Astroespectador, 2007

Los tópicos culturales han sido siempre una fuente de inspiración muy fértil para Marcos Vidal (Vitoria, 1967). Escenografías escultóricas realizadas con gran minuciosidad y detallismo con toda clase de materiales reciclados, como personajes y piezas de juguetes, viejas maderas, botellas, cajas, y, en general, toda clase de elementos domésticos y de uso industrial, le han proporcionado no sólo una personalidad artística destacable, sino una amplia vía de exploración que sobrepasa los límites del "comentario social" para ahondar, aunque sea caricaturizándola, en el alma humana. A través de esas aparentemente sencillas conjugaciones de objetos absurdos que en realidad resultan ser (incisivos, divertidos, cínicos) mensajes simbólicos, el artista nos ha ilustrado sobre temas tan dispares como los "peligros domésticos", los "itinerarios del Apocalipsis", los "linajes" y las filias, o la afición nacional por el fútbol, el mundo de la política, el sexo y muchos otros. Esa clave irónica y el nítido sentido del humor a los que ya nos tiene acostumbrados en sus célebres miniaturas e instalaciones escultóricas, es la misma que ha desplazado últimamente hacia una nueva cuestión sobre la que empezó a trabajar durante su beca en la Fundación Hombroich en Neuss, Alemania: el consumo pasivo de la programación televisiva. Pay Atenttion, es el título ("robado" a una obra de Naumann) que unifica esta reflexión que se deleita en la alienante contemplación pasiva de de la televisión. Como era previsible, el espectador enganchado a la "caja tonta" (imagen metafórica que apunta al actual debate sobre la "telebasura"), es el protagonista de estos trabajos escultóricos en los que, además del aliciente que es su sola observación, llama la atención la amplia gama de recursos estilísticos de Vidal, madurando y abriéndose con acierto hacia nuevas técnicas y materiales.