Sergio Gaspar

Es posible que sin la editorial DVD muchos de los poetas y novelistas españoles realmente interesantes hubiesen tardado más en ser conocidos. Ahora, dos años después del fin de su aventura, el editor Sergio Gaspar (Checa, Guadalajara, 1954) debuta como narrador con Viento de Tramontana (Edhasa), una novela de corte surrealista que es ”una parodia de algunos rasgos característicos de la vida política y la industria editorial españolas” y una “reivindicación de la tradición literaria española, porque vivimos bastante de espaldas a ella, conociéndola mal y hasta despreciándola, como felices catetos ilustrados, y así nos va”. Pregunta.- ¿Hasta qué punto está condicionado el relato por la actualidad? Respuesta.- Una parte del relato mucho. Por ejemplo, la gran manifestación independentista en Barcelona del 11 de septiembre de 2012 y los resultados de las elecciones anticipadas al Parlamento catalán de ese año influyeron bastante en la novela. Me resultó fascinante ver cómo los políticos y los periodistas catalanes, casi unánimemente, mentían -¿o se equivocaban?- al contar el número de manifestantes. Y más fascinante aún observar cómo Artur Mas, ese sabio de la política, perdía en dos años casi 100.000 votantes, 12 escaños y se alejaba de la mayoría absoluta que necesitaba para negociar algo parecido a un concierto económico con Rajoy. ¿Quién me animó a ser tan original...? No precisamente Juan Goytisolo o D. F. Wallace, sino gente como Artur Mas u Oriol Junqueras, que son verdaderamente creativos. P.- "Si la literatura no es creíble y de ahí su contribución a la verdad", ¿hubiese cambiado algo del libro de haberse descubierto antes el escándalo Pujol? Porque ahora todo el mundo lo sabía... R.- Ni una coma. En Viento de tramontana, Jordi Pujol dice de sí mismo: "Yo he sido y seré el único presidente de Cataluña. El resto, prólogos y epílogos". Esta apropiación de la idea de Cataluña por Pujol y las variantes del nacionalismo ha sido empobrecedora -excepto, según parece, para él, su familia y gente allegada- y puede acabar en un claro enfrentamiento entre catalanes. Cataluña contra Cataluña puede ser un futuro de Cataluña. ¿Quiénes sabían lo que estaba pasando durante los gobiernos de CiU? Las élites económica, periodística y política sin duda. Las catalanas y las madrileñas. Lo que les ha pillado por sorpresa, sobre todo a los nacionalistas, es que Pujol reconociera que tuvo desde 1980 dinero en el extranjero sin declarar. Que Pujol cambiase su discurso de "la culpa es de Madrid" por "la culpa es mía", incluso "nuestra" a lo peor, les ha descolocado. P.- En la novela coinciden un Pla que supone que está muerto porque hace 31 años que no recibe premios ni condecoraciones, con Cervantes, ... ¿Son la mejor tradición literaria española? R.- Son parte de la mejor tradición literaria española. En mi novela, Pla y Cervantes se hacen amigos y beben juntos. Esta amistad simboliza lo que yo deseo para las literaturas catalana y castellana: que se conozcan a fondo, que se aprecien entre sí en condiciones de igualdad. P.- No faltan tampoco guardias civiles y mossos de escuadra insaciables, asesinatos, un burro volador... ¿El surrealismo es la única manera de explicar y explicarnos hoy mejor? R.- Lo carnavalesco, lo paródico, lo que roza el absurdo y rompe la lógica del poder está en el origen de formas de expresión occidentales como la novela. La realidad que nos presenta el poder -político, editorial, universitario...- es con frecuencia tan falsa que sólo se puede re-presentar y describir con un texto delirante. Se nos dice que los burros no vuelan, y nos lo creemos, pero hasta hace unos días se nos decía que cualquier ataque a Pujol era un ataque a Cataluña y muchos se lo creían. P.- No deja en pie un símbolo del nacionalismo catalán, ni tampoco del mundillo editorial español y catalán; se ríe también del turismo y del mito del Ampurdán: ¿de veras cree que acabará en las futuras ferias literarias dedicadas a la literatura catalana? R.- Si Cataluña se transformase en un estado independiente, a lo mejor sí. ¿Por qué? Porque Cataluña no es una nación, sino dos naciones como mínimo. Así como España es una sociedad plurinacional, Cataluña es una sociedad binacional. Como mínimo, insisto. Si una futura Cataluña independiente no reconociese políticamente, culturalmente, literariamente, etcéteramente su binacionalidad, podría organizarse un conflicto interno entre catalanes de dimensiones preocupantes. Pero no parece fácil que esto se reconozca. P.- ¿Cómo un editor que ya no es se convierte en novelista primerizo y revolucionario? R.- Soy primerizo en el terreno de la novela, pero he publicado antes cuatro libros de poesía. Más que revolucionario, intento que los pensamientos de la mayoría no coincidan con la mayoría de mis pensamientos. Igual me sucede al escribir. Tengo la necesidad vital de que mi escritura se aleje de los modelos dominantes. P.- ¿Sobrevivirá la industria del libro en España? R.- Yo tengo fama de pesimista. Quizá por ser pesimista, acierto en la mayoría de mis pronósticos. Por ejemplo, hacia 2006 dije que la industria del libro sufriría una crisis de caballo. Acerté. Pero hoy seré optimista. Creo que la industria editorial española, tras una reconversión brutal, se estabilizará durante 2015 e incluso puede crecer en facturación. Aparece en el inmediato horizonte la amenaza de la entrada a saco de lo digital en el libro infantil, juvenil y de texto no universitario. Como esta clase de libros representa un importante volumen de facturación, si la digitalización fuese rápida y desordenada la industria lo pasaría mal de verdad. P.- ¿Quién de sus autores de DVD, y por qué le parece que ha proseguido su carrera literaria mejor...? R.- ¿Sólo puedo elegir uno? Pues Manuel Vilas. ¿Por qué? Ha construido una voz y un estilo propios. Ha experimentado con la fusión entre poesía y narrativa. Es autor, al menos, de dos obras excelentes: Resurrección (Visor) y España (DVD Ediciones y Alfaguara). Y, algo fundamental para mí, ha actualizado el viejo tema de España, partiendo de Cernuda e incorporando nuevos elementos, como la influencia del pop anglosajón en la cultura española o la decepción que ha supuesto la democracia en algunos colectivos de la sociedad española.

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