Alfred Hitchcock. Un regreso al clásico de los clásicos que quiere "atacar" desde un punto de vista original.

Por una parte, él mismo ha escrito un guion en el que es el propio Hitchcock desde la ultratumba quien analiza su propia obra (con la voz del actor Alistair McGowan); y por la otra realiza un esfuerzo para no caer en los mismos tópicos de siempre sobre el maestro de la intriga, el suspense y lo perverso, sino mostrar el corazoncito de un tipo que detrás de su propio personaje escondía a un ser tímido, romántico y acomplejado por su físico.

Dividido en bloques temáticos donde aborda su obra desde ejes como el "deseo", la "plenitud" o el "escapismo", Cousins nos muestra en Mi nombre es Alfred Hitchcock fragmentos de algunas de sus películas más icónicas (Psicosis, Los pájaros, Con la muerte en los talones, La ventana indiscreta… la pura historia del cine) prestando mucha atención a sus primeras películas rodadas en Inglaterra, mucho menos conocidas.

El Hitchcock de ultratumba que observa su obra con el ingenio e ironía de rigor nos acerca a un hombre que quizá nunca dejó de ser el chico solitario y poco popular del instituto. Por cierto, según Cousins, Hitchcock no fue un maltratador de mujeres y, salvo Tippi Hedren, son todo rumores maliciosos.

Imagen del director Mark Cousins en una fotografía facilitada por Sherlock Films / Efe.

Pregunta. En el documental dice que hay aspectos de la obra de Hitchcock que han sido demasiado analizados y otros que han permanecido ocultos. ¿Cree que de alguna manera se le ha malinterpretado?

Respuesta. Es uno de los directores más famosos. En mi trabajo he intentado fijame en realizadores menos conocidos pero creo que es bueno regresar al centro, es como ir a puerto. Es uno de los directores que más me impactaron cuando era pequeño. Quería regresar a él y preguntarme si es aún relevante en el siglo XXI, ver cómo ha envejecido. La respuesta es que sigue siendo relevante.

»Creo que debido a que su obra es de alguna manera misteriosa puede interpretarse de muchas maneras. Los académicos han puesto sus manos sobre él y escrito muchos análisis, pero a mí lo que me interesa son temas como la realización o plenitud, la soledad, fijarme más en su lado humano, su lado tierno. Mucha gente piensa en él como un director frío e incluso glacial. Pero yo no creo eso. Lo que quiero mostrar también es cómo esas inquietudes se reflejan en una estética magistral, era un gran artista visual.

"He hablado con mucha gente que trabajó con Hitchcock y todo el mundo dice que las mujeres amaban trabajar con él"



P. Pone de relieve en varias ocasiones la influencia del surrealismo y el psicoanálisis en Hitchcock. ¿Freud nos da una clave esencial?

R. Absolutamente. Hitchcock dijo que Buñuel es el cineasta más importante. Él continúa ese legado de Freud y el surrealismo y lo traslada a lugares muy distintos. Lo contextualiza en una cocktail party o en Nueva York y nos muestra cuál es el resultado. Estaba muy interesado en el concepto de la civilización y su descontento. Retrataba a gente rica para ver cuáles son sus miedos y se pregunta si esos miedos no son lo que en realidad les excita. Era muy bueno en eso. Combinaba belleza y caos como pocos directores. Por una parte está la idea del glamour, Grace Kelly con sus maravillosos vestidos y las joyas, pero también su sentido de riesgo y peligro. Mezclaba glamour y caos y mucha gente siente así su propia vida en el primer mundo, detrás de la superficie del bienestar hay un peligro latente.

P. ¿Construyó Hitchcock un personaje muy distinto de su verdadera personalidad?

R. El personaje era juguetón y divertido y creo que en la vida real no lo era tanto. Le gustaba la jardinería y estar con Alma, sentarse a leer libros. Él se inventó un personaje, pero había algo mucho más tímido en Hitchcock de lo que veíamos.

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P. El hecho de ser un tipo con sobrepeso y no muy atractivo, ¿influyó mucho en su personalidad y en su obra?

R. Mucho. El hecho de no ser visto como un chico atractivo en la escuela, no ser el popular… Muchos grandes directores vienen de un lugar parecido. El hecho de estar al margen te convierte en un observador. Quizá piensas que tus deseos no serán satisfechos y creo que eso da mucha energía de una manera creativa. Si no vas a ser el centro de atención ese es un buen lugar para crear. A los estudiantes de cine siempre les digo que si son tímidos, si no son populares, eso es un arma secreta y creo que hay mucho de eso en Hitchcock.

P. ¿Es cierto que trataba mal a las actrices?

R. Son rumores infundados. Es cierto que trató de manera condenable a Tippi Hedren y ella lo contó en sus memorias. Pero todo lo demás son chismes. Fui amigo de Janet Leigh y Teresa Wright y las dos me contaron que lo amaban. Carole Lombard contaba maravillas, Ingrid Bergman también. Para hacer acusaciones tan graves hay que tener pruebas y no las hay. El único caso es el de Hedren, es lamentable, pero no hay más.

»Cuando murió alguna parte de la prensa británica quiso crucificarlo, pero no encontraron nada más que eso y lo demás lo tuvieron que distorsionar. Estoy bastante seguro y he hablado con mucha gente que trabajó con él y todo el mundo dice que las mujeres amaban trabajar con él. Hay que decirlo de manera clara. En Gran Bretaña el Daily Mail trató de arrojar basura y no la había. Sin duda había un resentimiento por el hecho de haber sido una persona tan exitosa.

Alfred Hitchcok mientras atiende a la prensa en 1972, en una fotografía facilitada por Sherlock Films / Efe.

P. ¿Qué cree pensaría Hitchcock de la era de los teléfonos móviles y YouTube?

R. No era una persona verbal, era un artista visual y creo que habría estado muy interesado en esto. En Psicosis hizo un salto adelante cuando usó técnicas de televisión. Creo que habría hecho una película con el teléfono como Steven Soderbergh. Entendió totalmente que era un icono y una marca.

P. En sus películas suele mezclar fragmentos de obras antiguas para darles un nuevo sentido narrativo. ¿Se ve como un Dj de cine?

R. Solía pensar en mí mismo como un Dj, pero ya no tanto. Varias de mis películas no tratan sobre cine. Pero en cualquier caso es una buena metáfora. El Dj quiere llenar la pista de baile y dar alegría a la gente y a eso me dedico yo también.

P. ¿Queda mucho por indagar en la historia del cine?

R. Nuestra ignorancia es nuestro mejor amigo. Cuando crees que has descubierto el cine aún queda algo nuevo. El cine está en su infancia, es el arte más nuevo. Nuestro conocimiento sobre él también está en la infancia.