Luis Eduardo Aute. Foto: José Aymá.

Hoy presenta en el Círculo de Bellas Artes su libro 'No hay quinto animaLO'

Luis Eduardo Aute busca en el lenguaje el petróleo de la poesía. Y todavía encuentra reservas del valioso mineral bajo su superficie. Parece mentira, después de tantos siglos de extracción descontrolada por poetas sedientos de gloria. Él parece haber dado con un yacimiento que explota con carácter exclusivo. Del subsuelo de su conciencia manan y manan poemigas, composiciones poéticas breves cargadas de humor y trascendencia -te hacen reír y a la vez te turban-, que ha ido agrupando en su serie de los animales, de la que ahora presenta su quinta entrega, No hay quinto AnimaLO, una nueva manifestación de la originalidad infinita que brindan las palabras al que sabe refinarlas con el ingenio y la ironía. Aute, además, es noticia estos días porque acaba de lanzar el disco Intemperie, el 32° de su carrera, con el que denuncia la fealdad de este mundo y la mutación de la sociedad del bienestar en la del malestar.

Pregunta.- ¿Se ha propuesto exprimir las infinitas variantes lúdicas del lenguaje con su serie de los animales?
Respuesta.- Lo que escribo son ocurrencias que me vienen y apunto y luego las dejo madurar y las vuelvo a retomar y les doy vueltas y me salen nuevas ideas... Es como un juego de espejos inagotable que me tiene enviciado. Ahora me cuesta leer porque me paro en cada palabra, estudio su etimología e intento darle un nuevo giro de tuerca.

P.- Dice Vicente Verdú que después de leer sus poemarios uno tiene la sensación de haber multiplicado por cien sus facultades mentales, pero ¿qué reacción quiere provocar realmente en sus lectores?
R.- Sacudirle y que pueda Ver (con mayúsculas) qué encierra cada palabra o la unión de una serie de palabras. Y enfrentarle con paradojas y que vea el lenguaje y el mundo desde otra perspectiva.

P.- ¿El animaLO es el hombre?
R.- Bueno, el título viene del símil taurino: no hay quinto malo. Pero, sí, desde luego el animal más malo es el hombre, un depredador y un genocida, pero también capaz de ser el ángel más sublime. Ahí está su grandeza, en esa contradicción.

P.- ¿Y a Aute qué animal le gustaría ser?
R.- No tengo duda: el perro. Yo creo que ya lo he sido, en otra vida. Siempre he vivido con perros y cuando me muera me gustaría reencarnarme en perra.

P.- ¿La fórmula de poemiga tiene definición según su autor?
R.- En realidad no hay fórmula. Hay algunos esquemas que trato de respetar siempre, pero por lo demás todo es muy aleatorio. Cada animal requiere su propio cuerpo... y su propia ánima. Qué barbaridad es decir que los animales no tienen alma. Si animal viene de ánima, en latín. El animal es el ser más almático de todos.

P.- Dice uno de sus poemigas "Cuando me desequilibro / siempre me libro / con un libro". ¿Los libros son siempre terapia y salvación?
R.- Terapia sí; salvación, no. Salvación es demasiado. Lo que sí son es un apoyo frente a las incertidumbres, que debe ayudarnos a comprender el mundo y ser un compañero que nos permita ser más ágil en nuestro viaje.

P.- Y otro advierte: "El mar es un concepto, / la mar, / una concepción"...
R.- Simplemente juego con los géneros, pero no quiero explicarlo, porque mis propuestas poéticas son abiertas...

P.- Usted tiene la suerte de oír el rumor del mar en el rumor de la M-30, cercana a su casa de la colonia de la Fuente del Berro...
R.- Sí. Yo de hecho la llamo la Mar 30. Desde mi casa su rumor es impreciso, no se puede asociar a los coches y me parece el sonido de una playa de piedras. Me hago esta ilusión sobre todo en verano. Uno se alivia como puede (risas).

P.- El título de su nuevo disco es bien explícito. ¿Quién nos ha dejado a la intemperie?
R.- La polis debe administrar a la economía, pero ahora sucede precisamente lo contrario. Los representantes políticos son dirigidos por especuladores de casino, que crean beneficios a partir del propio dinero, sin generar ninguna riqueza. En todas las épocas el ser humano ha vivido a la intemperie, pero antes había siempre algún refugio y ahora es difícil, prácticamente imposible, encontrar alguno. El que tiene trabajo hoy no sabe si lo tendrá mañana. Lo que está claro es que el capitalismo es una fórmula agotada. Como digo en una canción: "Este Potosí no da más de sí".

P.- ¿A qué le dedica más tiempo últimamente: a la escritura, a la música o a la pintura...?
R.- En los últimos meses he estado volcado con el disco y con el libro. Estoy deseando terminar la vorágine de la promoción y encerrarme a pintar, para no tener más relación con el mundo que llenar un espacio en blanco con colores. Pintar es una terapia maravillosa, porque no tienes ningún corsé.